La lucha por la igualdad marca el primer año con una presidenta en Grecia

Atenas, 22 ene (EFE).- La presidenta de Grecia, Ekaterini Sakelaropulu, cumple este viernes un año desde que fue elegida la primera mujer en liderar la Jefatura de Estado en este país, un primer año de mandato marcado por el coronavirus y la lucha por la igualdad.

Cuando fue elegida el 22 de enero de 2020, nadie anticipaba que la ceremonia de juramento se alejaría de lo tradicional para dar protagonismo al distanciamiento físico y al confinamiento del país.

El coronavirus había llegado a Grecia y Sakelaropulu tuvo que cambiar los viajes institucionales por mensajes de ánimo.

La primera ola dejó Grecia en mayo en mejor situación que muchos otros países y la presidenta inauguró la nueva normalidad con la reapertura de la Acrópolis, eterno símbolo de la identidad griega. En otoño, cuando la segunda ola cambió radicalmente la situación en el país, curiosamente uno de los últimos eventos a los que pudo acudir antes del segundo confinamiento fue la conmemoración de los 2.500 años desde la batalla de las Termópilas y de Salamina.

Entre medias, la presidenta tuvo tiempo de marcar la línea de su mandato, haciendo hincapié en la lucha por la igualdad y mostrándose firme pero dialogante ante el conflicto entre Turquía y Grecia.

TECHO DE CRISTAL

La primera jefa de la República Helena representa un Estado que, según la agencia de la Unión Europea para la igualdad, es líder en desigualdad de género. En Grecia, tan sólo hay un 18 % de diputadas y sólo 9,3 % de las ejecutivas de grandes empresas son mujeres.

Su mandato es un golpe contra el techo de cristal, pero tampoco representa un icono del feminismo. "Cuando fuimos detenidas por manifestarnos contra la violencia de género, no dijo nada", explica a Efe Sissy Vovú, de la asociación To Mov, sobre el arresto de nueve activistas por realizar una protesta en mitad del confinamiento.

Aunque Vovú ve una buena señal que haya una presidenta, queda mucho trabajo por hacer para cambiar las estructuras de la sociedad machista griega, como aplicar leyes ya existentes, por ejemplo la que estipula que el 40 % de las listas electorales al Parlamento deben ser mujeres y que "solo los comunistas cumplen", asegura.

Esta semana, Sakelaropulu se ha mostrado al lado de las víctimas de violencia sexual, un tema tabú en Grecia y que vive estos días un debate único, después de que la campeona olímpica Sofía Bekatoru contase la violación que sufrió por el vicepresidente de la Federación Griega de Vela con 21 años, y otras mujeres la siguieran.

"Espero que su valiente revelación sea un soplo de aire fresco y se lleve cualquier intento de encubrimiento", afirmó Sakelaropulu, quien dijo que hay que acabar con la impunidad tras reunirse con la atleta en su primera aparición pública tras la denuncia.

SIN AFILIACIONES POLÍTICAS

Nacida en Salónica en 1956, hija del vicepresidente del Tribunal Supremo griego Nikolaos Sakelaropulu, estudió a su vez Derecho en la Universidad de Atenas y un posgrado en Derecho Constitucional y Administrativo en la Universidad de París II.

Fue propuesta por el primer ministro conservador, Kyriakos Mitsotakis, y apoyada por la oposición de izquierdas. En Grecia es muy común que los Gobiernos propongan presidentes que no se enmarcan en su espectro político como imagen de consenso institucional.

"Mitsotakis quería presentarse como un reformista, que se le relacionase con los partidos liberales europeos y no con los conservadores", explica a Efe Nikos Marantsidis, politólogo de la Universidad de Macedonia, en Salónica.

En su opinión, este primer año ha servido para que Sakelaropulu se diera a conocer a los ciudadanos, que la han visto como una presidenta cercana aunque cuando fue elegida sólo se la conociera en los círculos de la judicatura y los derechos humanos.

Alberto Borreguero

(c) Agencia EFE