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Los animales que no deberías tener como mascota

El martes 18 de octubre de 2011 el sheriff Matt Lutz, en Zanesville, Ohio, envió a cuatro de sus hombres a una misión de alto riesgo. No se trataba de capturar a un peligroso delincuente o irrumpir en un negocio del crimen organizado. Los policías debían verificar qué había sucedido en el zoológico privado de Terry Thompson.

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Detrás de una máscara graciosa y una apariencia de ternura se puede esconder una terrible mascota (Darkone - Wikimedia Commons)

Lo que hallaron habría atemorizado al más curtido de los agentes: Thompson yacía muerto y las jaulas, que antes albergaban 56 animales salvajes, estaban abiertas de par en par. De inmediato comenzó la cacería. Al final de la jornada las autoridades habían neutralizado a 17 leones, 18 tigres de Bengala, además de lobos, guepardos, osos Grizzlies y otras bestias. Uno de los uniformados describió la escena como el Arca de Noé.

El caso de Thompson dista de ser una excentricidad en Estados Unidos. Según la organización Born Free USA, “millones de animales salvajes, incluyendo reptiles, felinos, primates no humanos y otros se mantienen en posesión privada. El comercio de animales exóticos es una industria que genera miles de millones de dólares anuales.”

Un reporte de la revista National Geographic de 2014 añade un dato revelador: los hogares estadounidenses acogen un número mayor de estas inusuales mascotas que los zoológicos del país.

De las menageries faraónicas a los zoos privados

Las colecciones de animales han obsesionado a los humanos desde la Antigüedad. Los faraones atesoraban jardines donde merodeaban leones, elefantes, jirafas, antílopes y otros ejemplares traídos de las regiones subyugadas. Ese hábito sobrevivió a los cambios de época y llegó a la era moderna como símbolo de estatus social y riqueza.

Pero a la sombra de las cúpulas de poder, el deseo de poseer una mascota exótica aún desvela a millones de personas. Si bien muchos se conforman con animales de compañía comunes como perros y gatos, otros necesitan mostrar a sus originales compañeros en busca de la aprobación social. Nada raro en un mundo donde demasiada gente se define por sus posesiones materiales y no por sus valores humanos. Dicho de otra manera, criar un tigre en casa equivaldría a manejar un Rolls-Royce.

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¿Quién puede resistirse a un cachorro de kinkajú? (MaRu180 - Flickr Creative Commons)

No a todos los dueños de animales salvajes los alienta ese estímulo egocéntrico. ¿Quién puede permanecer insensible ante la ternura que inspiran los cachorros de felinos o de especies aún menos conocidas como el kinkajú? Reaccionamos naturalmente ante criaturas que nos recuerdan a los bebés humanos. La suavidad del pelaje, los ojos expresivos, la aparente pulcritud, el comportamiento juguetón… todo conspira para que adoptemos una mascota, poco importa si en unos meses se transformará en una bestia capaz de devorarnos.

O hacernos mucho daño. Así sucedió a la estadounidense Charla Nash en 2009, cuando fue atacada por el chimpancé de su amiga Sandra Herold. La víctima se sometió luego a un trasplante de cara y ambas manos. Y a Kelly Ann Walz, asesinada por Teddy, el oso negro de la familia. Y a Gerald Rushton, pisoteado hasta la muerte por un ciervo rojo europeo de 550 libras.

Algunos propietarios de zoológicos privados duermen con la conciencia bien tranquila. El cautiverio de ciertas especies, creen, contribuye a su conservación cuando viven bajo el peligro de extinción en su medio natural. Paradójicamente, la demanda de animales exóticos sería una de las causas de la merma de poblaciones de reptiles en regiones tropicales, por solo citar un ejemplo.

Por otra parte, esas raras mascotas pueden transmitir enfermedades como el herpes B, la salmonelosis y la viruela de los monos, advierte Born Free USA. Solo en Estados Unidos se reportan 93.000 casos de infección con salmonela cada año a causa de la interacción con reptiles.

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¿Adoptar un perrito de la pradera de cola negra? ¡Una pésima idea! (Steve Polkinghorne, Newton Abbot - Wikimedia Commons)

Los 10 mamíferos exóticos que no deberías domesticar

Un equipo de la Universidad y el Centro de Investigaciones de Wageningen, en Holanda, presentó recientemente el resultado de un exhaustivo estudio sobre la idoneidad de especies de mamíferos para ser adoptadas como mascotas. El resultado, obtenido mediante complejas operaciones estadísticas, debería persuadir a quienes sueñan con llevar a casa algún animal de los incluidos en la lista.

Estas las 10 peores mascotas:

El perrito de la pradera de cola negra
El falangero del azúcar
El zorro del desierto
El oso pardo
El perrito de la pradera de cola blanca
El capibara
El zorro rojo
El alce
El perrito de la pradera mexicano
El mapache boreal

Y si usted no se conforma con un perro o un gato comunes y corrientes, entonces pruebe con estos mamíferos, más adecuados que la lista anterior:

El ciervo sica
El ualabí ágil
El ualabí dama
La llama
La civeta de las palmeras
La ardilla rayada del Himalaya
El cuis moro
El ratón espinoso dorado
El walaró oriental
El ratón espinoso árabe