Una madre en Gaza no ve a su hija desde que las tropas israelíes allanaron su hogar
DEIR AL-BALAH, Franja de Gaza (AP) — Reem Ajour cuenta que vio por última vez a su esposo y a su hija de 4 años en marzo, cuando soldados israelíes allanaron una vivienda familiar en el norte de Gaza. Está atormentada por esos últimos momentos caóticos, cuando los soldados le ordenaron irse y dejar atrás a Talal y Masaa, que estaban heridos.
Ocho meses después, esta madre de 23 años sigue sin tener respuestas sobre su paradero. El Ejército dice que no los tiene. Las tropas arrasaron la casa donde se alojaban poco después de la redada.
“Estoy viva y muerta al mismo tiempo”, dijo, rompiendo en sollozos.
Ajour es una de las docenas de palestinos a quienes un grupo legal israelí, Hamoked, está ayudando en la búsqueda de sus familiares desaparecidos después de ser separados por soldados israelíes durante cateos y arrestos en la Franja de Gaza.
Sus casos — una fracción de los miles que se calcula que han desaparecido durante una guerra que dura ya 14 meses — destacan la falta de responsabilidad en el trato que dispensa el Ejército israelí a los palestinos durante sus operaciones terrestres en Gaza, señala Hamoked.
A lo largo de la guerra, el ejército ha llevado a cabo el equivalente a un cribado masivo de la población palestina mientras allana hogares y refugios y obliga a la población a pasar por puntos de control. Las tropas acorralan y detienen a hombres — desde docenas a varios cientos a la vez — buscando a cualquiera que sospechen que pueda tener vínculos con Hamás, mientras obligan a sus familias a marcharse a otras partes de Gaza. El resultado son familias separadas, a menudo en medio del caos de los combates.
Pero el Ejército no ha aclarado cómo lleva un registro de todos a los que separa, arresta o detiene. Incluso si las tropas trasladan a los palestinos a centros de detención militar dentro de Israel, pueden tenerlos incomunicados por más de dos meses sin que sus familias o abogados conozcan su paredero, según grupos de derechos.
Cuando alquien desaparece, es casi imposible saber qué sucedió, apunta Hamoked.
“Nunca habíamos tenido una situación de desaparición forzosa masiva en Gaza, sin que se proporcione información a las familias durante semanas y semanas”, afirmó Jessica Montell, directora de Hamoked. La Corte Suprema de Justicia de Israel se ha negado a intervenir para obtener respuestas a pesar de las peticiones de Hamoked, agregó.
Preguntado por The Associated Press acerca de los casos de Ajour y otras dos familias entrevistadas, el Ejército israelí declinó hacer comentarios.
Masaa Ajour, de 4 años, fue baleada y separada de su madre
Los Ajour se refugiaban en una casa en la Ciudad de Gaza que pertenecía a la familia de Talal después de verse obligados a abandonar su hogar al principio de la guerra. Las tropas israelíes allanaron la vivienda el 24 de marzo, abriendo fuego al entrar, recordó Ajour.
La mujer, que estaba embarazada de tres meses, recibió un disparo en el estómago. Talal resultó herido en una pierna y sangraba abundantemente. Masaa yacía desmayada con una herida de bala en un hombro, aunque Ajour afirma que la vio aún respirando.
Mientras un soldado vendaba la herida de la niña, otro apuntó su arma a la cara de Ajour y le dijo que saliera de la Ciudad de Gaza.
Cuenta que suplicó que no podía dejar a Masaa y Talal, pero el soldado gritó: ”¡Vaya al sur!”
Sin más opción, Ajour recogió a su hijo menor y bajó a la calle. “Todo ocurrió en un abrir y cerrar de ojos. Todo fue muy rápido”, dijo. Aún sangrando, caminó durante dos horas y media, abrazando a su hijo.
Cuando llegaron a un hospital en el centro de Gaza, los médicos trataron su herida en el estómago y encontraron el pulso del feto. Semanas más tarde, los médicos le dijeron que el pulso había desaparecido. Había abortado.
Según Ajour, varias semanas más tarde un palestino liberado de una prisión en el sur de Israel le dijo a su familia que había escuchado el nombre de su esposo anunciado por un altavoz entre una lista de detenidos.
El rumor ha mantenido viva su esperanza, pero el ejército le dijo a Hamoked que no tenía constancia de que Masaa o Talal estuvieran detenidos.
Otra posibilidad es que hayan muerto en el lugar del cateo, pero nadie ha podido buscar entre los escombros del edificio familiar para determinar si hay cuerpos allí.
El asalto a su edificio ocurrió mientras las fuerzas israelíes combatían a insurgentes de Hamás en las calles circundantes y llevaban a cabo una redada en el cercano hospital de Shifa, donde afirmaban que los milicianos tenían su base. Las tropas desalojaron a familias de casas cercanas y a menudo destruyeron o incendiaron los edificios después, según contaron testigos en aquel momento.
Es posible que el propio ejército no sepa qué sucedió con el esposo y la hija de Ajour, dijo Montell, de Hamoked.
“Eso ilustra un problema más grande”, apuntó.
Ajour y su hijo ahora se refugian en un campamento de tiendas a las afueras de la localidad de Zuweida, en el centro del enclave palestino.
Masaa, dijo, “fue mi primera alegría”, con el pelo rubio, los ojos color oliva y un rostro “blanco como la luna”.
El quinto cumpleaños de Masaa fue en julio, dijo Ajour sollozando. “Cumplió cinco años mientras no está conmigo”.
¿El ejército documenta lo que hacen las tropas en Gaza?
En virtud de una revisión de la legislación israelí en tiempos de guerra, los palestinos de Gaza llevados a centros detención militar en Israel pueden ser retenidos por más de dos meses sin acceso al mundo exterior.
Israel dice que la ley es necesaria para gestionar una cifra de detenidos sin precedentes mientras busca destruir a Hamas tras el ataque del 7 de octubre de 2023 sobre el sur de Israel que dejó unos 1.200 muertos y alrededor de 250 rehenes que fueron llevados a Gaza. El ejército ha transferido a cerca de 1.770 de sus detenidos en Gaza a prisiones civiles, según grupos de derechos, pero no ha revelado el número que siguen bajo su custodia.
Milena Ansari, investigadora de Human Rights Watch, sostiene que Israel está obligado por el derecho internacional a documentar lo que sucede durante cada allanamiento de viviendas y detención. Pero el Ejército no es transparente acerca de la información que recopila sobre los detenidos o sobre a cuántos retiene, agregó.
Hamoked ha solicitado al Ejército el paradero de 900 palestinos desaparecidos. Las autoridades confirmaron que alrededor de 500 de ellos estaban detenidos en Israel y apuntó que no tenía constancia del arresto de los otros 400.
El grupo presentó una petición ante la Corte Suprema de Justicia de Israel buscando respuestas para 52 casos, incluidos los de Masaa y otros dos niños, donde testigos declararon que los afectados estaban en manos de las tropas antes de su desaparición.
“Los jueces simplemente desestiman los casos, sin siquiera preguntar qué medidas podrían ser necesarias para prevenir estas situaciones en el futuro”, dijo Montell.
Un portavoz del tribunal dijo que suele pedir al Ejército que proporcione información adicional, pero no está autorizado a investigar si el Ejército dice que no están detenidos.
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El Deeb informó desde Beirut, Líbano, y Frankel desde Jerusalén.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.