Luis Majul: “Desunidos y desorganizados”

¿Por qué a Cristina nadie se le anima? El editorial de Luis Majul
¿Por qué a Cristina nadie se le anima? El editorial de Luis Majul

El 2 de agosto de 1973, Juan Domingo Perón pronunció una frase que todavía hoy, dentro del peronismo, se usa como argumento o como excusa para casi cualquier cosa. Sentenció Perón:

“El año 2000 nos encontrará a los argentinos unidos o dominados”.

Lo hizo para aglutinar a los distintos intereses de la fuerza contra las “potencias extranjeras” y no se cuánto biri-biri más.

Tan bien le fue con ese verso, que, casi 40 años después, el 27 de noviembre de 2012, unos cuantos vivos usaron el concepto “unidos y organizados“ para fundar una organización integrada, por:

  • La Cámpora

  • El partido comunista

  • La Kolina

  • Movimiento Evita

  • La Tupac Amaru, de Milagro Sala

  • El partido intransigente

  • El batallón militante

Es decir, casi todo lo que está mal.

Todo lo que contribuyó, como diría Cristina, a descuajeringarte, o a desorganizarte la vida a vos, a mi, a nuestros hijos y a nuestros amigos.

Quienes atizaron el fuego de la grieta y contribuyeron a la desunión de los argentinos.

La última expresión de este delirio fue la fórmula presidencial contra natura craneada por Cristina Kirchner, cuyas consecuencias están a la vista.

Porque desde diciembre de 2019 hay:

  • Más pobres y más devaluados no podemos estar

  • Menos cultos, más desinformados y peores educados no podemos ser

  • Con más inseguridad y más inmersos en la corrupción; casi, no existen, peores países en el mundo

  • Con casi 177 mil muertos por Covid, miles de los cuales se podrían haber evitado.

Porque este Gobierno, desde que asumió, no solo está haciendo una mala gestión. Es la expresión más acabada del Estado desorganizado. Donde tocás sale pus. Donde te metés hay un problema estructural, de fondo, que no se va a poder arreglar de la noche a la mañana.

Mientras, la ministra Elizabeth Gómez Alcorta, quien maneja del ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad, con un presupuesto millonario, de casi 1600 millones de pesos, hace discursos progres en el Congreso de Puebla, el número de femicidios como el de Nancy Videla alcanza nuevos récords:

  • 227 muertes en lo que va del año, lo que significa un crimen cada 32 horas.

  • Mientras se llenan lo boca atacando a los presuntos abusadores que no son del palo, no dicen ni mu sobre José Alperovich, presunto abusador de su sobrina, durante un año y medio.

  • Alperovich, sobre quien ni Alberto Fernández ni Cristina Kirchner ni la ministra de género dijeron media palabra.

  • Tampoco dijeron nada sobre Eduardo Chabay Ruiz, que está por asumir como legislador provincial en Santiago del Estero, exintendente de la banda, condenado en 2015 por abuso sexual agravado, cometido en su despacho oficial

  • Y mientras Alberto y Cristina siguen sin hablar se sigue demorando el acuerdo con el Fondo, y solo en la última semana, los ahorristas retiraron 400 millones de dólares, lo que coloca a las reservas del Central en un estado casi terminal.

  • Mientras Cristina sigue apretando jueces y logra evitar no solo una condena, sino también que no se discuta en un juicio oral, otro juez amigo, discípulo de Alejo Ramos Padilla, Martín Bava, procesa al expresidente Mauricio Macri, para intentar balancear la imagen de chorros y corruptos que se vienen ganando desde hace décadas.

Tan desunidos y desorganizados están que, mientras Cristina escribe otra cartita en la que no se termina de hacer cargo de que ella, la gran derrotada, es parte determinante del Gobierno, por otro lado, Alberto la postea sugiriendo que lo está apoyando y, días después, Hebe de Bonafini amenaza al Presidente con hacer tronar el escarmiento si firma algo que a la señora no le gusta.

Tan desunidos y desorganizados están que Débora Giorgi, la número dos de Feletti, una incondicional de Cristina, se fue del Gobierno porque Alberto no usó la tinta de su lapicera para designarla (y cuidado que esto generará una reacción de la vice, más tarde o más temprano).

Pero la preocupación de Fondo sigue siendo la misma: cómo avanzar, en el medio de semejante caos, con un gobierno bifronte, con una palabra presidencial que todos los días parece devaluarse un poco más.