Luiz Mandetta: "El pueblo brasileño está sufriendo las consecuencias de una intervención militar burra en Salud"

SAN PABLO.- Luiz Henrique Mandetta está convencido de que a Brasil todavía le esperan meses muy difíciles. El ex ministro de Salud de Jair Bolsonaro critica duramente al gobierno del que formó parte entre enero de 2019 y abril de 2020, cuando salió en medio de una escandalosa pelea con el presidente por diferencias en la gestión del virus.

"El pueblo brasileño está sufriendo las consecuencias de una intervención militar burra en Salud, con capitanes y coroneles que no tienen la menor noción de lo que están haciendo", dijo Mandetta en una entrevista con LA NACION. En una conversación de casi una hora, el popular ex ministro de Bolsonaro habló sobre las dificultades que enfrenta Brasil para vacunar en masa, los errores que llevaron a un nuevo colapso en Manaos, la posibilidad de que Bolsonaro sufra un impeachment y sus anhelos en la política.

-Brasil llega a 11 meses de pandemia con más de 215 mil muertos, y sin poder imaginar el fin de la crisis. ¿Imaginó un año atrás que esto sería posible?

-Teníamos 3 modelos de lo que podría suceder y se los llevé al presidente. Adoptando un rigor absoluto en medidas de contención, parecido al de Nueva Zelanda, llegaríamos a diciembre con 30 a 40 mil muertos. Nuestro objetivo era tener lockdowns cuando fuese necesario, trabajando con el máximo rigor científico, para poder tener 80 mil muertos. Con el camino que el presidente quería dije que llegaríamos a 180 mil muertos. Él creyó que yo estaba siendo pesimista, porque había otros que escuchaba que decían que serían solo 2 o 3 mil muertos y que el Covid-19 duraría 2 o 3 semanas, como una gripe normal. El gobierno optó por escuchar a negacionistas y se apegó a la idea de que la cloroquina era la fórmula que tenía que mostrar al pueblo para ir a trabajar porque el coronavirus no sería nada. Infelizmente el escenario que diseñé se concretó.

-¿Cuál fue el principal error que condujo a Brasil hasta acá?

El gobierno no siguió a la ciencia, inviabilizó el SUS cambiando el equipo del ministerio de Salud y tuvo una reacción de desdén con la pérdida de las vidas.

-Brasil comenzó a vacunar. ¿Este puede ser un año de alivio?

Brasil fragmentó su gran fuerza. Un país con 215 millones de habitantes tenía el poder de aglomerarse a través del Mercosur y coordinador un pool de países para comportarse como un bloque. Brasil fragmentó el bloque y, a su vez, los estados se fragmentaron del gobierno federal. Perdimos el poder de negociación en bloque y eso nos hizo frágiles. Y la diplomacia brasileña hizo también un trabajo de aislamiento. Vamos a pasar un año vacunando a cuentagotas, de acuerdo con la buena voluntad de los países que deben abastecernos de insumos.

Italia: Giuseppe Conte presentó su renuncia y se abre otra crisis política

-¿Itamaraty acabó entorpeciendo la lucha contra la pandemia?

Cuando estaba en el gobierno advertí que era imposible conseguir la buena voluntad de los chinos con los hijos de presidente colocando todos los días agresiones contra ellos. Bolsonaro hizo una visita a Trump en marzo a Mar-a-Lago, y salió con el mismo discurso de acusaciones a China y la misma caja de cloroquina. Y hoy le golpean la puerta a China pidiéndole un favor (por la llegada de insumos para vacunas) . y ese país responde dándole prioridad a sus socios más estratégicos, cosa que Brasil dejó de ser.

-¿Quién alimenta en Bolsonaro lo que usted llama negacionismo?

Existen dos mundos: el virtual y el real. El presidente fue secuestrado por el mundo virtual, que es el del aplauso fácil, el de los seguidores. El mundo real necesita mirar a los ojos, conversar, hacer gestos y caben preguntas de periodistas e interacción con la sociedad y con la clase política. El presidente no vive más en el mundo real, sino en el virtual, y allí están las personas que son sus auxiliares de gobierno. Así es como tenemos a un ministro de Economía desesperado cuando el presidente les dice a sus seguidores que "Brasil está quebrado y no puedo hacer nada". Los inversores ven que el presidente dijo eso, y ahí el ministro sale desesperado a tener que decir que "Brasil está muy bien, recibiendo flujo de capitales". El mundo virtual contamina el real, y esa va a ser la tónica siempre. El presidente le da carne a los leones todos los días, sin importarse en las consecuencias, porque le importan los seguidores, los likes y los compartidos. Él administra Brasil por esos tres indicadores y nada más. Mueren muchísimas personas, ¿y entonces? en el mundo virtual no, entonces no le importa.

El relación entre Mandetta y el presidente Bolsonaro estuvo tensa durante un mes antes de la renuncia del ministro de Salud.
Fuente: Archivo - Crédito: AgenciaBrasil

-¿No percibió esto al aceptar el cargo de ministro?

Cuando Bolsonaro me llamó me dijo que podía montar mi equipo de la forma que quisiera, que lo único que pediría serían resultados de trabajo. Yo monté mi equipo con lo que Brasil tenía de mejor en salud pública. Trabajé en 2019 unas 20 horas por día para pagar las cuentas del sistema, lanzar nuevos programas y reposicionar a Brasil en el mundo. Nunca participé del núcleo que estaba dentro del palacio del Planalto ni daba entrevistas. Cuando la salud publica necesitó del gobierno, que entendieran lo que estaba sucediendo el presidente se perdió en laberintos, creo que muy influenciado por el ministro de Economía. (Paulo) Guedes dijo que no íbamos a aguantar, que íbamos vamos a quebrar y que habría desempleo, déficit público. Hubo mucha inmadurez y poca atención a quien tenia un equipo validado por la ciencia. Hoy existe una intervención militar burra en el ministerio de Salud, que está lleno de coroneles y capitanes que no tienen la menor noción de lo que están haciendo, y en salud cuando errás la consecuencia es sufrimiento, que es lo que el pueblo está recibiendo.

Coronavirus: el FMI dijo que la recuperación económica depende de las vacunas

-¿Por qué Manaos acabó colapsando por segunda vez?

Hubo falta de gente capacitada; Brasil hizo una eleccion municipal (en noviembre) y habia probablemente un nuevo equipo de salud municipal; y el Ministerio de Salud de salud no monitoreó la situación. El indicador de índice de oxígeno es igual a un automovil, mirás el panel y tenés el mostrador de combustible. No prestaron atención en el botón que marcaba la caída, porque el oxígeno no se acaba del día para la noche. Hubo un error de monitoramiento, de previsión y de logística elemental.

-Antes de que la agencia sanitaria (Anvisa) aprobara las vacunas, hubo temor de una posible interferencia política en la decisión. ¿Le sorprendió que acabara siendo elogiada por su apego a la ciencia?

La Anvisa tiene un alto nivel técnico. El director entra, pero tiene un cuerpo técnico alto debajo de él. La propia agencia se colocó bajo sospecha y se politizó cuando el director andaba con el presidente en aglomeraciones y se cayó sobre el peligro de medicaciones no comprobadas como la cloroquina. Creo que se dieron cuenta de que no había margen para no aprobarlas. Esas vacunas habían sido aprobadas afuera y ya estaban llegando al país. (Anvisa) Estaba muy presionada y acabó haciendo lo correcto.

-¿Cómo ve hoy al gobierno? Usted pasó dos períodos como diputado federal, ¿Cree posible que Bolsonaro sufra un impeachment?

No creo en un impeachment del presidente. El gobierno está preparando una ofensiva muy grande para construir la presidencia de la Cámara y del Senado. El toma lá, dá cá (intercambio de favores) nunca estuvo tanto vivo en Brasil como ahora. El gobierno se aproxima del centro político más fisiológico que va a blindarlo, pero a cambio de sentarse encima del presupuesto. La polarización va a seguir en Brasil, con el PT diciendo que voten en ellos porque si no Bolsonaro se queda, y Bolsonaro dirá que voten en él porque sino el PT vuelve. Brasil seguirá sumergida en esa dualidad burra, pagando las consecuencias de la política de salud y con una economía con muchas dificultades. Pero creo que la polarización trajo un techo para el presidente. Los moderados que votaron en él 2 años atrás, no volverán a votarlo porque saben que es malo para la estabilidad democrática y para el ambiente de negocios. Él seguirá con los radicales, que hacen mucho ruido pero no van a representar a la mayoría en 2022.

-¿Se imagina en un lugar protagónico de la política otra vez?

Nunca planeé demasiado mi vida pública. 2022 va a ser un año intenso, quiero profundamente a mi estado (Mato Grosso del Sur), y no sé si disputaré un cargo aquí o a nivel nacional. Pero quiero poner todas mis energías para que consigamos tener una candidatura que represente a la masa critica que no quiere la polarización. Ayudaré con lo que pueda, aunque más no sea entregando volantes en la calle.