Científicos creen haber descifrado el misterio de los raros icebergs verdes de la Antártida

Los raros icebergs verdes solo se han avistado cerca de la Antártida. (Foto Firstpost)
Los raros icebergs verdes solo se han avistado cerca de la Antártida. (Foto Firstpost)

Por más de 100 años los científicos han estado tratando de resolver el enigma de los icebergs verdes de la Antártida, que han sido avistados innumerables veces por marineros y exploradores desde principio del siglo XX, cerca de las aguas del continente más austral del planeta.

El raro fenómeno ha desconcertado a los investigadores durante mucho tiempo, aunque tampoco han faltado los estudios en busca de las razones que provocan ese singular color verde esmeralda en los grandes témpanos de hielos, desprendidos de los glaciares australes.

Generalmente los icebergs suelen ser blancos o azules claros, debido a las burbujas de aire que contienen y que reflejan la luz.

Pero después de barajarse varias teorías, ahora un glaciólogo de la Universidad de Washington, Stephen Warren, asegura que está en camino de encontrar la verdadera explicación del anómalo color, en un estudio titulado Green Icebergs Revisited, publicado en el Journal of Geophysical Research: Oceans.

“Siempre pensamos que los icebergs verdes eran una curiosidad exótica, pero ahora creemos que realmente son importantes”, señaló Warren, según reporte del Daily Mail, además de argumentar que lo que pudiera explicar ese fenómeno proviene de los óxidos de hierro contenidos en el polvo de roca de la parte continental de la Antártida.

Estos singulares témpanos flotantes cumplen una preciada misión en el planeta: transportar el valorado hierro desde la Antártida hasta mar abierto. (Foto del <span>AGU/JOURNAL OF GEOPHYSICAL RESEARCH: OCEANS/KIPFSTUHL ET AL 1992</span>)
Estos singulares témpanos flotantes cumplen una preciada misión en el planeta: transportar el valorado hierro desde la Antártida hasta mar abierto. (Foto del AGU/JOURNAL OF GEOPHYSICAL RESEARCH: OCEANS/KIPFSTUHL ET AL 1992)

Warren estudia la singular pigmentación de los icebergs desde 1988, tras una expedición en la que pudo tomar muestras de un bloque de hielo de la plataforma Amery, al este de la Antártida.

Al analizar la muestra que trajo, junto con sus colegas, encontró carbón y partículas de animales y plantas muertos, disueltos en el hielo marino. En ese primer análisis, creyeron que esas impurezas eran las causantes del color verde en los témpanos flotantes.

Pero esa hipótesis no prosperó cuando contrastaron esas muestras con las de un iceberg azul. En las dos había la misma cantidad de material orgánico.

Para Warren fue una gran frustración. Pasó varios años más sin poder esclarecer esa peculiar coloración en icebergs de la Antártida, donde único se ha dado este fenómeno, hasta que en un análisis en la Universidad de Tasmania, en Australia, encontraron grandes cantidades de hierro en estos tipos de icebergs.

Ese resultado llevó al glaciólogo a preguntarse de dónde provenía ese hierro. Y comenzó a seguir la nueva pista, junto con otros colegas que participan en su estudio.

Ellos saben que los glaciares cuando fluyen sobre una base de roca llegan a pulverizar varias de sus partes. Ese polvo cuando llega hasta el mar, mezclado con el agua, se puede quedar atrapado debajo de las plataformas de hielo, e incorporarse al hielo marino.

El iceberg puede transportar hierro hacia el océano. (Foto Mashable)
El iceberg puede transportar hierro hacia el océano. (Foto Mashable)

El hierro es un nutriente clave para el fitoplancton, las plantas microscópicas que forman la base de la red alimentaria marina. Pero el hierro escasea en muchas zonas del océano.

”El iceberg lleva este hierro hacia el océano, a grandes distancias. Y al derretirse lo entrega al fitoplancton. Es como un paquete del correo”, señaló Warren.

No obstante, aún hacen falta más experimentos para confirmar definitivamente esta nueva teoría, que explicaría el color verde en los icebergs australes, abundan los expertos.

De ser acertada, significa que estos singulares témpanos flotantes cumplen una preciada misión en el planeta: transportar el valorado hierro desde la Antártida hasta mar abierto, donde van dejando, mientras se diluyen, uno de los nutrientes más esenciales para la vida marina.