Teresa Rivero, condenada a prisión: auge y caída de la que fue la mujer más poderosa del fútbol español

La Sala II del Tribunal Supremo ha confirmado la condena de 7 años de prisión que la Audiencia de Madrid impuso en julio de 2018 a María Teresa Rivero, expresidenta del Rayo Vallecano, y a Jesús Fraile, antiguo apoderado del club, por cuatro delitos contra la Hacienda Pública en relación al IVA y el IRPF de la entidad en 2009 y 2010. Según la sentencia, entre los dos ejercicios defraudaron un total de 8,4 millones de euros.

Teresa Rivero entrando a la Audiencia Provicinal de Madrid en 2018. (Foto: Europa Press / Getty Images).
Teresa Rivero entrando a la Audiencia Provicinal de Madrid en 2018. (Foto: Europa Press / Getty Images).

Además, entre los dos tendrán que pagar una multa 16,4 millones de euros e indemnizar conjuntamente a Hacienda con la cantidad defraudada.

El ocaso de Teresa Rivero

Los últimos años no han sido nada sencillos para Teresa Rivero, que a finales de los 90 y principios de los 2000 era la mujer más poderosa del fútbol español. Sus seis hijos varones se encuentran en la cárcel (tiene otras siete hijas de su matrimonio con José María Ruiz-Mateos, aunque una de ellas falleció de leucemia) y las deudas la obligaron a dejar su casa de Aravaca (Madrid) en las Navidades de 2019. Desde entonces reside en una de las propiedades de la familia en el Puerto de Santa María (Cádiz).

Teresa Rivero, en una imagen de 2009. (Foto: Europa Press / Getty Images).
Teresa Rivero, en una imagen de 2009. (Foto: Europa Press / Getty Images).

Teresa Rivero se mantuvo durante mucho tiempo a la sombra de José María Ruiz-Mateos, con el que se casó en 1958. El empresario creó el holding empresarial Rumasa, que fue expropiado por el Gobierno de Felipe González en 1983 por sus numerosas deudas.

Ruiz-Mateos pasó entonces de ser considerado un empresario de éxito a un bufón y azote del gobierno socialista, en especial de su ministro de Hacienda, Miguel Boyer, al que culpaba de la expropiación. En 1989 llegó a propinarle un puñetazo en la cara al grito de: “Que te pego, leche”.

También se hicieron célebres sus apariciones en los juzgados vestido de presidiario o de Superman.

José María Ruiz-Mateos vestido de Superman en la puerta de los Juzgados de Plaza de Castilla de Madrid. (Foto: Rafa Samano / Cover / Getty Images).
José María Ruiz-Mateos vestido de Superman en la puerta de los Juzgados de Plaza de Castilla de Madrid. (Foto: Rafa Samano / Cover / Getty Images).

Tras pasar un tiempo en prisión, fundó su propio partido político, la Agrupación Ruiz-Mateos, y consiguió ser elegido diputado en el Parlamento Europeo en 1989.

Ruiz-Mateos durante la campaña de las Elecciones Europeas de 1989, en las que salió elegido diputado. (Foto: Jose R. Platon / Cover / Getty Images).
Ruiz-Mateos durante la campaña de las Elecciones Europeas de 1989, en las que salió elegido diputado. (Foto: Jose R. Platon / Cover / Getty Images).

Su etapa al frente del Rayo

En 1991, Ruiz-Mateos compró la mayor parte de las acciones del Rayo Vallecano y se convirtió en presidente del club, pero el 12 de enero de 1994 nombró en el cargo a su esposa, Teresa Rivero, que se convertía así en la primera mujer que preside un equipo de fútbol de Primera División en España.

Ella misma reconoció que apenas sabía nada de fútbol, pero suplió su falta de conocimientos con su personalidad y su pasión, que le hicieron ganarse el cariño de jugadores, prensa y de la afición de Vallecas, estadio que años más tarde, en 2004 pasó a llamarse Teresa Rivero.

Todo el mundo la adoraba y su imagen con su melena cardada y su abrigo de visón en el palco gesticulando, protestando o lanzando injurias a árbitros y rivales llenaba horas de programas deportivos e informativos en aquella época. Se le perdonaba todo, incluso que se diera una cabezadita durante el encuentro o que llegara una vez que había empezado.

Teresa Rivero era una estrella mediática e incluso protagonizaba anuncios de televisión promocionando las marcas de Nueva Rumasa, el entramado empresarial que había creado su marido con la intención de reconstruir su antiguo holding antes de que fuera expropiado por el Estado.

En lo deportivo el Rayo Vallecano vivió la mejor etapa de su historia. Tras varios ascensos y descensos a finales de los 90, consiguió consolidarse en Primera División. En la temporada 1999-00 llegó a ser líder de la clasificación y al final de la misma recibió la Invitación FIFA Fair Play para disputar la Copa de la UEFA, alcanzando los cuartos de final en su debut europeo. Además, bajo el mandato de Teresa Rivero se creó también la sección femenina del club.

El equipo del Rayo Vallecano antes de disputar un partido de la Copa de la UEFA frente al Viborg en la temporada 1999-00. (Foto: Tony Marshall / EMPICS / Getty Images).
El equipo del Rayo Vallecano antes de disputar un partido de la Copa de la UEFA frente al Viborg en la temporada 1999-00. (Foto: Tony Marshall / EMPICS / Getty Images).

Inicio de la caída

Las cosas se empezaron a torcer a mediados de los 2000. Dos descensos consecutivos situaron de nuevo al club en Segunda B y se tardó cuatro años en regresar al fútbol profesional. Al mismo tiempo comenzaron los problemas económicos de la familia Ruiz-Mateos y jugadores, trabajadores y canteranos del club dejaron de cobrar. La afición y el barrio de Vallecas se hartaron de la situación y organizaron protestas contra los propietarios del equipo hasta que todo estalló por los aires tras unas polémicas declaraciones de Teresa Rivero durante un partido contra el Huesca.

En febrero de 2011, 10 empresas de Nueva Rumasa, una de ellas el Rayo Vallecano, se acogieron a la Ley Concursal para tratar de evitar la inminente suspensión de pagos. En mayo, ante la delicada situación económica y el rechazo de la afición, los Ruiz-Mateos vendieron el club a Raúl Martín Presa y Teresa Rivero dejó de ser la presidenta. El estadio también volvió a su antiguo nombre de Vallecas.

Su marido murió en 2015 acusado de estafa, insolvencia punible y fraude a Hacienda en causas en las que también estaban implicados sus hijos. Por su estado de salud se había librado de la cárcel, pero sus descendientes varones fueron condenados en octubre de 2018 a dos años y medio de prisión.

Teresa Rivero perdió además a una de sus hijas por leucemia y otra está enfrentada a sus hermanos, a los que acusa de ocultar dinero. En estos años la familia ha perdido además muchas de sus propiedades en Madrid y en Cádiz. En medio de todas estas desgracias, la mujer que un día fue la más poderosa del fútbol español, que ahora tiene 85 años, ve como el Supremo ha confirmado su sentencia a siete años de prisión.

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