Cómo mantener tu cerebro al 100

Al entrar lo primero que ves es una jirafa que en lugar de patas tiene pies humanos, en la esquina derecha se mira una galaxia en la que giran manzanas en los sitios que deberían ocupar planetas o lunas. Al voltear hay una cuerda que gira sobre sí misma y se lanza contra el sillón, como si fuera un potro salvaje. Al fondo de la habitación hay una escuela que en lugar de sillas y pizarrones está repleta de televisiones. Caminas hacia la puerta trasera y al abrirla caen montañas de copas que contenían rosas y se esparcen sobre tus pies. Bajas unos escalones donde se posa un bistec y un botón. Al presionar el botón caen más bisteces. Sigues tu recorrido y al final hay una caja que contiene decenas de berenjenas.

Por raras que te parezcan las escenas, en realidad son parte de una técnica para ejercitar al cerebro y mantener las conexiones neuronales responsables de tu memoria. Su nombre es el método de loci, el cuarto romano o el método del viaje y consiste en crear asociaciones mentales de lo que se desea recordar y crear imágenes con sentido que se ubican en un espacio específico. Al recordar las imágenes ubicadas en ese lugar se facilita el recuerdo de algo, ya sea una serie de palabras, números o cartas.

Esta técnica es sólo una de las que usan los participantes en concursos de memoria y fue demostrada por el británico Nelson Dellis, tres veces campeón de memoria en Estados Unidos, en su participación en el Memory Workshop organizado por life’sDHA en el Papalote Museo del niño el pasado martes. Donde Dellis demostró su capacidad para recordar 52 cartas de un mazo después de verlas por unos segundos. De ahí que ostente el record internacional de memorizar con mayor velocidad una baraja de cartas en sólo 40.65 segundos.

Practicar esta u otras técnicas de mnemotecnia refuerzan las conexiones de las neuronas en el hipocampo, hipotálamo y lóbulo parietal encargados de almacenar tus recuerdos. Ejercitar el cerebro con estos juegos de memoria mejoran el desempeño cognitivo a la larga. Además en las personas con problemas de memoria o demencia estos ejercicios pueden ayudar a mantener sanos los circuitos neuronales que aún se preserven, explica el doctor Adolfo Leyva Rendón, subdirector de consulta externa del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco.

Más que una curiosidad, son ejercicios que pueden ayudar a mantener la salud mental, definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un estado de bienestar en el cual una persona es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad.

Los trastornos mentales son la causa de cerca del 23% de los años perdidos por discapacidad. Cerca de la mitad de estos males se manifiestan antes de los 14 años y de no ser tratados pueden llevar a los jóvenes al suicidio, siendo ésta la segunda causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años de edad, según datos de la OMS. Por otra parte, el deterioro cognitivo entre las personas de la tercera edad puede desencadenar demencias, entre ellas el Alzheimer, que no sólo se afecta a la memoria sino al intelecto, el comportamiento y la capacidad de realizar actividades diarias.

Este 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental y es un buen pretexto para pensar en tu estado de bienestar y cómo mantener tu cerebro al 100. Te decimos cómo lograrlo:

Eres lo que comes

Se sabe que los ácidos grasos del Omega 3 son vitales para el desarrollo cerebral y mental de las personas desde la etapa fetal hasta la vejez. Sin embargo, el doctor Adolfo Leyva Rendón explicó que de este grupo sólo el ácido docosahexaenoico (DHA) es el único que se acumula en los tejidos neuronales propiciando la formación del sustrato óptimo para las funciones cerebrales.

El DHA se puede obtener de los pescados grasos como salmón, atún, arenque y boquerones. Aunque en realidad, estos pescados los metabolizan después de consumir algas ricas en este ácido graso. Obtener DHA “puro” por este proceso es complicado, explica Leyva Rendón en su artículo “DHA y funcionamiento cerebral ¿cuáles son los beneficios?” publicado en la Revista Mexicana de Neurología, por lo que se ha sintetizado a través de procesos de fermentación controlada usando dos microalgas, Crypthecodiniumcohnii y otra especie del género Schizochytrium, lo que ha permitido agregarlo en fórmulas lácteas, así como otros alimentos de consumo habitual

En 2010 la OMS y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) recomendaron un consumo diario de 120 a 140 miligramos de DHA a bebés de 6 a 24 meses; de 100 a 150 mg para niños de dos a cuatro años y de 200 a 250 mg para niños mayores de 6 años. Para los adultos de 250 mg a 2 gramos.

Sin embargo, un estudio de 2012 dirigido por Alexandra Richardson de la Universidad de Oxford, publicado en la revista PLoS ONE, concluyó que una suplementación de 400 mg de DHA diarios aumenta la retención de lectura en niños con problemas de aprendizaje, lo que se relaciona con una mejora en su memoria de trabajo. También mejoró la conducta al reducir la hiperactividad y falta de atención, así como reducir los niveles de ansiedad y problemas de sueño.

El DHA permite el desarrollo cerebral en la etapa fetal; en la niñez ayuda a consolidar las habilidades motoras y la agudeza visual. También interviene en el metabolismo de lípidos entre los adultos y jóvenes. Y ayuda como neuroprotector cerebral extendiendo las funciones cognoscitivas entre los adultos mayores.

A mover el esqueleto

Además de ejercitar tu memoria y consumir alimentos ricos y suplementos de DHA, practicar ejercicio físico es otra actividad que te ayudará a lograrlo. Un estudio del Instituto de Tecnología de Georgia muestra que un entrenamiento intenso de 20 minutos con levantamiento de pesas puede aumentar 10% la memoria episódica, también conocida como memoria de largo plazo para eventos anteriores, en adultos jóvenes sanos.

Otras investigaciones han demostrado que practicar ejercicios aeróbicos, como correr o caminar, pueden mejorar la memoria, ya que garantizan la buena circulación de la sangre que lleva el oxígeno al cerebro para su funcionamiento correcto.

Los investigadores también hicieron que las personas estudiaran ciertos eventos justo antes del ejercicio y no después de este. Lo anterior debido a la extensa investigación en animales que indica que el periodo posterior al aprendizaje (consolidación) es cuando es más probable el beneficio de la memoria gracias a la excitación o el estrés ocasionado por la actividad.

Así que ya sabes practica algún juego de memoria, ejercítate, consume DHA y como último consejo Nelson Dellis recomendó ser muy sociable, pues entre más personas conozcas y más lugares visites, tendrás más “espacios mentales” para acomodar los elementos que quieres recordar al darles significado.



http://quo.mx/noticias/2014/10/10/como-mantener-tu-cerebro-al-100



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