Anuncios
Elecciones México 2024:

Cobertura Especial | LO ÚLTIMO

Los cofundadores de Google se apartan del liderazgo de la megacorporación que comenzaron en un garaje

Larry Page y Sergey Brin, los dos fundadores de Google, hoy una de las mayores compañías del mundo y uno de los titanes dominantes en el mundo digital, han anunciado que dejarán el liderazgo de su corporación y dejarán todo a cargo del actual CEO, Sundar Pichai.

Ambos estaban desde 2015 a la cabeza de Alfabet, la empresa matriz que engloba a Google y otras empresas, entre ellas YouTube, coloso del video digital, y subsidiarias como Makani (fabricante de turbinas de energía eólica), Verily (dedicada a ciencias biológicas) o Waymo (creadora de vehículos autónomos). Tras crear Alfabet, Brin era su presidente y Page su CEO, mientras que Google como tal es dirigida por Pichai.

Sergey Brin (izq.) y Larry Page, fundadores y accionistas mayoritarios de Google y su matriz Alfabet. (AP Photo/Paul Sakuma)
Sergey Brin (izq.) y Larry Page, fundadores y accionistas mayoritarios de Google y su matriz Alfabet. (AP Photo/Paul Sakuma)

Ahora, ambos dejarán sus puestos: “con Alfabet bien establecida y las otras apuestas operando efectivamente como compañías independientes, es el momento natural de simplificar nuestra estructura de dirección. Nunca hemos sido de los que mantenemos roles directivos cuando pensamos que hay una mejor manera de manejar la compañía. Y Alfabet y Google no necesitan más dos CEO y un presidente”, escribieron Page y Brin en un blog para anunciar su decisión.

Así, Pichai será CEO tanto de Alfabet como de Google.

Los orígenes de Google como un buscador de sitios en internet son humildes: Brin y Page comenzaron su proyecto en 1998 en un garaje y la empresa se ha convertido hoy en una de las más ricas e influyentes del mundo. Un caso en cierto modo similar a empresas del entorno de la computación e internet como Microsoft, Apple, Yahoo!, Amazon y Facebook, que de humildes orígenes llegaron a transformarse en líderes globales, con una riqueza y poder sustantivos.

Y la decisión de Brin y Page es en cierto modo similar, aunque ciertamente con sus peculiaridades y diferencias, a la de Bill Gates cuando optó por dejar la conducción de la empresa que creó e hizo crecer desde una posición muy reducida hasta lograr el dominio en el mercado de los sistemas operativos de las computadoras personales.

Con todo su simbolismo, en realidad Brin y Page habían desde que se creó Alfabet mantenido una posición un tanto discreta, dejando la conducción corporativa y los reflectores mayormente en Pichai (quien fue nombrado CEO en 2015) y otros altos ejecutivos de Google.

Sundar Pichai, CEO de Google. Tras el retiro de Larry Page y Sergey Brin, Pichai será también CEO de Alfabet, empresa matriz de Google y otras subsidiarias. (AP Photo/Jeff Chiu)
Sundar Pichai, CEO de Google. Tras el retiro de Larry Page y Sergey Brin, Pichai será también CEO de Alfabet, empresa matriz de Google y otras subsidiarias. (AP Photo/Jeff Chiu)

Y ahora, tampoco se desprenderán por completo pues seguirán trabajando para Alfabet en calidad de cofundadores, retendrán una porción mayoritaria de sus acciones y serán miembros de su junta directiva, según indicó el portal Quarz.

Pero es cierto que el futuro de Alfabet y sus empresas, sobre todo Google, no será necesariamente plácido y PIchai tiene frente a sí un reto sustantivo. Y no solo para mantener su primacía tecnológica y comercial, sino por las hondas implicaciones políticas y sociales de Google y sus productos y servicios, sobre todo en el ámbito de la vigencia de los derechos fundamentales, la democracia y la libre competencia.

Google, como se señala en Quarz, ha estado en medio de tormentas políticas por la forma en como maneja los datos de sus usuarios, despliega o acota campañas publicitarias y de propaganda, realiza prácticas hegemónicas que algunos consideran monopólicas y prioriza o deja atrás a uno u otro sitio en sus resultados de búsquedas. También ha mantenido relaciones que han sido criticadas, incluso por los propios empleados de Google, con el Departamento de Defensa estadounidense o con gobiernos extranjeros autoritarios. La manera en que en la empresa se ha manejado casos de acusaciones de acoso sexual ha sido también controversial y desatado fuertes quejas internas.

En ese sentido, algunos han criticado que en lugar de atender los problemas de la empresa, los fundadores de Google han optado por hacerse a un lado, al menos de la conducción directa de la compañía.

En todo caso, la tendencia es que Google cobre incluso mayor relevancia, influencia y conflictividad potencial, y en ese sentido el rol de Pichai crecerá también, al igual que los retos, las impugnaciones y las posibilidades de Alfabet y sus subsidiarias.

Al mantener Brin y Page un empleo y conexión directiva directa en la corporación, seguirán en el entorno de la toma de decisiones. Eellos mismos dicen que serán como los “orgullosos padres” de un joven adulto exitoso y, de acuerdo a The New York Times mantendrán vía sus acciones el control corporativo, aunque tocarán a Pichai las decisiones ejecutivas.

Pero no es claro, al menos por lo que se conoce públicamente, si el paso lateral que han dado los fundadores de Google vaya a conducir a modificaciones organizativas o directivas mayúsculas. Pichai, con todo, podría emprenderlas si lo considerase oportuno, al ser él la cabeza de todo el grupo de empresas y contar con el aval de los dos fundadores y accionistas mayoritarios.

Y, en paralelo, no es que Page y Brin (ambos de apenas 46 años) vayan a retirarse como si fuese el caso de un veterano líder que da paso a una nueva generación. Ambos están entre las personas más ricas del mundo y han estado vinculados a proyectos filantrópicos, ambientalistas y de desarrollo de nuevas tecnologías desde hace años.

Así, es plausible que cada uno concentre se aboque a nuevos proyectos (el caso de Gates, que tras dejar la dirección de Microsoft dedica su tiempo y dinero a su fundación en proyectos globales de desarrollo económico y salud). Pagey Brin tienen una fortuna amplia (más de 50,000 millones de dólares cada uno) y considerables energías. Y como “padres orgullosos” que controlan la mayoría de las acciones de la empresa, su posición en Alfabet y Google seguirá siendo sustantiva. El joven exitoso seguirá bajo un vigilante ojo paterno.