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Los fiordos son aliados naturales inesperados contra el cambio climático: estudio

OSLO, 4 mayo (Reuters) - Los fiordos desde Alaska a Noruega absorben carbono potencialmente dañino desde la atmósfera, convirtiendo a las profundas ensenadas en un aliado natural pasado por alto para combatir el cambio climático causado por el hombre, mostró el lunes un estudio. Los fiordos cubren apenas un 0,1 por ciento de la superficie oceánica del mundo pero representan un 11 por ciento del carbono orgánico en las plantas, suelos y rocas que quedan en sedimentos marinos cada año tras ser arrastrados por los ríos, según el estudio. Las ensenadas, formadas por los glaciares en sucesivas edades de hielo, son "uno de los puntos principales del océano de enterramiento de carbono, basado en masa de carbono enterrado por área", escribió un equipo de científicos en la revista especializada Nature Geoscience. Los hallazgos se suman a los conocimientos de cómo el carbono, una parte vital de la vida en la Tierra, pasa por la naturaleza y podría ayudar a combatir el cambio climático generado por el hombre. El dióxido de carbono es el principal gas invernadero creado por el hombre al que se señala como causa del calentamiento global. Los fiordos son especialmente buenos para almacenar carbono porque son profundos, reciben gran cantidad de agua rica en carbono desde los ríos, y tienen aguas calmas y con falta de oxígeno en las que el carbono se asienta rápidamente. En todo el mundo, los fiordos absorben un estimado de 18 millones de toneladas de carbono por año, según el estudio que analizó los fiordos en naciones nórdicas, Groenlandia, Canadá, Alaska, Chile, Nueva Zelanda y la Antártida. "Los fiordos han sido mayormente ignorados" como lugares donde se almacenan grandes cantidades de carbono, según los científicos encabezados por Richard Smith de la compañía estadounidense Global Aquatic Research LLC del estado de Nueva York. Las plantas absorben dióxido de carbono del aire y lo usan para desarrollar raíces, ramas, troncos y hojas. Cuando mueren, el carbono queda en la tierra, y termina en los ríos en ocasiones, o vuelve a la atmósfera cuando la vegetación se descompone o se quema. Comprender el papel de la naturaleza en la absorción del carbono es vital para predecir el impacto de los gases de efecto invernadero, emitidos al quemar combustibles fósiles en plantas de energía, automóviles, hogares y fábricas. "Pese a ser pequeños, los fiordos son imponentes" en la absorción de carbono, escribió Richard Keil, de la Universidad de Washington y quien no participó del estudio, en un comentario en Nature Geoscience. "Pese a décadas de esfuerzo, aún nos falta un completo entendimiento del enterramiento de carbono", escribió. (Reporte de Alister Doyle. Editado en español por Patricia Avila)