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Los equipos de rescate llegan a Vanuatu y hallan una destrucción generalizada

Por Christopher McCall y Lincoln Feast SÍDNEY (Reuters) - Los primeros equipos de rescate que llegaron el domingo a Vanuatu encontraron una destrucción generalizada, en un país donde las autoridades han decretado el estado de emergencia después de que un "monstruoso" ciclón devastara el archipiélago. Con vientos de más de 300 kilómetros por hora, el ciclón Pam destrozó casas, hundió barcos y barrió caminos, puentes y carreteras cuando pasó por las islas a última hora del viernes y el sábado. Los equipos de rescate describieron la situación como catastrófica. El recuento de muertes confirmadas era de ocho, con 30 heridos. Pero es casi seguro que las cifras aumentarán a medida que los servicios de emergencias lleguen a todas las islas que conforman Vanuatu. Los equipos de rescate estaban particularmente preocupados por la situación en la isla meridional de Tanna. Un miembro de la Cruz Roja Australiana dijo a Reuters que un avión había logrado aterrizar allí para confirmar la "destrucción generalizada" "Prácticamente todos los edificios que no son de cemento han sido destruidos", dijo, añadiendo se habían confirmado dos muertes en una isla con una población de unas 29.000 personas a 200 kilómetros al sur de la capital del país, Port Vila. Los testigos allí describen olas de hasta ocho metros e inundaciones en las calles al paso del ciclón, de categoría 5. Los habitantes de la isla dijeron que la tormenta sonaba como un tren de mercancías. Port Vila estaba cubierta de escombros y parecía que una bomba hubiese explotado en el centro de la ciudad. El presidente Baldwin Lonsdale, que se encontraba precisamente en una conferencia sobre catástrofes naturales en Japón, comparó a la tormenta con un monstruo. "La mayoría de las casas en Vila (...) han sido dañadas y destruidas. La gente está buscando refugio donde pasar la noche", dijo a la Fundación Thomson Reuters. Lonsdale dijo que el impacto sería "mucho, mucho, mucho peor" en las demás islas más pequeñas, pero mantenía la esperanza de que el número de víctimas fuese "bajo". Afirmó que los ofrecimientos de ayuda habían sido "muy generosos". "No estamos suplicando, pero pedimos ayuda", dijo. El ministro de Cambio Climático James Bule dijo que la gente estaba acostumbrada a las tormentas, aunque habitualmente no tan fuertes, y esperaba que se hubiesen perdido pocas vidas. "Tenemos gente que sabe qué hacer", dijo Bule. Antiguamente conocido como las Nuevas Hébridas, Vanuatu es un archipiélago de 83 islas y 260.000 habitantes al noreste de la ciudad australiana de Brisbane. Está entre los países más pobres del mundo y es vulnerable a todo tipo de catástrofes como terremotos, olas gigantes y tormentas. Las autoridades dijeron que el ciclón era comparable en fuerza al tifón Haiyan, que pasó por las Filipinas en 2013 y dejó más de 6.000 personas muertas, y parece que podría tratarse de uno de los peores desastres naturales de la historia en la región. Kris Paraskevas, consultor en Port Vila, dijo que la situación era catastrófica. "Los pueblos no están bien. Muchas casas eran simplemente postes y estaño y paja. No queda nada, la gente está sentada en los escombros", dijo Paraskevas. (Información adicional de Megan Rowling en Tokio; Traducido por Gabriel Sánchez)