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"No es una pesadilla": Otro huracán amenaza a Luisiana

Bernie Arnould, al centro, junto con Kaden Ashley y D.J. Hebert, a la izquierda, todos de Pelican Companies, tapian las ventanas y accesos de MC Bank en Amelia, Luisiana, el miércoles 7 de octubre de 2020, en preparación para la llegada del huracán Delta. (Chris Granger/The Times-Picayune/The New Orleans Advocate vía AP)

ABBEVILLE, Luisiana, EE.UU. (AP) — Los residentes de Luisiana que enfrentan la amenaza de un nuevo huracán apenas semanas después de que otro vapuleara partes del estado, fueron advertidos el jueves de que se prepararan para vientos que podrían convertir los escombros en misiles y dejar nuevamente sin luz a miles de personas.

Los pronósticos mostraban que Delta se fortaleció nuevamente a un huracán de categoría 3 en su aproximación al estado, con vientos de hasta 195 km/h (120 mph) y la posibilidad de marejadas ciclónicas de hasta 3,4 metros (11 pies) una vez que llegue a tierra el viernes por la tarde o por la noche.

La trayectoria prevista incluye la zona suroeste de Luisiana en donde el huracán Laura, de categoría 4, tocó tierra hace menos de dos meses. A ese meteoro se le atribuyen más de 30 muertes.

El alcalde de Lake Charles, en donde miles de residentes continúan sin albergue luego del paso de Laura, pidió a los habitantes que incluso si sus residencias continúan de pie, no deberían asumir que permanecerán así tras el impacto de Delta.

“Esta no es una pesadilla. Este no es un simulacro. Esta es la situación que nos tocó”, dijo Nic Hunter en un video publicado en Facebook. “Sé que hemos pasado por mucho, y sé que estamos cansados. Pero tenemos un trabajo en este momento, y es el de mantenernos a salvo”.

Al menos cuatro municipios del suroeste de Luisiana que resultaron fuertemente afectados por Laura en agosto recibieron órdenes obligatorias de evacuación el jueves. Los gobiernos municipales y locales a lo largo de la costa emitieron órdenes de evacuación voluntarias u obligatorias, la mayoría de ellas enfocándose en zonas bajas propensas a inundaciones o en residentes con necesidades médicas específicas que podrían pasar problemas en caso de apagones prolongados.

Frankie Randazzo, de 47 años y socio de dos restaurantes en Lake Charles, dijo que los habitantes de la ciudad están muy nerviosos por la llegada del huracán. Randazzo vio escombros de uno de sus restaurantes, Panorama Music House, volar frente al auto de un meteorólogo que transmitía en vivo durante el huracán Laura.

“Hay mucha gente nerviosa y mucho estrés”, subrayó Randazzo.

El gobernador de Luisiana John Bel Edwards hizo un llamado a los residentes antes de la llegada de Delta, diciéndoles en mensajes de texto y en llamadas telefónicas automatizadas que deben “prepararse ahora” y contar con planes de emergencia. El gobernador informó que el presidente Donald Trump aprobó su solicitud de declarar una emergencia federal, lo que libera recursos federales.

El pronóstico más reciente de Delta indica que tocará tierra “casi exactamente” en el lugar en el que golpeó Laura, una región en donde las viviendas y la infraestructura eléctrica siguen dañadas, dijo Edwards en una entrevista telefónica.

“Y además, la gente está muy cansada”, declaró el gobernador.

Es la sexta vez en lo que va del año que los habitantes de Luisiana deben prepararse para la posible llegada de un huracán. Los residentes lamentaron la nueva ronda de evacuaciones y preparativos en medio del impacto financiero y las inquietudes causadas por la pandemia del coronavirus.

La tormenta avanzaba el jueves por la noche en dirección norte-noroeste a 19 km/h (12 mph). El Centro Nacional de Huracanes emitió una alerta de huracán para una sección de la costa del Golfo de México que va de High Island, Texas, a Morgan City, Luisiana.

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Deslatte reportó desde Baton Rouge, Luisiana. Kevin McGill en Nueva Orleans; Leah Willingham en Jackson, Mississippi; y Dez Mathurin y Sudhin Thanawala, en Atlanta, contribuyeron a este despacho