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Los niños que no duermen lo suficiente son más vulnerables a la tentación de la comida

Por Janice Neumann (Reuters Health) - Los niños que no duermen lo suficiente cederían más a la tentación de la comida. Niños de cinco años que dormían menos de 11 horas eran más propensos a comer su alimento favorito con solo verlo o recordarlo que los que dormían más horas, según publica un equipo en International Journal of Obesity. Los niños que dormían menos de 11 horas por noche también tenían un IMC más alto que los que descansaban 11 horas o más. Los CDC recomiendan que los niños en edad preescolar duerman entre 11 y 12 horas por noche. "Hay cada vez más evidencia en niños y adultos de que dormir poco refuerza la alimentación por recompensa ('hedónica')", dijo vía e-mail la autora principal, Laura McDonald, del University College, Londres. "Esto es preocupante porque vivimos en un ambiente obesogénico", donde los alimentos sabrosos y calóricos "están ampliamente disponible y son económicos". El equipo de McDonald asegura que existe poca información sobre cómo el sueño influye en el consumo diario de calorías. Entonces, diseñó una investigación con 1.008 niños de cinco años (nacidos en el 2007) de Inglaterra y Gales. Sus madres respondieron sobre cómo sus hijos reaccionaban frente a la comida, incluyendo qué hacían inmediatamente después de comer. Los niños dormían 11,48 horas en promedio. Los niños que dormían 11 horas por noche tenían una respuesta a la comida de 2,53 en una escala de entre 1 y 5 puntos, comparado con los 2,36 puntos registrados en los que dormían entre 11 y 12 horas, y los 2,35 puntos en los que dormían 12 horas o más por noche. "En los niños que no duermen lo suficiente, limitar la exposición a los alimentos sabrosos en casa permitiría prevenir el consumo excesivo", indicó McDonald. Los autores no detectaron una relación entre la duración del sueño y si los niños deseaban seguir comiendo después de alcanzar la saciedad. Aunque los resultados no prueban que dormir menos aumente el deseo de comer, McDonald comentó que podría darse la relación inversa. "Es posible que la respuesta a la comida influya en la calidad del sueño", dijo. Emerson Wickwire, director del Programa de Insomnio de la Facultad de Medicina de University of Maryland, comentó vía e-mail que el estudio le aporta una nueva mirada a la evidencia de que el sueño es un factor de riesgo de la obesidad. "Sugiere una nueva explicación (alimentación hedónica) para el sobrepeso en los niños que duermen menos. En otras palabras, los participantes que dormían menos eran más susceptibles a la tentación de la comida no saludable en el entorno", dijo Wickwire, que no participó del estudio. Destacó que el estudio recuerda la importancia del sueño para los niños. FUENTE: International Journal of Obesity, online 11 de agosto del 2015.