La maldad del ser humano en exhibición en la invasión rusa | Carta del lector

Se dice que el hombre es el único animal que entierra a sus muertos. También es el único animal que hace guerras, los demás seres vivientes no las hacen, solo se fajan los machos en épocas de celo.

Mientras que algunos científicos trabajan incansablemente para lograr mejores y más eficaces vacunas para contrarrestar el COVID-19, Putin, exmiembro de la KGB de la Unión Soviética, y por tanto comunista, se hizo con el poder de Rusia y lleva años reeligiéndose, no se conformó con que Rusia se quedara solamente con sus territorios. Es simplemente un dictador, un autócrata, al igual que su antecesor Stalin y los Romanov, que desconoce la democracia.

Lleva años apertrechándose y creando armas de destrucción masiva para invadir a Ucrania, la cual no pertenece a la OTAN, y como un pulpo, atraparla y apropiarse de ella. Ucrania, un pueblo trabajador, es víctima del afán expansionista de Putin. Este terminará adjudicándose a Ucrania, pisoteándola, humillándola, esclavizándola, y sacándole sus riquezas, a la vez que crea su imperio ruso.

Como dice el refrán, el que vea las barbas de su vecino arder que ponga las suyas en remojo.

Los demás seres vivientes no hacen guerra entre ellos, es cierto que no tienen acumulación de riqueza/cultura mientras que el hombre va creando riquezas y acumulándolas que son la envidia de sus vecinos. ¿Qué componente hay en la genética del Homo Sapiens, los seres humanos, que no se conforman con lo que tienen y masacran a otras poblaciones para formar grandes imperios, como el de Alejandro Magno, que después de su muerte se disolvió por completo? La historia se repite pero cada vez más sofisticada y más cruel. No hay nada nuevo bajo el sol.

Así ha sido la historia de la humanidad. Unos trabajan para desarrollar la filosofía, las artes, las ciencias, para construir un mundo mejor, mientras que otros trabajan para usurpar el poder de otras naciones y destruirlas. ¿El precio? La pérdida de la vida de millones de seres humanos que dejaron a sus esposas abandonadas, a sus hijos sin padres y sus descendientes han tenido que vivir en el exilio.

¿Se puede esperar que el ser humano mejore? Quizá, pero es el menos humano de todos los seres vivientes.

Jesús Lázaro, Miami