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Malbrán: contra reloj, el laboratorio trabaja para analizar los casos del virus

El nuevo coronavirus que mantiene en vilo al mundo y desafía a los mercados internacionales aún no llegó al país, pero hay un grupo de especialistas en virus respiratorios que trabajan sin horarios a pesar del cansancio acumulado, también, por el brote de sarampión que comenzó a mediados del año pasado.

Desde finales de enero, el equipo del laboratorio nacional de referencia para influenza y otros virus respiratorios de la Administración Nacional de Laboratorios e Instituto de Salud Dr. Carlos Malbrán (Anlis) estudió 15 casos sospechosos de la enfermedad por el nuevo coronavirus Covid-19. Fueron muestras del tracto respiratorio de pacientes que consultaron en hospitales o centros privados del país por síntomas respiratorios, fiebre y el antecedente de haber viajado o estado en contacto con una persona que estuvo en un país donde está circulando el nuevo coronavirus.

Al frente del grupo está Elsa Baumeister, que dirige el Servicio de Virosis Respiratorias de la Anlis donde funciona el Centro Nacional de Influenza de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud. Ellos serán los primeros en conocer que el virus llegó al país. Y, como en la pandemia de gripe A de 2009, Baumeister será quien dé la voz de alerta a las autoridades sanitarias una vez confirmado el resultado positivo.

"Todos los pasos que involucran el diagnóstico se cumplen en 48 horas como máximo", explica, en diálogo con LA NACION. Andrea Pontoriero, que integra el equipo de la Anlis, fue la representante argentina en el taller de capacitación de la OPS en el Instituto Oswaldo Cruz de Brasil donde 10 países de la región recibieron el kit de detección del nuevo coronavirus de la OMS, a principio de este mes.

El proceso de detección comienza con la toma adecuada de la muestra de un paciente en un hospital. Puede ser una del tracto respiratorio bajo (esputo, lavado broncoalveolar o aspirado traqueal) o del tracto superior a través de un hisopado nasofaríngeo y orofaríngeo, que se colocará en un tubo con solución fisiológica para enviar al laboratorio de referencia para influenza provincial. Ahí, se hace una primera prueba para descartar una infección por el virus de la influenza A o B.

Recién entonces se enviará la muestra en triple envase y refrigerada para su protección al laboratorio nacional de referencia de la Anlis para determinar si el paciente contrajo o no el nuevo coronavirus.

En cada provincia existe por lo menos un laboratorio de referencia para diagnosticar influenza A y B. Como la técnica que hay que aplicar para el nuevo coronavirus es muy similar, se podría transferir para agilizar la detección si la epidemia comenzara a expandirse por el país.

"Tenemos la experiencia de la pandemia de gripe A de 2009 -señaló Baumeister-. En ese momento, podíamos procesar 600 muestras por día [en una sola jornada, el 2 de julio de ese año, recibieron 1200]. Pero tenemos que aprender de las lecciones que nos dejó la pandemia. Estamos tratando de poder transferirles a las provincias, en un futuro no muy lejano, la técnica para que hagan el diagnóstico".

Y agregó: "No queremos llegar a tener que analizar todas las muestras en el laboratorio nacional de referencia, que se sature como en 2009, cuando trabajábamos más de 14 horas diarias los siete días de la semana. Hay que ver cómo irá evolucionando esta epidemia, pero antes de que alcance las dimensiones de la pandemia de 2009 haremos esa transferencia a las provincias. Sus laboratorios de referencia tienen el equipamiento y los profesionales para poder hacerlo. La única limitación son los reactivos, que son un bien muy preciado y escaso en el mundo en estos momentos. Estamos en la Anlis tratando de conseguir la mayor cantidad posible de esos reactivos para las pruebas".

En 24 horas, de acuerdo con la última actualización epidemiológica de la OMS, el mundo notificó 1185 casos nuevos de Covid-19, con un total de 82.294 afectados en 47 países. Y ayer, por segundo día consecutivo, China informó menos casos que el resto del mundo. Con nueve países que se sumaron al avance del nuevo coronavirus, incluido Brasil, se detectaron 746 casos nuevos en 46 países y 439 en territorio chino.

Mientras en la Argentina se espera que el Ministerio de Salud de la Nación actualice la definición de "caso sospechoso" para ampliar el antecedente de viaje o el contacto con personas provenientes de todos los países donde se están registrando casos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por su nombre en inglés) actualizaron ayer a la tarde el protocolo para la detección de casos.

Los CDC instruyeron a los profesionales de la salud a buscar los casos de Covid-19 entre quienes hayan viajado a Italia, Irán, Corea del Sur, Japón y China. Fue luego de que se detectara el caso de una mujer en California que habría contraído la infección sin haber viajado fuera de Estados Unidos. Esto activa una luz de alarma porque significa que no solo hay casos en la comunidad que están pasando inadvertidos, sino que el virus ya está circulando en ese país.

Cuando eso ocurra en la Argentina, es probable que ya sea temporada de otros virus respiratorios, como el de la gripe, una infección que fue más fuerte que otros años en el hemisferio norte. De ahí la insistencia en aplicarse la vacuna antigripal, en especial los grupos de riesgo.

"Vamos a tener un virus más dentro de todos los patógenos respiratorios más los bacterianos que circularán como todos los años -indicó Baumeister-. Esto lo vimos con la introducción del virus pandémico en el 2009".

Esa "convivencia" viral la están experimentando en Estados Unidos, por ejemplo, donde esta temporada de gripe fue especialmente grave. "Los síntomas de la influenza y del nuevo coronavirus no se pueden distinguir excepto por la posibilidad de que los síntomas son más graves en las personas con Covid-19", explicó ayer Gregory Poland, director de investigación de vacunas de la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota, ante la consulta de LA NACION.

El especialista insistió en que una de las estrategias más importantes para la salud pública, la comunidad y cada individuo en este contexto es la vacunación contra la gripe. "Entre algunos casos de Covid-19 y muchos de influenza, nadie puede saber cuál es cuál y eso satura la respuesta del sistema de salud pública, que tiene que atender a los pacientes, hacer las pruebas de detección, determinar a quién aislar y definir qué tratamiento utilizar en cada caso", agregó Poland, que indicó que no hay evidencia de que en esta cocirculación viral se pueda dar algún tipo de "intercambio genético" entre los virus de la gripe y Covid-19.