Manolo Reyes: Miami necesita un inspector general independiente| Opinión

Como comisionado de la ciudad de Miami desde 2017, me ha preocupado profundamente la creciente ola de escándalos que han ensombrecido la gobernanza y el discurso político de nuestra ciudad.

A lo largo de los años, nuestra comunidad ha lidiado con acusaciones de alto perfil y una creciente desconfianza en nuestras instituciones.

Las elecciones de 2023 amplificaron aún más este sentimiento, con candidatos que prometieron apasionadamente erradicar la mezquindad y restaurarla integridad de nuestra ciudad.

Sin embargo, no se han realizado reformas sustanciales, lo que nos deja en una coyuntura crítica en la que se necesitan desesperadamente medidas inmediatas y decisivas. La urgencia de este momento no se puede exagerar.

Nuestra ciudad, reconocida por su vibrante cultura y potencial dinámico, merece ser celebrada por sus fortalezas en lugar de ser definida por sus debilidades.

Debemos ir más allá de la retórica y tomar medidas tangibles para abordar la mala conducta que socava la confianza de nuestra comunidad y obstaculiza nuestro progreso.

Desafortunadamente, todavía estamos esperando informes del Auditor General, en particular sobre el mal manejo de las tarjetas de regalo COVID-19, un problema grave relacionado con la supuesta reventa de estas tarjetas.

A pesar de la apremiante necesidad de transparencia, aún no se han presentado hallazgos ni acciones significativas. Esta inacción subraya la necesidad de una entidad más sólida y autónoma para supervisar y auditar los asuntos de la ciudad, destacando la innegable necesidad de cambio y las limitaciones del sistema de supervisión actual.

En respuesta a esta necesidad crítica, propuse la creación de una oficina del inspector general independiente para combatir cualquier acusación de corrupción en nuestra ciudad.

Esta oficina estará empoderada con la autoridad para realizar investigaciones exhaustivas y responsabilizar a los funcionarios de la ciudad, ofreciendo una solución sólida y eficaz a este problema en curso.

Con la aprobación unánime de mi legislación por parte de la Comisión de la Ciudad, hemos alcanzado un hito significativo en nuestra lucha por la rendición de cuentas.

Si bien el drama que rodea la escena política de Miami puede ser desalentador, sigo siendo optimista sobre nuestro futuro.

La posible oficina del Inspector general representa un salto sustancial hacia adelante. Al equipar a esta oficina con las herramientas y la autoridad necesarias, estamos allanando el camino para un futuro caracterizado por una mayor transparencia, integridad y eficiencia en el gobierno.

La oficina propuesta del inspector general superaría el alcance limitado del Auditor General actual. Tendría la autoridad para emitir citaciones, exigir comparecencias y recopilar evidencia crucial para descubrir mala conducta. Esta oficina auditaría y revisaría programas, contratos y transacciones pasados, presentes y futuros, asegurándose de que todas las actividades de la ciudad se lleven a cabo con integridad.

Podemos establecer un mecanismo de supervisión integral otorgando al inspector general el poder de exigir informes de todas las entidades de la ciudad, incluido el alcalde, los comisionados de la ciudad, los gerentes, las agencias y los organismos independientes.

La oficina examinaría los procesos de adquisición, los diseños de proyectos, las especificaciones de las licitaciones, las actividades de los contratistas y el cumplimiento de las especificaciones de los contratos, detectando y previniendo así el fraude.

Esta supervisión integral brindará tranquilidad a los residentes de Miami.

Además, la oficina del inspector general estaría facultada para investigar las quejas de los ciudadanos, una función vital para mantener la confianza pública. Podría citar a testigos,tomar juramentos y exigir la presentación de registros, capacidades de las que carece el Auditor General actual.

El papel del inspector general en la investigación de las quejas de los ciudadanos asegura que la oficina siga siendo responsable, respondiendo directamente a las preocupaciones de los residentes de Miami y demostrando su compromiso de servir al interés público.

Miami necesita urgentemente un cambio estructural para combatir la corrupción y el favoritismo de manera efectiva.

Un inspector general independiente con la autoridad para investigar en todos los niveles de gobierno es un paso crucial para restablecer la integridad en nuestra ciudad.

Esta transición de la retórica a la acción demostrará a la gente de Miami que estamos comprometidos con un cambio real. La creación de la oficina del inspector general garantizará que nuestro gobierno funcione de manera transparente y eficiente e inspire confianza en el futuro de nuestra ciudad,en beneficio de todos sus residentes.

Con la creación de la oficina del inspector general, Miami está preparada para superar sus desafíos y emerger más fuerte.

El 20 de agosto, los votantes pueden generar un impacto positivo al apoyar esta iniciativa, colocando a nuestra ciudad en el camino hacia un futuro más brillante.

Únase a mí para hacer avanzar a Miami votando “SÍ” a los Referéndos de Miami, Número 1 y 2.

Manolo Reyes es un comisionado de la ciudad de Miami.