Luis Majul: “¿Alberto Fernández “renunció”?

Luis Majul
Rodrigo Néspolo

La Argentina atraviesa un momento crucial, con un Alberto Fernández que -como escribió la pensadora Sabrina Sjmechet- “renunció a ser el presidente de todos” para transformarse en el sinuoso líder de una facción.

Este presidente, el primero de marzo, le habló solamente a ella, y ataca a fiscales, jueces y periodistas de manera brutal. Parece haber abandonado los asuntos urgentes para satisfacer los caprichos de impunidad de una sola persona.

En medio de la tensión interna, Alberto Fernández dilata la salida de la ministra Marcela Losardo

Este presidente estaría a punto de “entregar” a una ministra moderada, Marcela Losardo, para reemplazarla por un talibán que piensa como Cristina Kirchner, Oscar Parrilli, Máximo Kirchner, Leopoldo Moreau, Eugenio Zaffaroni, Hebe De Bonafini y siguen la firmas...

Este presidente ya debería haber intervenido Formosa, por las mismas razones por las que Néstor Kirchner intervino Santiago del Estero en abril de 2004.

Este presidente no sabe cómo salir de la vergüenza del vacunagate, el vacunatorio vip, la vacuna militante, el tráfico irregular de vacunas o como quieras llamarlo. Le debería haber pedido la renuncia, además de a Ginés González García, a Carlos Zaninni, quien se hizo pasar por personal de salud e hizo vacunar a su esposa; y al ministro Jorge Ferraresi, quien no solo se vacunó antes que nadie, sino que arregló las cosas para que en su distrito, Avellaneda, se inocularan, junto con Cristina, decenas de militantes.

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Este presidente debería haber puesto a Hugo Moyano, Horacio Verbitsky y Eduardo Valdés, entre otros, como los grandes ejemplos de ventajeros que pasan por encima de médicos, enfermeros y adultos mayores para intentar salvarse primero, en el medio del desastre.

Y también debería haberle exigido a Cristina que respete la división de poderes y ponga fin al estado de conmoción política que viene provocando.

Es tan excepcional este momento que los periodistas nos vemos obligados a usar parte de nuestra energía para desarmar una nueva operación todos los días y para presentar revelaciones de alto impacto, pero sin perder la compostura ni la rigurosidad.