Anuncios
Elecciones México 2024:

Cobertura Especial | LO ÚLTIMO

Los biocombustibles y sus derivados triplican su eficiencia y su valor

Credit: Graphic courtesy UW-Madison/Phil Biebl
Credit: Graphic courtesy UW-Madison/Phil Biebl

Que hay que buscar una alternativa al petroleo poca gente lo puede poner en duda. Primero, por una cuestión ambiental. Pero también porque este recurso se agota, y cada vez se encarecerá más. Y ahí está el problema, porque aunque todos estos factores se conozcan, las alternativas para conseguir derivados del petróleo – que van desde plásticos a lubricantes industriales, pasando por otros muchos productos – no son muy viables. Hasta ahora, cuando un equipo de investigación ha desarrollado una técnica que triplica la eficiencia del proceso. Y con ello, triplica también los beneficios económicos.

Antes de entrar en el detalle del artículo, merece la pena pararse a considerar un par de detalles, para nada menores. El primero es una cuestión de inversión. Porque sí, los biocombustibles y derivados pueden tener sentido a nivel ambiental, pero si hacen perder dinero, por desgracia, nadie invertirá en ellos. Por eso resulta tan relevante mejorar la eficiencia.

El segundo también puede parecer obvio, y es que las técnicas que se desarrollen deben ser “verdes”. Es decir, cambiar una industria altamente contaminante por otra igual de contaminante, pero que emplea una materia prima distinta, no es la solución. Sería un parche, en el mejor de los casos.

[Te puede interesar: De las cloacas a la economía]

Por eso la nueva técnica desarrollada supone un gran paso en la dirección apropiada. El proceso al que han llegado los investigadores permite triplicar la eficiencia del proceso que transforma biomasa en biocombustibles y productos derivados, lo que permite obtener el triple de ganancias. Es decir, en términos generales, que las inversiones – y retornos de inversión – no son una ciencia exacta.

Y lo hace empleando productos respetuosos con el medio ambiente. Aquí es donde está el secreto de la tecnología: emplean un disolvente orgánico denominado gamma-valerolactona, que puede ser reutilizado y del que se recupera el 99% en cada ciclo.

Al hablar de biomasa, nos estamos refiriendo a un conjunto de moléculas digamos “mezcladas”. Para poder emplearlas en procesos industriales, hay que separar sus fracciones – esto es, las moléculas o agregados de distinta densidad – y procesar cada una de manera diferente. Y para ello hay que disolverlas en algún fluido. Cuánto de contaminante y de eficaz en la separación de fracciones sea el disolvente define al proceso completo.

[Te puede interesar: Convirtiendo los posos del café en biocombustible]

La gamma-valerolactona permite separar fracciones que antes no se conseguía, al menos no con la pureza necesaria. Y como cada fracción requiere un procesado distinto, al obtenerlas purificadas se puede sacar mucho mayor rendimiento del proceso.

Por poner sólo un ejemplo, vamos a centrarnos en la industria del papel. Que es bastante contaminante, y que genera muchos residuos en forma de biomasa, como hemicelulosa o lignina. Hasta ahora, poco se podía hacer con ellos. Pero el proceso descrito en el artículo permite obtener productos aprovechables de ambos. Incluso, si se incluye un ciclo de purificado más, se pueden sacar fibras textiles de los restos de celulosa que no se puedan transformar en papel.

Y por terminar con un dato económico importante, ¿de cuánto estamos hablando cuando decimos que aumenta los beneficios? Se pasa de un 10% a un 30%, que puede parecer poco, pero determina que sea o no interesante desde el punto de vista económico.