Los escándalos que rodean Jared Kushner, el yerno y cercano asesor de Donald Trump

Jared Kushner, yerno de Donald Trump y esposo de su hija Ivanka, es un muy cercano colaborador y asesor del hoy presidente y antes, durante la campaña electoral, del candidato presidencial republicano. Su cercanía familiar y su inexperiencia en tareas de gobierno lo han hecho blanco de severas críticas que van desde alegaciones de nepotismo hasta posibles conflictos de interés entre su labor como funcionario de la presidencia y sus negocios personales y los de su familia.

Y también se le ha identificado como protagonista de cierta facción dentro de la Casa Blanca, de tono relativamente moderado y que sería una suerte de balanza ante las figuras de la derecha radical, como Steve Bannon, que Trump ha colocado en su entorno más cercano. Además, ha sorprendido el elevado perfil que Kushner ha mostrado en variadas tareas del gobierno, incluso en cuestiones de relaciones internacionales muy espinosas (como el conflicto entre Israel y Palestina), siendo que, más allá de su trayectoria en los negocios inmobiliarios, él carece de experiencia en esas materias.

Jared Kushner, yerno de Donald Trump y asesor muy cercano al presidente. (AP)
Jared Kushner, yerno de Donald Trump y asesor muy cercano al presidente. (AP)

Y apenas hace unos días acaba de revelarse que el CEO de una empresa de tecnología que es parcialmente controlada por una compañía propiedad Joshua Kushner, hermano del yerno del presidente, fue invitado a una mesa redonda en la Casa Blanca organizada por el propio Jared Kushner en junio pasado, de acuerdo a The Hill.

El hecho de que la empresa en cuestión, de nombre OpenGov, vende software a entidades de gobierno deja entrever que su presencia en esa reunión en la Casa Blanca podría ser una suerte de trato especial para futuros contratos. Expertos citados por The Hill indican que se trata de un claro ejemplo de favoritismo, aunque desde la Casa Blanca se ha dicho que Kushner no estuvo involucrado en la invitación extendida a OpenGov.

Otras polémicas afloraron cuando se conoció, por ejemplo, que Nicole Meyer, hermana de Kushner, hizo alusión a su hermano y al hecho de que él se separó de sus negocios familiares para entrar a trabajar a la Casa Blanca cuando presentaba un gran proyecto inmobiliario a inversionistas chinos. Ese comentario, como en su momento se comentó en The New York Times, junto al hecho de que los inversionistas chinos podrían recibir visas para residir en Estados Unidos si canalizan una inversión de 500.000 dólares o más vía el esquema EB-5, hicieron estallar críticas de posible conflicto de interés y hasta tráfico de influencias.

Todos esos factores han suscitado suspicacias y controversias mediáticas pero han sido los encuentros que Kushner tuvo con personajes vinculados al régimen de Rusia, durante la campaña electoral y en el periodo de transición entre las elecciones y la investidura de Trump, lo que ha resultado más grave y potencialmente comprometedor, al menos en términos políticos. Eso, en el contexto del escándalo y las investigaciones por la injerencia rusa en las pasadas elecciones estadounidenses, es lo que lo llevó a comparecer en privado ante personal del Comité de Inteligencia del Senado.

En una declaración presentada por escrito poco antes de hablar ante personal del Congreso, Kushner reconoce que tuvo algunos encuentros con personajes vinculados a Rusia pero añadió enfáticamente que no incurrió en colusión alguna con ellos.

Kushner aceptó haber sido presentado al embajador ruso Sergey Kislyak, en un encuentro muy breve durante un evento de la campaña; haber participado (a invitación de Donald Trump Jr.) en la reunión con una abogada rusa vinculada al Kremlin; haber recibido un email de un usuario llamado “Guccifer400” (un nombre similar al de un notorio hacker) en el que se pretendía realizar una suerte de extorsión que él consideró un embuste y al que no respondió; una reunión con el embajador Kislyak, ya en la etapa de transición, en la que también participó Michael Flynn (quien fue asesor de Seguridad Nacional del presidente Trump y fue despedido al revelarse que ocultó contactos con personajes vinculados a Moscú); y un encuentro con el banquero ruso Sergey Gorkov, que Kushner dijo haber aceptado tras la insistencia del embajador Kislyak.

Sergei Kislyak, embajador de Rusia en Washington. (AP)
Sergei Kislyak, embajador de Rusia en Washington. (AP)

Las dos últimas reuniones, se afirmó en los medios, habrían tenido como objetivo establecer contactos alternativos, por vías distintas a las formales, con el gobierno de Rusia, posibilidad que fue criticada por impropia al situarse en un periodo cuando Trump aún no asumía la presidencia. Y el hecho de que Kushner no reveló todos sus contactos con extranjeros, entre ellos algunos de los citados anteriormente, cuando presentó inicialmente su solicitud para obtener estatus de alta seguridad dentro del gobierno, ha catalizado las sospechas y los reproches, máxime si se considera que muchos otros personajes del entorno de Trump (Flynn, Trump Jr., el actual secretario de Justicia, Jeff Sessions) tampoco informaron en su momento y a cabalidad de sus contactos con personajes cercanos al Kremlin.

Kushner atribuyó la omisión de esos encuentros con rusos (y de todos los que tuvo con extranjeros) en su solicitud oficial de estatus de alta seguridad (conocida como ‘security clearance’) a que fue inicialmente enviada de modo prematuro por fallas de comunicación de su equipo y añadió que a lo largo de los pasados seis meses ha ido informando de esos contactos. Y recalcó claramente que nunca cometió colusión, que no sabe de nadie en la campaña de Trump que la haya cometido, que no financió sus negocios privados con dinero proveniente de Rusia y que espera que su testimonio aclare y “ponga a descansar” las alegaciones al respecto.

Así, en su declaración Kushner presenta sus encuentros y omisiones como circunstancias en general de poca relevancia y en ningún caso vinculadas a motivaciones conspirativas o impropias. Pero también muestra lo insistente y punzantes que altos funcionarios rusos han sido en su intento de vincularse al entorno de Trump y la relativa facilidad con los que lograron hacerlo.

En paralelo, aunque Kushner dijo que no basó sus negocios personales en dinero proveniente de Rusia, acaba de revelarse, de acuerdo al periódico The Guardian, que él pagó 295 millones de dólares para comprarle varios pisos del antiguo edificio de The New York Times a un oligarca ruso, de nombre Lev Leviev, que según ese periódico tuvo conexiones con una empresa rusa investigada en Estados Unidos por presunto uso de operaciones de bienes raíces para lavar dinero.

Y se afirma que la abogada rusa que se reunió con Trump Jr. y Kushner, en algún momento representó a la empresa rusa acusada de esas operaciones.

Ciertamente lo revelado por The Guardian no prueba que Kushner obtuvo recursos de Rusia o hizo transacciones financieras impropias, pero sí añade nuevos elementos a la carga de preguntas y sospechas que cubren al entorno de Trump y sus conexiones, reales o presuntas, con personajes y entidades rusas.

La posición de Kushner es enfática en su señalamiento de que no realizó nada impropio en sus encuentros con personajes vinculados a Rusia y en su defensa del gobierno y, anteriormente, de la campaña de Trump.

Con todo, como se señala en The New York Times, en realidad el testimonio de Kushner ante el Senado es apenas el inicio de un amplio proceso de investigación. Kushner aún debe testificar ante la Cámara de Representantes y podría ser llamado más de una vez por el Congreso. El fiscal especial para el caso de la injerencia rusa, Robert Mueller, también puede requerirle más información y mantener continuas pesquisas. Además, lo dicho por Kushner ante el Senado y en otras instancias será contrastado con lo que digan otras personas cercanas que también acudirán ante legisladores, entre ellos Trump Jr. y el exjefe de campaña de Trump, Paul Manafort.

Jared Kushner, en el jardín de la Casa Blanca, habló ante medios tras acudir al Senado para hablar sobre sus contactos con personaes vinculadas a Rusia, Él rechazó haber realizado acto de colusión. (AP)
Jared Kushner, en el jardín de la Casa Blanca, habló ante medios tras acudir al Senado para hablar sobre sus contactos con personaes vinculadas a Rusia, Él rechazó haber realizado acto de colusión. (AP)

Todo eso continuará alimentando la polémica pública y el reporte y la crítica de los medios de comunicación, circunstancias que son inherentes al sistema democrático del país. Y el hecho de que su testimonio ante el Senado no haya sido público (algo en sí mismo válido) mantiene las suspicacias pues se habría deseado que su comparecencia fuese abierta y de conocimiento de todos los estadounidenses. Este testimonio no sería sino parte del comienzo del proceso de indagación oficial.

Finalmente, una de las frases que Kushner dijo en una breve declaración en persona ante los medios tras su visita al Senado deja la tensión política abierta: Kushner dijo que Trump ganó las elecciones por tener un mejor mensaje y que suponer otra cosa es ridiculiza a quienes votaron por él. Con ello sugiere que todo el asunto sobre la injerencia rusa sería una suerte de fabricación política y por ende debería ser descartada como tal. Algo que las agencias de inteligencia estadounidenses y los diferentes grupos investigadores en el Congreso y en el Departamento de Justicia al parecer no comparten.

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