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Cuatro clásicos en tres semanas

Las buenas cosas sólo pasan una vez en la vida. Así como el poder divisar un cometa por los aires, los caprichos del fútbol nos dieron la oportunidad de vivir al filo de la butaca cuatro clásicos españoles en menos de 18 días, un evento que posiblemente nunca se pueda volver a repetir.

Un partido de liga , la final de la Copa del Rey, y las dos Semifinales de la Liga de Campeones fueron parte del banquete de este suceso histórico.

Partido de Liga

Un empate entre Real Madrid y Barcelona con goles de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi fue lo que dejó el primer acercamiento del 2011 entre estos dos equipos en la jornada 32 de la liga de España en el Santiago Bernabéu. Este era el momento para que uno de los dos equipos pudiera sacar ventaja sobre el otro, pero un partido cerrado dividió los puntos entre las dos escuadras


Final de la Copa del Rey

Sólo cuatro días después del encontronazo en la jornada 32, Barcelona y Real Madrid se volvieron a ver las caras en campo neutral. El estadio Mestalla en Valencia fue testigo de un campeonato merengue más gracias a la anotación de Cristiano Ronaldo. El trofeo, como dato curioso, terminó aplastado por el mismo camión que paseaba a los campeones por las calles de Madrid después de que resbalara de las manos de Sergio Ramos.

Con esta victoria en tiempo de compensación, el Real Madrid terminó con una racha de seis clásicos sin poder derrotar al Barcelona.
 
Semifinales en la Champions League

Si la UEFA lo hubiera planeado así, seguramente no hubiera salido de manera tan perfecta. Los caminos de la Champions decidieron jugar al Real Madrid y al Barcelona en la serie semifinal del torneo de clubes más importante del mundo.

En el partido de ida todo pintaba para que el Real Madrid pudiera repetir la dosis. Con los ánimos por los cielos después de haberle arrebatado a Pep y sus muchachos la Copa del Rey, el ambiente de triunfalismo imperaba en todas y cada una de las butacas del Santiago Bernabéu.

Sin embargo, la historia no se escribió así. Barcelona derrotó 2-0 al cuadro merengue con tantos de Lionel Messi, quien festejó en las esquinas recibiendo toda clase de insultos y objetos provenientes de la tribuna.

Con dos goles en la espalda, el Real Madrid apeló al viejo adagio que indica que el 2-0 es el marcador más engañoso en el futbol y puso toda la carne al asador, pero el primero en pegar fue el cuadro Culé por conducto de David Villa.

El rostro de Higuaín, Marcelo, Diarra y Mourinho lo decía todo. Una losa de 3 tantos encima era muy complicada de superar y más en calidad de visitante.

Tuvo que llegar Marcelo a descontar para los merengues después de que Di María estrellara un zurdazo al poste, pero el tiempo no fue suficiente y el Barcelona festejó en el Santiago Bernabe˙ su pase a la final de la Champions con los aspersores encendidos como escenografía.