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Mateo García, el argentino campeón en Estrella Roja, donde los festejos son en un tanque de guerra por las calles

El primer título en la carrera de Mateo Ezequiel García (23 años) lo sitúa en un lugar especial entre los futbolistas argentinos: con Estrella Roja de Serbia, donde disputó 13 partidos con tres goles,se convirtió en el primer jugador de nuestro país en ser campeón en esta temporada de una liga europea en el campo, a diferencia de Ángel Di María, Leandro Paredes y Mauro Icardi, quienes se consagraron con Paris Saint Germain luego de que se diera por finalizado el torneo de Francia con once fechas de anticipación a causa de la pandemia de coronavirus.

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Claro que, en mayor o en menor medida, nada queda a salvo de los trastornos que provoca el Covid-19. El tricampeonato para Estrella Roja, tras el 5-0 a Rad Beograd, fue de visitante en un estadio vacío, sin la euforia ni ebullición que suelen desencadenar los hinchas del club que fue campeón de la Copa Europa en 1991, en un equipo que contaba con Prosinecki, Mihajlovic, Savicevic, Jugovic y Pancev, antes de la desintegración de Yugoslavia por la Guerra de los Balcanes. "Fue hermosa la sensación de ser campeón, algo increíble, importante para mi carrera, pero también muy raro conseguirlo sin público", expresó García en diálogo con LA NACIÓN desde Belgrado, junto a quien es su novia desde hace ocho años, minutos después de regresar a su casa tras la clasificación a las semifinales de la Copa de Serbia.

Surgido en Instituto ("empecé de enganche, pero esa posición casi no se usa en Europa; en el esquema de tres delanteros soy extremo por izquierda o derecha"), cerca de cumplir los cuatro años en Europa en una trayectoria que lo llevó por Las Palmas, Osasuna, Alcorcón y Aris Salónica, García es un cordobés que no pierde la tonada y gusta de ser un conversador entusiasta. Si el título del fin de semana no lo olvidará porque fue en medio de un silencio solo interrumpido por los cánticos de sus compañeros, en la memoria tiene grabada una celebración a poco de haberse incorporado, en julio de 2019. Tras jugar su segundo partido, Estrella Roja consiguió la clasificación al cuadro principal de la Champions League tras eliminar en los play-off a Young Boys (Suiza).

García le pone palabras a su asombro: "Ya me venía dando cuenta de que los hinchas eran muy fanáticos, pero aquel día me dije 'mirá qué loco todo esto'. Si bien es un club campeón de Europa, después de la guerra ya no es tan fácil entrar en la Champions. Por eso se celebró con todo. Acá es algo típico, pero yo nunca había visto salir a festejar arriba de un tanque de guerra. Estábamos festejando en el vestuario y los jugadores más experimentados empezaron a decir vamos al tanque. Los más nuevos nos mirábamos sin entender nada. Nos subieron al tanque. No se pudo meter en todas las calles de la ciudad, pero hicimos como diez cuadras, con todos los hinchas alrededor, muchos tirando fuegos artificiales. Tanto nuestros hinchas como el serbio en general son muy pasionales".

La celebración cuando se clasificaron para la Champions League

Ya con el título asegurado, a la Liga le quedan tres fechas. Estrella Roja recibe el viernes a Radnik Surdulica. ¿Habrá desfile triunfal del tanque para satisfacer a los miles de simpatizantes que no podrán ingresar a un estadio con capacidad para 52.000 personas? "El tanque está siempre afuera de estadio. Es algo muy típico, un símbolo, la gente se saca fotos, hasta mi familia lo hizo cuando me vino a visitar. Están viendo de hacer un festejo grande cuando termine el partido en las afueras del estadio. Pero no sí con el tanque; escuché que a lo mejor recorremos la ciudad en un ómnibus descapotable, pero acá te podés esperar cualquier cosa".

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Desde diciembre, Estrella Roja es dirigido por Dejan Stankovic, que empieza la carrera de director técnico en el club que surgió como futbolista para seguir durante 15 años en Italia entre Lazio e Inter, donde conquistó la Champions League en 2010. "La trayectoria de Stankovic como jugador es para sacarse el sombrero. Sabe mucho, es bueno aprender de sus conocimientos, más para mí, que estoy empezando. Cambiamos bastante el estilo de juego. Pide que los defensores salgan jugando, que los mediocampistas elaboren, mucha movilidad. En la liga le fue bien, hay que ver cómo plantea los partidos importantes de play-off clasificatorios para la Champions", manifestó García, que tiene un reproche para el entrenador anterior, Vladan Milojevic: "Nos daba confianza para jugar en la liga local, pedía posesión, atacar mucho. La liga te lo permite porque la obligación es ser protagonista. En Champions ya cambiaba la situación, era todo lo contrario. Cada uno tiene su opinión, pero yo no compartía ese cambio de estilo porque tenemos buen equipo, jugadores de calidad. Ni siquiera de local ante Tottenham y Bayern Munich salimos a buscarlos. Y de visitante nos golearon".

Con su novia, en las calles de Belgrado

Otro destino juntos y así siempre. Te amo amor de mi vida [R]

Una publicación compartida por Mateo Garcia (@mateogarcia_96) el 1 de Sep de 2019 a las 10:52 PDT

García es el segundo argentino campeón de liga con Estrella Roja. Lo antecede el lateral Luis Ibáñez, en 2016. "La Liga de Serbia fue algo nuevo para mí. Es competitiva, hay cinco o seis equipos que te pueden hacer partido, que te la ponen un poco difícil. El resto es más accesible. Partizan es muy fuerte, es nuestro clásico, fue el único rival al que no le pudimos ganar. Perdimos y empatamos. En el año que estuve en Grecia (Aris Salónica) noté que es una liga más fuerte", comentó.

La reanudación de las competencias le permitió dejar atrás dos meses sin fútbol: "Tuvimos un mes muy estricto de cuarentena. No se podía salir ni asomar la nariz a la calle. En todas las calles había policías de civil y gendarmes. Me entrené durante un mes y medio en mi casa. El club me mandó una bicicleta y otros implementos para hacer el plan diario del preparador físicos. Después de ese mes y medio empezamos a entrenar de a dos jugadores, ya vestidos de jugador, sin pasar por el vestuario. Así durante 20 días".

El 13 de mayo se cumplieron 30 años de una batalla campal entre hinchas de Estrella Roja, liderados por Arkan, un violento que gozaba con la protección de la policía secreta, y los de Dinamo Zagreb en un partido que debía disputarse en el estadio croata y fue suspendido por los graves incidentes. Pasó a la historia por la patada que Zvonimir Boban le dio a un policía para defender a hinchas del Dinamo. Los nacionalismos ya estaban exacerbados en una Yugoslavia que empezaba a atomizarse. Y las secuelas perduran, así lo nota García: "Pasaron 30 años, es poco tiempo para una guerra. Un serbio ni puede escuchar hablar de un croata, no se pueden ni ver, en todo sentido. La rivalidad excede lo deportivo, pasa por el nacionalismo".

Instituto todavía reclama 400.000 euros por el pase de García de Las Palmas a Estrella Roja en dos millones. García guarda un especial cariño por la Gloria: "A Instituto llegué con 7 años. Lo que más disfruté fueron las divisiones inferiores, son los mejores recuerdos. Me hubiese encantado jugar mucho más tiempo en primera división porque toda mi familia y yo somos hinchas de Instituto. Me subieron al plantel de primera con 16 años y debuté a los 17, con Daniel "Miliki" Jiménez de director técnico y Oscar Dertycia de ayudante de campo. Fue todo muy rápido, uno no era consciente. Jugué una año y medio en la B Nacional y me salió la posibilidad de Las Palmas, a los 19 años. Me costó mucho tomar la decisión de irme". Ser promovido tan joven al plantel de primera le posibilitó encontrarse con Paulo Dybala: "Compartí unos pocos entrenamientos con Paulo. Él ya estaba en su mejor momento, se rumoreaba que lo iban a vender".