Malvinas: David Morgan, el as de la aviación británica que se acercó a los pilotos argentinos

David Morgan tiene hoy 73 años y es uno de los pilotos más condecorados en el Reino Unido por su participación en la Guerra de Malvinas
Editorial El Cazador

“Comencé a pensar en el combate reciente. Había sido una pelea increíblemente rápida y violenta, ¿Cuánto tiempo habría durado? ¿Diez minutos? ¿Uno? Finalmente llegué a la conclusión de que toda la acción había durado menos de tres minutos. En ese tiempo probablemente habían muerto media docena de hombres. Había alertado a Búsqueda y Rescate, pero no estaba seguro de si habría alguien disponible teniendo en cuenta el caos en Bahía Agradable. También sabía que había sido el responsable directo de la muerte de dos pilotos argentinos. Fue algo que pude olvidar en ese momento, pero que tuvo un gran impacto en los siguientes veinte años de mi vida”. Así relata David Morgan, conocido como el “as de la aviación británica” en la Guerra de Malvinas, su participación en la batalla aérea del 8 de junio de 1982 durante el desembarco de tropas inglesas en Bahía Agradable, una situación que lo marcó para siempre.

Idiomas: las academias ganaron alumnos y sus cursos llegaron al exterior

Víctima de estrés postraumático tras el final del conflicto bélico, buscó un acercamiento con los pilotos argentinos que habían combatido en la guerra al igual que él. Además, recordando su participación y para dar testimonio sobre cómo afrontó y procesó esos recuerdos, Morgan escribió el libro Cielos Hostiles (Editorial El Cazador), que se acaba de publicar en español y está disponible en la Argentina.

“Escribí el libro para intentar darles sentido a mis sentimientos, y para darles a mis hijos una idea de lo que experimenté durante el conflicto”, dice Morgan a LA NACION. Y agrega: “Cuando me propusieron la idea de publicar en la Argentina, me preocupó que se lo considerara una especie de declaración política. No lo es. Es solo un intento muy personal de dar sentido a algunos hechos trascendentales que sucedieron hace décadas, pero que tuvieron un gran impacto en mi vida y en las de otros miles de personas”.

(De izq. a der.) El piloto argentino Luis Cervera, David Morgan, el piloto argentino Héctor Sánchez y Pablo Bolzán, hijo del piloto fallecido Danilo Bolzán
Editorial El Cazador


(De izq. a der.) El piloto argentino Luis Cervera, David Morgan, el piloto argentino Héctor Sánchez y Pablo Bolzán, hijo del piloto fallecido Danilo Bolzán (Editorial El Cazador/)

Durante el desembarco de fuerzas británicas en Bahía Agradable, la Fuerza Aérea Argentina atacó y hundió dos buques y una lancha. Ese día murieron 61 marinos británicos y quedaron heridos entre 150 y 200 soldados, siendo el mayor ataque que sufrió la Marina Británica desde la Segunda Guerra Mundial. También cayeron tres pilotos argentinos que se enfrentaron en una dura lucha con David Morgan y los suyos. Ellos eran los tenientes Danilo Bolzán, Juan José Arraráz y Jorge Alberto Vázquez. El cuarto piloto, que sobrevivió, era Héctor Sánchez y con el tiempo se convirtió en amigo de Morgan.

David no deja de reconocer el valor de los pilotos argentinos. “Tengo la mayor admiración por las habilidades y el valor de los pilotos argentinos. Llevaron adelante sus ataques de manera excelente y causaron un gran daño a nuestros barcos”, destaca a LA NACION.

Luego del conflicto fue instructor en diferentes escuadrones militares e hizo más de 200 exhibiciones en shows aéreos. Se retiró en 1992 con 4700 horas de vuelo como piloto militar y otras 11.300 como capitán de Boeing 747-400. Tiene 73 años, está casado, tiene dos hijos y cinco nietos. Vive en Shaftesbury, cerca de Dorset. En sus ratos libres vuela su viejo biplano Tiger Moth, de 84 años de antigüedad.

En el libro que acaba de publicar, David Morgan recuerda el regreso, casi sin combustible, al portaviones inglés, tras la batalla del 8 de junio de 1982
Editorial El Cazador


En el libro que acaba de publicar, David Morgan recuerda el regreso, casi sin combustible, al portaviones inglés, tras la batalla del 8 de junio de 1982 (Editorial El Cazador/)

En su libro, Morgan detalla cada minuto de la batalla de la noche del 8 de junio de 1982, todo lo que pasó en su mente durante el combate, mientras contaba los segundos para volver al portaviones ya que se quedaba sin combustible, sintiendo la muerte cerca.

“Encontré cuatro Skyhawks atacando una de nuestras lanchas de desembarco. Derribé a dos de ellos y ataqué con fuego de cañón al tercero antes de que mi compañero lo derribe con un misil. Regresamos al barco con combustible para apenas 90 segundos más de vuelo. Estaba casi sin combustible, llamé al portaaviones y les dije que regresaba con escasez de combustible, entonces accedieron a acercarse acelerando a 32 nudos para acortar la distancia. No sabía si podía lograrlo, entonces ensayé mentalmente las acciones que debía ejecutar a fin de eyectarme hacia el agua fría y oscura debajo de mí. En la oscuridad iba a ser muy difícil calcular la altura, y era probable que no viera la superficie del agua mientras caía hacia ella”, cuenta Morgan con detalle.

La decisión del alto mando inglés de desembarcar en Bahía Agradable fue muy criticada, y los responsables tuvieron que dar muchas explicaciones. Los británicos la llamaron “el desastre de Bluff Cove”, pero, sin embargo, con esa decisión lograron hacer pie en territorio cercano a Puerto Argentino para luego avanzar desde allí y seis días más tarde obtener la rendición argentina, el 14 de junio de 1982, jornada de la que hoy se cumplen 39 años.

Balance

David Morgan es uno de los pilotos más condecorados en el Reino Unido por su participación en la Guerra de Malvinas, donde recibió la Distinguished Service Cross. Es conocido por sus camaradas como “el as de la aviación”. A pesar de tanto reconocimiento, hoy realiza un balance de su actuación desde otro punto de vista: “En lo profesional fue muy satisfactorio, ya que fui entrenado durante décadas para un conflicto de ese tipo. Pero, a pesar de eso, psicológicamente fue muy difícil sentir miedo a morir y tener que matar gente que en otro contexto hubieran sido buenos amigos”, afirma.

David Morgan se retiró en 1992 con 4700 horas de vuelo como piloto militar y otras 11.300 como capitán de Boeing 747-700
Editorial El Cazador


David Morgan se retiró en 1992 con 4700 horas de vuelo como piloto militar y otras 11.300 como capitán de Boeing 747-700 (Editorial El Cazador/)

Morgan nunca pudo olvidar esa noche del 8 de junio de 1982, en la que hubo bajas de ambos bandos y que hoy es tristemente recordada tanto por los británicos como por los argentinos que perdieron tres valientes pilotos. El cuarto piloto argentino, Héctor Sánchez, que se enfrentó a los aviones ingleses y al propio Morgan, pudo volver a casa. “Con Héctor hoy somos excelentes amigos”, destaca David. “En el verano de 1993, luego de que intermediara un amigo en común, Héctor y su esposa vinieron a nuestra cabaña de Somerset y, después de varias copas de sidra, descubrimos lo que realmente había sucedido esa noche hacía casi veinte años”, relata el aviador.

Morgan regresó a islas en 2007 y en 2019, cuando se encontró nuevamente con Sánchez. “Juntos levantamos un monumento en recuerdo del padre de Pablo Bolzán, cerca del lugar donde fue derribado”, recuerda.

Hoy, está interesado por el proyecto humanitario realizado por ambos países y que desarrolla la Cruz Roja Internacional, que ya identificó 115 de los 122 cuerpos de los soldados argentinos sepultados en el Cementerio de Darwin. “Creo que es un proyecto fantástico y espero que lleve algo de paz a los familiares de quienes dieron su vida en la guerra. Lamento que haya ocurrido. Creo que nuestros dos países deberían ser naturalmente amigos. Lamento cada una de las muertes, sin importar a qué bando perteneció”, describe.

Morgan dice estar seguro de que “la guerra no es gloriosa; es como asomarse al infierno” y, para concluir, destaca que “los militares argentinos que participaron en el conflicto merecen ser honrados. Respondieron al llamado de su Patria y deben estar orgullosos”.