Los supermillonarios están acumulando oro como locos y esta es la razón
El oro ha tenido un gran desempeño en 2019.
Durante el último año, el precio del oro ha aumentado cerca de un 20%. El metal amarillo va camino de cerrar su mejor año desde 2010.
En una nota dirigida a sus clientes y publicada el fin de semana, los analistas de Goldman Sachs explicaron por qué el argumento estratégico para poseer oro sigue siendo fuerte. La firma menciona que es poco probable que la incertidumbre política y el miedo a una recesión disminuyan como catalizadores primarios, entre otras preocupaciones de la élite global, como son los impuestos sobre el patrimonio y el aumento de las conversaciones sobre el MMT y la eficacia del banco central.
Para 2020, la firma cree que el precio del oro alcanzará los 1.600 dólares la onza; el lunes, hoy el oro opera en el entorno de los 1.470 dólares.
Pero la empresa también muestra algunos datos realmente interesantes sobre cómo los inversores han expresado su deseo de poseer oro. Eso quiere decir que parece que la forma preferida de la élite mundial a la hora de protegerse de situaciones desfavorables es poseer el metal físicamente.
“Desde finales de 2016, la construcción de riqueza en inversiones poco transparentes en oro han sido mucho mayores que en fondos cotizados de oro visibles”, escribe la firma mientras cita el gráfico de abajo.
Para que se entienda, eso significa que para aquellos que incluyen el oro en sus operaciones, poseer lingotes es imprescindible.
“Esto es coherente con los informes según los cuales está aumentando la demanda de bóvedas a nivel mundial”, escribe la firma.
“En nuestra opinión, los riesgos políticos ayudan a explicarlo porque si una persona intenta minimizar los riesgos de sanciones o impuestos sobre el patrimonio, entonces comprar lingotes de oro y almacenarlos en una bóveda, donde los gobiernos tienen más dificultades para llegar a ellos, tiene sentido”.
“Finalmente, este estilo también refleja el margen de cobertura de las personas más ricas del mundo frente a escenarios económicos y políticos en los que no quieren que ninguna entidad financiera haga de intermediadora con sus activos en oro debido al riesgo crediticio para la contraparte involucrada”.
Esta tesis también nos recuerda a la historia de Evan Osnos publicada en 2017 en el New Yorker en la que se describían los esfuerzos del ultra rico para preparar lujosos escondites con los que afrontar el apocalipsis.
El director de una firma de inversión le dijo a Osnos que muchos de mis amigos fabrican armas, motocicletas y monedas de oro. Eso ya no es tan raro.
Tal y como describió Osnos, los búnkeres subterráneos con sistemas de filtración de aire y helicópteros con combustible listos para ser usados son los que marcan la diferencia entre los que se preparan para el fin del mundo.
Si quieres estar preparado, entonces el oro es una buena apuesta.
Y para Goldman Sachs, esta realidad ayuda a reforzar los ya sólidos argumentos para invertir en oro.
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