Martina Dominici: la gimnasta dio positivo en un control antidoping y se perdería Tokio 2020

Toda la gracia de Martina Dominici durante los Juegos de LIma 2019
Prensa Lima 2019

Un golpe para la delegación nacional a menos de un mes de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020: Martina Dominici, la única representante argentina clasificada para la gimnasia artística en la cita que se hará del 23 de julio al 8 de agosto en Japón, dio positivo en un control antidoping del campeonato panamericano de Río de Janeiro, donde se finalizó subcampeona hace dos semanas.

Dominici, que con 19 años es la atleta de menor edad en el contingente argentino, recibió este miércoles una sanción provisoria por parte de la Federación Internacional de Gimnasia y ahora deberá decidir cómo actuar ante el pedido de la contraprueba y una posible apelación. No trascendió el medicamento que habría infringido el reglamento.

El talento de Martina Dominici impresionó con sus seis medallas en los Juegos Odesur de Cochabamba 2018
Prensa Lima 2019


Martina Dominici impresionó con sus seis medallas en los Juegos Odesur de Cochabamba 2018 y también mostró su plasticidad en Lima 2019 (Prensa Lima 2019/)

Hasta antes de esta devastadora noticia para su carrera deportiva, Dominici quería seguir creciendo como gimnasta y soñaba con encadenar dos Juegos Olímpicos para pasear a la gimnasia artística argentina por el mundo. Hay una historia detrás: “Cuando era chiquita me gustaba ir a la plaza y me colgaba en donde hubiera barras. Como vieron que era inquieta, mi familia me llevó a probarme en la gimnasia y empecé a entrenarme”, relataba. Arrancó a los seis años en el Círculo Gimnástico Norte de Vicente López y su abuela fue quien la tomó de la mano para introducirla en esta disciplina madre del olimpismo. Hubo algún que otro intento con la natación y el tenis, pero nada comparable con untarse las manos con el polvo blanco del carbonato de magnesio para absorber la transpiración, el aliado de esta disciplina para competir.

Cuando ingresó en la elite a los 11 años y empezó a ir a torneos internacionales, su cabeza hizo un clic y supo, entonces, que quería dedicarse en serio a este deporte. La mezcla del método, la rutina y la pasión la condujeron a recolectar un tesoro de preseas desde la época de infantiles. Lo que más le cuesta a Martina es hablar sobre sus méritos a lo largo del tiempo, desde sus primeras rutinas. Por eso, apenas puede pronunciar la frase cuando se le pregunta si lleva la cuenta de la cantidad de medallas obtenidas. “Unas cien”, se le escucha normamente, casi con un hilo de voz y el deseo de no dar más detalles para preservar su humildad. Ahora, lidia con una coyuntura complicada y un futuro incierto.