Masters de Augusta: las chances de Abel Gallegos en medio de su fascinación y la hora de Tiger Woods

Hay sueños que tardan una vida y otros que se cumplen muy temprano. Con apenas 18 años, Abel Gallegos tendrá desde este jueves el privilegio de formar parte del Masters de Augusta, el major que deslumbra con la belleza de su campo y desafía a los más encumbrados. "No quiero que se termine esta semana", jura desde el estado de Georgia el aficionado oriundo de Veinticinco de Mayo, que se clasificó a este certamen porque ganó el Latin America Amateur Championship en enero pasado, en Playa del Carmen, México.

A las 9.55 de nuestro país (ESPN transmite desde las 11), "Abelito" arrancará la primera vuelta con el sudafricano Charl Schwartzel, campeón del Masters en 2011, y el australiano Jason Day, el ex Nº 1 que busca su primer saco verde después de tres Top 5, uno de ellos el año pasado, en la inolvidable quinta victoria de Tiger Woods. "Quiero dejar a Argentina bien arriba, voy a estar pensando en todos, aunque no vengo a buscar un resultado sino a cumplir objetivos del proceso. Llego pegando muy bien, quizás en mi mejor momento después de haber ajustado algunas cosas en el juego corto, algo clave esta semana", apuntó el joven formado en Las Mulitas Golf Club.

Más allá de la expresión de deseo, cabe preguntarse qué puede esperarse de este chico de 1m91 y que sorprende con su valentía y decisión al afrontar cualquier trazado. Por lo pronto, las condiciones lo van a favorecer. A quienes les toca debutar en una cancha de Augusta rápida y firme pueden toparse con una emboscada, una verdadera pesadilla. Sin embargo, las lluvias del comienzo de la semana y la tormenta prevista para este jueves lo beneficiaran con un terreno lento, blando y greens más receptivos, un contexto ideal para que no haya que hacer cálculos al milímetro en cada sector.

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Por otra parte, debido a la prohibición del acceso al público por la pandemia, seguramente jugará mucho más tranquilo, al margen de que se perderá el entorno natural que desprende este torneo, con sus rugidos y ovaciones desde las tribunas. Cuando se pare frente al tee del 1, ante semejante compromiso de demostrar por qué está allí en representación del amateurismo de Latinoamérica, Abelito no se sentirá tan nervioso como si la multitud le estuviera clavando la mirada desde los dos lados de las sogas. Su potencia será otro de los factores que lo ayudarán, sobre todo en los pares 5. Incluso, la postergación de la fecha original -abril- a noviembre colaboró para que se preparara de la mejor manera, tanto en lo técnico como en lo físico. Una puesta ideal durante la cuarentena, amen que desde hace tres meses permanece en los Estados Unidos por la participación en distintos torneos amateurs.

Gallegos, que tiene como coach a Hernán Rey -ex jugador del Tour Europeo- y contará como caddie a Juan Ignacio Gil -de la Escuela de Alto Rendimiento de la AAG-, será el tercer aficionado argentino en la historia que formará parte del Masters. Los otros dos fueron Juan Segura en 1951 -concluyó 50º después de figurar top 10 en la primera vuelta- y Jorge Ledesma en 1963, cuando no superó el corte clasificatorio.

Para Gallegos será fundamental un buen arranque para tomar confianza y no verse amilanado, en una cancha que puede ser voraz con los golfistas que marchan inseguros y pierden la línea. Lógicamente, pasar el corte implicará un enorme logro, pero pronto deberá quitarse ese estado de fascinación en el que todavía se encuentra, después de haber practicado con Rory Mickelson, Phil Mickelson y haberse sacado una foto con Tiger Woods, vestido con su saco verde. Demasiados estímulos para un chico que hasta hace un par de años ensayaba approaches en el parsimonioso ritmo de Veinticinco de Mayo, a 210 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires.

Quizás la inquietud más grande de este Masters es si Tiger estará en condiciones de defender el título y si será capaz de conseguir su sexto título e igualar a Jack Nicklaus, el máximo ganador. Desde la teoría, el californiano de 44 años parte desde una posición desfavorable, si se atiende que atraviesa un período con flojos resultados y de poca participación en el PGA Tour. El propio Tiger reconoció su realidad: "Se hace un poco más difícil a medida que he envejecido y no pego tan lejos". No pudo superar el corte en el último US Open, en septiembre, y tampoco contará con el apoyo de sus entusiastas seguidores. Pero después de la hazaña que concretó el año pasado, no es conveniente descartarlo en forma anticipada. Es más: nadie como él para conocer los secretos del cautivante par 72.

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Al estadounidense Dustin Johnson, el coronavirus le interrumpió su gran temporada 2020, en la que fue galardonado como Jugador del Año del PGA Tour al ganar tres títulos después de que el circuito se reiniciara en junio y finalizar 2º en el PGA Championship. Sin embargo, el Nº 1 del ranking mundial es tan candidato como Bryson DeChambeau, último campeón del US Open y que alcanzó una extraordinaria potencia producto del trabajo físico con el que transformó su cuerpo durante el parate de la gira. "Estoy pegando más lejos que en el US Open y probando un driver esta semana que puede ayudarme a golpear todavía más lejos", advirtió el musculoso DeChambeau, quien se puede ver beneficiado por los espacios en el campo que dejarán libres los fans.

La lista de candidatos este año incluye también al norirlandés Rory McIlroy, quien persigue el último major que falta en su vitrina, y a los estadounidenses Justin Thomas, Brooks Koepka, además del español Jon Rahm. Sin Angel Cabrera porque se operó la muñeca izquierda, el abanico está abierto incluso para alguna sorpresa, como ha sucedido en más de una oportunidad en los últimos 15 años. El show del Masters está preparado gracias al acostumbrado sentido de la perfección de los organizadores, que transformaron el paisaje otoñal del campo en un manto mágico verde a pleno.