Línea de ayuda para víctimas de agresiones sexuales en EEUU ofrece servicios en español

This week, the country's largest and only National Sexual Assault Hotline became bilingual, offering free and confidential around-the-clock services in Spanish, the language spoken by 37.6 million people in the U.S. (RAINN/Handout)

La red individual más grande de ayuda en línea para víctimas de agresiones sexuales en Estados Unidos se ha vuelto bilingüe, al ofrecer por primera vez servicios gratuitos y confidenciales en español –el idioma hablado por 37.6 millones de personas en el país– las 24 horas del día.

“A través de los años hemos recibido peticiones de miles de sobrevivientes para tener acceso a servicios en español, pero no teníamos la capacidad”, dijo Scott Berkowitz, fundador y presidente de la Red Nacional de Violación, Abuso e Incesto, o RAINN, por sus siglas en inglés, un grupo sin fines de lucro que opera la línea de ayuda nacional en línea.

Pero ahora la tiene, gracias a una subvención de la Oficina para Víctimas del Crimen (OVC) del Departamento de Justicia.

De acuerdo a un comunicado enviado por correo electrónico a Yahoo, la OVC eligió específicamente a RAINN para recibir financiamiento como parte de su iniciativa estratégica Vision 21 Transforming Victim Services, que busca “proporcionarle a las víctimas de delitos, lo que incluye a víctimas que reciben escasa atención, un acceso más inmediato a servicios y usar tecnología innovadora cuando resulte apropiado para facilitar dicho acceso”.

(RAINN/Handout)
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En lugar de un centro de atención telefónica tradicional, la línea de servicios de RAINN es en realidad un chat en línea, que conecta de forma anónima a víctimas con especialistas capacitados que pueden ofrecer apoyo para intervención en casos de crisis, orientación legal y médica básica, así como recomendaciones para recursos locales a través de una configuración similar a los mensajes instantáneos.

Desarrollada en el 2006 como respuesta a muchas víctimas a las que les resultaba difícil hablar de sus traumas en voz alta, Berkowitz dijo que la línea de ayuda en línea es popular sobre todo entre sobrevivientes de menos de 25 años, una tendencia que espera que se traduzca.

"En la población general, aproximadamente una de cada tres víctimas reporta una violación ante la policía”, dijo Berkowitz. “En las comunidades inmigrantes, o entre personas que hablan idiomas que no son el inglés, el índice de reportes es todavía más bajo. No es inusual ver una especie de aversión a las autoridades y malestar para ponerse en contacto con la policía”.

Sin embargo, dijo, “algo que hemos descubierto con las líneas de ayuda en inglés es que la gente que puede buscar ayuda, plantear preguntas y hacer que nuestro personal desmitifique el proceso, muestra más probabilidades de reportar sus crímenes ante la policía”.

(RAINN/Handout)
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Julia Barden es una de las miles de personas que durante años han pedido que RAINN brinde servicios en español.

Barden, una puertorriqueña-estadounidense que habla abiertamente como sobreviviente de una agresión sexual, está decidida a derribar algunas de las barreras que –45 años después de su propio ataque– aún hacen que hablar sobre la violación resulte particularmente difícil dentro de la comunidad hispana.

Cuando tenía 9 años, Barden fue raptada mientras caminaba de la escuela a su casa en la zona del Upper East Side, en la Ciudad de Nueva York. Un hombre al que nunca antes había visto le bloqueó el paso en la acera y le dijo que era un oficial policía que necesitaba su ayuda para encontrar al perro de una anciana. Barden dijo que siempre le habían enseñado a no cuestionar la autoridad de los adultos –mucho menos la de un oficial de policía– así que no lo hizo y el hombre la llevó al sótano de un departamento de edificios a menos de 460 metros de distancia de donde ella vivía.

Ahí, detrás de una puerta de acero, Barden fue agredida sexualmente. El hombre amenazó con hacerle daño si le decía a alguien lo que había sucedido y le ordenó que contara hasta 100 antes de irse. Cuando terminó de contar, el hombre se había ido, dejándola aterrada, aturdida y avergonzada.

En su hogar tradicionalmente puertorriqueño, se le había enseñado desde pequeña que la pureza y la virginidad de una mujer iban unidas no sólo a su honor sino al de su familia. “Me sentía sucia, mancillada por el resto de mi vida”, le dijo Barden, ahora de 54 años, a Yahoo News. “Lo veía en términos de mi riqueza personal, en términos de mi aptitud para ser la esposa de alguien algún día”.

(RAINN/Handout)
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Después de hallar la salida de aquel laberíntico sótano neoyorquino y regresar a su propio departamento, Barden de inmediato se dio un baño. En retrospectiva, era una actividad bastante inusual tras llegar de la escuela para una niña que cursa el cuarto grado, pero ninguno de los adultos con los que Barden vivía en ese entonces –que incluían a su madre, su padrastro, su tía, el novio de su tía y una niñera– parecieron darse cuenta. O si lo hicieron, nunca dijeron nada. Ni tampoco ella.

“En ese momento me di cuenta, ‘maldita sea, estoy sola en esto’”, dijo Barden. Se aferró firmemente a su secreto hasta que fue veinteañera, viviendo con el temor constante de volver a toparse con su agresor, o descubrir que había contraído alguna enfermedad venérea que pondría en riesgo su vida. Incluso después de que por fin se lo contó a su prometido, tuvieron que pasar varios años más antes de que pudiera hablar abiertamente al respecto.

Hoy en día, como madre y miembro de la oficina de portavoces de RAINN, Barden comparte su historia sin dificultad, con la esperanza de evitar que víctimas futuras vivan en temor y silencio al educar a los padres de familia. Considera que el nuevo servicio de RAINN en español es un paso importante para alcanzar ese objetivo y no puede evitar maravillarse al pensar cómo habría sido su vida si hubiera tenido acceso a un servicio así cuando lo necesitó.

“Si hubiera tenido la oportunidad de hablar con alguien donde no me sintiera juzgada, mi vida entera podría haber sido diferente”, dijo. “Podría haberme desempeñado mejor en la escuela, porque pasaba tanto tiempo buscando a esa persona que quería lastimarme que no me podía concentrar. Podría haber aligerado mi temor y vergüenza. Podría haber mitigado 20 años de gran ansiedad. Podría haber tenido una infancia más feliz”.

(RAINN/Handout)
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Aunque tiene cuidado de aclarar que sólo puede hablar de su experiencia como una mujer puertorriqueña, Barden indicó que muchas de las mismas creencias y el estigma cultural que la acalló cuando era niña aún predominan en las familias latinas.

“Creo que la comunidad hispana en general todavía es una sociedad sumamente patriarcal”, dijo. Para un grupo demográfico que representa a la minoría más numerosa y joven de Estados Unidos, dijo Barden, “eso significa que hay muchos niños que luchan, que sufren, que exploran y no sienten que la cultura les permite ser abiertos sobre estos temas”.

Aunque la población de estadounidenses de origen hispano nacidos en el país sigue creciendo (hasta el 2013, uno de cada cuatro recién nacidos en Estados Unidos era hispano) también lo hace la desconexión entre la generación más joven, que se identifica cada vez más con el inglés como primer idioma, y sus mayores.

Incluso aquellos que hablan español en casa no cuentan necesariamente con el vocabulario para expresarle lo que experimentan a alguien que pudiera ayudarlos o al menos consolarlos.

(RAINN/Handout)
(RAINN/Handout)

Barden, quien creció hablando un inglés fluido, dijo que en los años posteriores a su ataque se sintió particularmente unida a su abuela, quien hablaba español, pero que su propia habilidad para comunicarse en el idioma era limitada.

“No sabía cuál era la palabra en español para ‘violación’, todavía no sé”, dijo Barden. “Pero si hubiera tenido acceso a un representante de RAINN en español cuando tenía 10 u 11 años, cuando pasaba las tardes con mi abuela y sentía que tal vez ella era la persona con la que podría sincerarme, entonces quién sabe”.

Con un incremento de aproximadamente 175 empleados bilingües en la línea de ayuda, Berkowitz espera eliminar el idioma como uno de los muchos obstáculos que enfrentan las víctimas de violación y otros tipos de abuso sexual.

“Algo que vemos con frecuencia es a gente que tiene dudas para usar la línea de ayuda porque no está completamente segura de si lo que sucedió califica como crimen”, dijo Berkowitz. “Esto está aquí para brindarles el apoyo emocional y la ayuda que necesitan. Esperamos (que los servicios en español) derriben barreras y alienten a más gente a buscar ayuda”.