Los amigos incómodos (y ahora ‘santos’) de López Obrador

Para apoyar a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), Andrés Manuel López Obrador, dirigente del partido Morena, organizó una marcha que pretendía llegar al Zócalo de la Ciudad de México, pero como el gobierno de Miguel Mancera le pusiera obstáculos, determinó que la realizaría en el Paseo de la Reforma.

El pretexto de López Obrador para reunir a sus seguidores fue el conflicto de Nochixtlán que involucra la lucha de la CNTE, pero en su intención siempre tuvo la mira puesta en el 2018. En su discurso responsabilizó al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ”por haber ordenado lanzar a la Policía Federal en contra de los maestros”, por lo que exigió su inmediata destitución del cargo. La propuesta tiene la intención de quitar del camino a un adversario del PRI mencionado con altas preferencias en las encuestas sobre la sucesión presidencial.

En su afán por llegar pronto a la presidencia López Obrador planteó a los manifestantes, con la visión puesta en el cambio de poder en 2018, un mensaje dirigido al presidente Peña Nieto. Propuso que en el último tercio de su mandato integre y encabece un gobierno de transición, que permita entregar el mando, en 2018, en un ambiente pacifico. “Es mejor prevenir que lamentar, todavía podemos buscar una transición ordenada y pacífica para que en el 2018 el pueblo de manera libre y democrática elija no solo su próximo gobierno, sino la política que más convenga hacia el porvenir.”

Esta parte central del discurso de López Obrador llama la atención porque da la impresión de que para él el sexenio actual ya llegó a su término y se asume como quién recibirá el poder en 2018. Todavía falta más de un tercio del sexenio en el que pueden suceder muchas cosas que podrían motivar el avance de unos y el retroceso de otros. En la política mexicana todo se escribe sobre la marcha y el único tiempo que cuenta es el presente.

Acompañó a la manifestación en apoyo a la CNTE el senador y coordinador del Partido del Trabajo Manuel Bartlet expriista conocido por ser el creador de la “caída del sistema” por la que su entonces amigo Carlos Salinas llegó a la presidencia en 1988 y que recientemente no votó en el Senado la llamada Ley 3 de 3 que imponía a los funcionarios públicos (artículo 29) el deber de hacer públicas sus declaraciones patrimonial, fiscal y de intereses, en el marco de la construcción del Sistema Nacional Anticorrupción.

Afirmó Bartlet que su bancada no participó en la votación ya que no quiso formar parte de una ”farsa”. Señaló que sus votos no eran definitorios, ya que seis senadores perredistas y panistas abandonaron la sesión y a ellos tendrían que preguntarles por qué lo hicieron. “No tenía caso, en ese contexto, votar a favor de una ley que nosotros consideramos una simulación”. No obstante, criticó la ausencia de senadores del PRD en el salón de sesiones justo en el momento en el que se llevó a cabo una “votación histórica”.

También acompañó a López obrador la Senadora Layda Sansores, expriista, hija de Carlos Sansores, distinguido dirigente del PRI, quien tampoco votó la ley 3 de 3 siguiendo la consigna de Manuel Bartlet, pero que después se justificó al afirmar: “Lo del voto es un error, debí haberlo hecho, así se ganara o se perdiera, debí haberlo hecho para que quedara asentado mi punto de vista. De mi parte, debí haber votado aunque sea como un gesto simbólico, porque además estoy convencida, y además participé recogiendo firmas”.

Entre los acompañantes de López Obrador a su marcha estaba Yeidkol Polevnski, cuyo nombre real es, Citlali Ibáñez Camacho, quien hace unos años fue la presidenta de la CANACINTRA, órgano de consulta obligada del Estado y pieza clave de la cúpula empresarial mexicana, vínculo al que Yeidkol renunció para aceptar la oferta de López Obrador que la hizo senadora por el PRD y candidata al gobierno del Estado de México y ahora es su consejera para temas empresariales.

En su discurso López Obrador pidió que se lleve a cabo, desde ahora, una transición de gobierno y desde luego que él encabezaría la recepción de la entrega que realizaría el gobierno de Peña Nieto. Seguramente para recibir la cartera de Gobernación nombraría a alguien con experiencia en el ramo, el muy hábil, transparente y nada simulador Manuel Bartlet.

Para recibir la cartera de Educación podría ser nombrada Layda Sansores, que ya estuvo en Sonora visitando al líder de la CNTE Rubén Nuñez que le entregó una carta que fue leída por el dirigente de Morena.

Como para que se entiendan entre mujeres, López Obrador le pediría a Yeidkol Polevnski, que reciba la cartera de relaciones exteriores para que dé seguimiento a los acuerdos internacionales y con los empresarios, en este contexto de globalización y Brexit.

Faltan muchas carteras pero seguramente entre los colaboradores de Andrés Manuel López Obrador están otros que como él tienen la experiencia que les dio su militancia en el PRI, para saber cómo operar una transición de terciopelo, como la que merece el país, cuando lleguen a salvarlo en el ya no muy lejano, pero nada cercano 2018. El Peje está rodeado por expertos ex priistas así que sonría porque al final todo queda entre familia.