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Los graves errores de Mohammed bin Salman, el polémico príncipe saudí asociado con hambrunas, asesinatos y ejecuciones

Saudi Arabia's Crown Prince Mohammed Bin Salman attends a working breafast with US President Donald Trump (not pictured) during the G20 Summit in Osaka on June 29, 2019. (Photo by Brendan Smialowski / AFP)        (Photo credit should read BRENDAN SMIALOWSKI/AFP/Getty Images)
El príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed Bin Salman, asistió a la Cumbre del G20 realizado en Osaka, Japón, el 29 de junio de 2019. (BRENDAN SMIALOWSKI/AFP/Getty Images)

MBS no es una marca de artículos deportivos ni el nombre de una estrella naciente de hip-hop. Se trata del acrónimo de Mohammed bin Salman, el príncipe heredero de Arabia Saudita y gobernante de facto de unos de los países más ricos del mundo.

Su deseo de modernizar el envejecido reino inyectó aires de esperanza entre sus súbditos y los inversionistas ávidos de hacer negocio con el multimillonario estado petrolero.

Pero los graves errores en el manejo de la intervención armada saudita sobre Yemen, que ha intensificado el sufrimiento y la hambruna del pueblo yemení, han sido tan brutales que sus críticos han llegado a denunciar que MBS debería ser juzgado en un tribunal internacional.

La imagen internacional del príncipe saudita tocó nuevos fondos con el asesinato del periodista Jamal Khashoggi dentro de la embajada saudita en Turquía.

Un informe de la comisionada especial de las Naciones Unidas sobre ejecuciones extrajudiciales, arbitrarias y sumarias determinó que la muerte del comunicador fue un asesinato premeditado con la aprobación de altos funcionarios del gobierno.

Analistas como David Hearst se preguntan. ¿Si el príncipe heredero es capaz de actuar de esa manera en los primeros años en el poder, qué ocurrirá con Arabia Saudita y el Oriente Medio cuando MBS ascienda al trono?

Un poco de historia real

El meteórico ascenso al poder de MBS ha causado suspicacias porque hasta hace poco ni se acercaba a la línea de sucesión.

Arabia Saudita es una monarquía absoluta fundada por el abuelo de MBS, Ibn Saud, en 1932. Al ser coronado, Saud adoptó el nombre del rey Abdulaziz pero colocó su apellido al recién formado país en una muestra de su línea dura y de su inmenso poderío. La Arabia Saudita que todos conocemos es entonces una nación creada para asegurar el poder a Saud y sus descendientes.

King Saud Ibn Abbdul Aziz (L) and Sami Solh (R) during his visit.  (Photo by James Whitmore/The LIFE Picture Collection via Getty Images/Getty Images)
El rey saudita Ibn Abbdul Aziz (izquierda) y el político libanés Sami Solh (derecha) during un encuentro el 01 de octubre de 1957. (Foto de James Whitmore/The LIFE Picture Collection via Getty Images/Getty Images)

Saud tuvo 45 hijos de 10 esposas durante su reinado de 21 años. Para evitar disputas entre sus descendientes, estableció estrictas reglas de sucesión que favorecen a los hermanos sobre los hijos varones. La singular norma fue puesta en práctica aunque él excluyó a sus hermanos y pasó el trono a uno de sus hijos al morir en 1953.

El trono del reino pasó a su hijo mayor Saud bin Abdulaziz Al Saud, quien fue nombrado rey Saud y sería uno de los pocos de la familia real en suceder al trono sin mayores contratiempos.

Traiciones, golpes de estado y luchas de poder han rodeado el paso del mando en Arabia Saudita desde la década de los sesenta, reveló una crónica de la publicación The Observer.

Cuando el padre de MBS llegó al poder en 2015, los hermanos del rey Salmán eran demasiado mayores para ser designados príncipes herederos y el título recayó sobre su sobrino, Mohammad bin Nayef.

Pero de manera sorpresiva, Nayef, de 56 años, renunció a su título en 2017 y se lo entregó a MBS, quien en ese momento tenía 31 años. The New York Times dijo que MBS y su padre conspiraron durante meses y lo mantuvieron cautivo en el palacio antes de la transición, señalamientos que los sauditas han desestimado como “fantasías de Hollywood”.

Limpieza real

Nombrado príncipe heredero, MBS tenía el poder necesario para tomar medidas extremas como un operativo anticorrupción que terminó con la detención y la muerte de familiares cercanos que podrían amenazar su ascenso al trono.

El primero en caer tras las rejas fue el príncipe Alwaleed bin Talal, uno de los hombres más ricos del mundo y principal financista de grandes proyectos sauditas, con una fortuna personal que ascendería a casi 19.000 millones de dólares.

La desaparición del hijo del rey Fahd, Abdul Aziz bin Fahd, luego de una sus habituales temporadas de excesos en Ibiza, fue considerada durante meses como una señal de su muerte. Pero los rumores fueron desestimados luego que se viralizó un video junto a MBS y una de sus hijas en el palacio real de Riad.

Lo que sí fue cierto es que MBS mantuvo a su primo durante más de un año en arresto domiciliario por sus escándalos públicos y malversación de fondos públicos.

El príncipe Mutaib bin Abdullah, hijo del fallecido rey Abdullah, también fue detenido y despojado de todas sus responsabilidades reales. Pero luego de la muerte del periodista del Washington Post ha salido fotografiado con MBS, en una posible campaña para recomponer la resquebrajada imagen pública de la familia real.

El peor señalamiento contra MBS es que habría ordenado el asesinato del príncipe Mansour bin Muqrin, hijo del príncipe Muqrin, a quien le correspondía legítimamente ser el heredero al trono. La información oficial fue que el príncipe falleció en un accidente de helicóptero cerca de la frontera de Arabia Saudita y Yemen.

Los ataques a Yemen

Antes de neutralizar a sus enemigos en casa, MBS ordenó la intervención militar en Yemen poco después de ser nombrado ministro de la defensa en 2015.

Yemen ya era el país más pobre del Oriente Medio pero con la intensificación de la guerra civil ahora atraviesa la peor crisis humanitaria del planeta.

Los problemas en Yemen comenzaron poco después de los alzamientos de la Primavera Árabe que obligaron al presidente autoritario Ali Abdullah Saleh, a entregar su cargo a su vicepresidente, Abdrabbuh Mansour Hadi.

Supporters of the Shiite Huthi movement wave their national flag they shout slogans during a rally commemorating the fifth anniversary of the 2011 Arab Spring uprising that toppled the then-president Ali Abdullah Saleh, on February 11, 2016 in the capital Sanaa. / AFP / MOHAMMED HUWAIS        (Photo credit should read MOHAMMED HUWAIS/AFP/Getty Images)
Seguidores del movimiento hutí durante la conmemoración del quinto aniversario de la Primavera Árabe de 2011 que derrocó al presidente Ali Abdullah Saleh. Imagen tomada el 11 de febrero de 2016 en la capital Sanaa(. MOHAMMED HUWAIS/AFP/Getty Images)

Pero la salida de Saleh no produjo ni los cambios económicos ni la estabilidad política esperada por los ciudadanos.

El gobierno de Hadi se vio asediado por ataques de combatientes de Al-Qaeda, la lealtad de los funcionarios a su predecesor y una corrupción rampante que empeoraba la escasez de alimentos y productos básicos.

Los hutíes, que son defensores de una rama del Islam chiita que se conoce como Zaidismo, aprovecharon la inestabilidad de Hadi y se apoderaron de la norteña gobernación de Saada, que es fronteriza con Arabia Saudita.

Cuando MBS fue nombrado ministro de la Defensa se colocó a la cabeza de una coalición militar que apoyaba al gobierno de Hadi.

Las Naciones Unidas señalan que el 65 por ciento de los 7.025 civiles muertos en el conflicto desde marzo del 2015 fallecieron durante los ataques aéreos de la coalición dirigida por los sauditas. Pero organizaciones independientes aseguran que la cifra de civiles muertos desde enero de 2016 podría ascender a los 67.650.

Al menos siete millones de niños están malnutridos y el 80 por ciento de los 24 millones de yemeníes necesitan ayuda humanitaria urgente.

Aunque las batallas entre los hutíes y los sauditas en las zonas fronterizas se han intensificado en 2019, MBS no ha dado señales de que cambiará de estrategia.

El asesinato de Khashoggi

El informe de la consejera especial de Naciones Unidas, Agnes Callamard, sobre el asesinato del periodista Jamal Khashoggi es demoledor. El recuento detallado de sus últimos minutos de vida y su muerte espeluznante concluye que existen evidencias creíbles de que MBS estuvo involucrado directamente en la planificación de la muerte.

El deceso de Khashoggi fue considerado una "ejecución deliberada y premeditada" y "una ejecución extrajudicial en la que el estado de Arabia Saudita es responsable bajo las leyes internacionales de derechos humanos".

Luego de una investigación de seis meses Callamard aseguró que 15 agentes sauditas actuaron de manera encubierta y usaron bienes estatales para ejecutar a Khashoggi.

A pesar de los detalles espeluznantes que relatan cómo el periodista habría sido sedado y sofocado con una bolsa plástica en su cabeza, hay quienes asegura que es probable que MBS se salga con la suya.

"Desde el comienzo del caso Khashoggi, el presidente Donald Trump ha defendido firmemente al gobierno saudita y a bin Salman, en particular. Trump ha desestimado las acusaciones contra el príncipe de manera abierta y reiterada", escribió la analista Sarah Aziza para The Intercept.

El mandatario estadounidense considera a MBS un buen aliado y se ha negado a aceptar hasta los hallazgos de los servicios de inteligencia a su mando.

La experta advierte sobre los peligros de que nadie ponga freno a las tendencias erráticas y violentas de MBS en una región presionada por los conflictos.

"Entretanto, los tribunales sauditas registran un número récord de ejecuciones, mientras muchos activistas de derechos humanos y otros civiles permanecen en prisión".

Aunque los inversionistas se distanciaron de MBS tras el asesinato de Khashoggi, el príncipe continúa confiado con sus planes de expansión económica. A principios de julio, la petrolera saudita Aramco, anunció que reiniciará los preparativos para una oferta pública de acciones que podría ocurrir a más tardar en el 2021.

Los pudores del sector financiero y de los líderes mundiales sobre los métodos de MBS para mantenerse en el poder parecen desvanecerse a la hora de negociar con la compañía más rentable del mundo.