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Los errores de Pedro Sánchez en la crisis del Open Arms

El Open Arms cumple ya 18 días en situación de bloqueo, con Italia impidiendo el acceso de los más de 100 rescatados en el mar a puerto seguro (Lampedusa es el más cercano) y con unas instituciones comunitarias sobrepasadas por un caso en el que Salvini se ha hecho fuerte y está imponiendo su criterio.

La situación a bordo es tan dramática que incluso varios de los solicitantes de asilo se han lanzado al agua y han intentado llegar a nado a las costas italianas.

El Open Arms sigue esperando una solución en el mar (AP Foto/Valerio Nicolosi)
El Open Arms sigue esperando una solución en el mar (AP Foto/Valerio Nicolosi)

Finalmente, tras casi tres semanas sin avances, el presidente español en funciones, Pedro Sánchez, ha intentado dar respuesta a la crisis, ofreciendo primero el puerto de Algeciras y después cualquier puerto español, sin embargo, las críticas al líder socialista han sido numerosas por la tardanza en estas medidas y por la falta de adecuación de ellas al momento actual. Estos han sido los errores de Sánchez.

Falta de criterio en situaciones similares

En junio de 2018, apenas un par de semanas después de llegar al poder, se produjo una situación similar en el Mediterráneo. Italia no abría sus puertos al Aquarius, que llevaba a bordo a más de 600 rescatados, y el Gobierno de Pedro Sánchez decidió tomar las riendas de la situación y abrir el puerto de Valencia para que desembarcaran los solicitantes de asilo.

Una decisión rápida que fue muy aplaudida por la comunidad internacional. Sin embargo, en esta ocasión, y con una ONG española involucrada como es Proactiva, el Ejecutivo no ha tenido la misma celeridad para buscar una solución para el Open Arms. La propuesta de abrir los puertos españoles ha llegado tras casi tres semanas en el mar y cuando la situación a bordo del buque ya era tan desesperada que se desaconsejaba totalmente hacer la travesía.

Lo lógico habría sido tener una postura común en ambas crisis y resolverlas de la misma manera, pero la tardanza ha pasado factura. Una crítica que es extensible a toda la Unión Europea que ha tenido varios años para acordar unos procedimientos de actuación en estos casos y que sigue tirando de improvisación cuando ocurren.

La elección del puerto de Algeciras

En vista de la difícil situación que se vive a bordo del Open Arms, la decisión de ofrecer Algeciras como puerto seguro para el desembarque del buque no parece la mejor opción. En un contexto en el que las más de 100 personas que aún quedan a bordo se siguen enfrentando a falta de espacio o hambre, no es una buena idea alargar la estancia en el barco.

Y viajar a Algeciras supone una travesía adicional de cinco días, ya que la localidad gaditana se encuentra a 1.740 kilómetros de distancia de Lampedusa. El propio Gobierno asumió que esta solución era errónea pocas horas después al permitir la llegada a cualquier puerto español.

Un solicitante de asilo recibe consuelo a bordo del Open Arms (AP Photo/Francisco Gentico)
Un solicitante de asilo recibe consuelo a bordo del Open Arms (AP Photo/Francisco Gentico)

La elección de cualquier puerto español

No cabe duda que esta habría sido una buena decisión si se hubiera producido antes. De hecho Palma está a poco más de 1.000 kilómetros y la embarcación podría haber alcanzado la isla en algo menos de tres días. Sin embargo, esta propuesta del Gobierno llega cuando el Open Arms lleva ya 18 días en el agua, con una situación muy tensa a bordo.

Desde el propio barco ya se han encargado de recordar por qué no es una solución en este momento. Proactiva se ve incapaz de viajar en estas circunstancias y ha pedido el traslado o un buque adecuado o en un avión.

La falta de consenso y la tardanza en decidir

Ha habido también muchos reproches al Gobierno por actuar en la crisis del Open Arms en solitario, sin hablar ni consultar con algunas partes implicadas. Uno de los primeros en alzar la voz ha sido el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, que ha criticado a Sánchez por ofrecer Algeciras sin ni siquiera haberse dirigido antes al Gobierno autonómico.

Tampoco ha sentado bien en Valencia y Barcelona la actuación de Sánchez, después de que ambas ciudades se ofrecieran como puerto seguro para el Open Arms hace más de dos semanas.

Y es que la situación se ha alargado sin necesidad para que al final Sánchez ponga encima de la mesa una solución que ya estaba presente 15 días antes. El principal partido de la oposición, el PP, también ha censurado no haber sido consultado sobre este tema y ha criticado “los bandazos” del Gobierno.

Pedro Sánchez ha recibido críticas por su actuación en esta crisis (AP Photo/Manu Fernandez)
Pedro Sánchez ha recibido críticas por su actuación en esta crisis (AP Photo/Manu Fernandez)

Los mensajes contradictorios

Finalmente hay que recordar que el Ejecutivo se ha mostrado partidario de dar una solución a la crisis, pero que durante días ha mostrado un lenguaje muy duro con el Open Arms. El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, dijo lo siguiente en una entrevista en El País: “me molestan los abanderados de la humanidad que no tienen que tomar ninguna decisión”.

Por su parte, la vicepresidenta, Carmen Calvo, también ha reprochado a la embarcación el intentar desembarcar en Italia en lugar de Malta. Un cruce de acusaciones que contrasta con el último mensaje de Pedro Sánchez tendiendo la mano. “España siempre actúa ante emergencias humanitarias”, escribe.