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Loriel Beltrán: El ADN de la pintura

A principios del siglo XX, el artista bielorruso radicado en París, Chaim Soutine, se encierra en su pequeña habitación de La Ruche con una res muerta. La pinta compulsivamente, en serie, mientras los restos del animal se van descomponiendo. Le obsesiona no el retrato de la res per se, sino algo más profundo e invisible: asir la transformación, el proceso de descomposición. En este empeño por aprehender lo inmaterial a través del tiempo, Suotine se convierte en precursor del Expresionismo abstracto americano y del arte procesual.

‘OBSDV’, 2020–21, pintura látex sobre panel, 70 x 155 pulgadas.
‘OBSDV’, 2020–21, pintura látex sobre panel, 70 x 155 pulgadas.

A Loriel Beltrán (Caracas, 1985) le anima un impulso similar: la necesidad del escrutinio en la pintura como acontecimiento, como fenómeno temporal y no solidificado, para lo cual el artista se entrega a un proceso de disección del material pictórico acumulado. El fruto de este largo y delicado proceso puede ser visto ahora por el público en la exhibición Loriel Beltrán. Constructed Color, abierta en el Museum of Art and Design (MOAD), Freedom Tower, hasta el 1 de mayo.

‘Red Yellow and Blue’, 2020–21, pintura látex sobre panel, 100 x 70 pulgadas.
‘Red Yellow and Blue’, 2020–21, pintura látex sobre panel, 100 x 70 pulgadas.

Constructed Color comprende una selección de la más reciente serie de trabajos del artista en el que los jirones de colores, remanentes de un largo proceso acumulativo, se van acomodando como estratos geológicos sobre el plano en sugerentes cartografías.

Espectadores frente a la obra ‘FSLTD’, 2018–20, pinutra látex sobre panel, 90 x 145 pulgadas.
Espectadores frente a la obra ‘FSLTD’, 2018–20, pinutra látex sobre panel, 90 x 145 pulgadas.

El proceso de creación, altamente complejo, parte de la pintura misma -entendida esta en tanto sustancia material- que se convierte así en el tema central. El artista construye alargadas cajas de madera, recubiertas con acrílico en el interior, que son después el receptáculo de sucesivas capas de pintura. El secado entre capa y capa hace de lo temporal otro de los elementos medulares de su obra. El proceso sucesivo de secado y adición puede llevar entre uno o dos años. El accidente y la sorpresa son también componentes inevitables que formarán parte de la composición final del cuadro.

‘RWGM’, 2018–20, pintura látex sobre panel, 70 x 45 pulgadas.
‘RWGM’, 2018–20, pintura látex sobre panel, 70 x 45 pulgadas.

Una vez secadas todas las capas de pintura, Beltrán comienza entonces el laborioso proceso de cortes transversales de los que emergen, como palimpsesto, cada una de las delgadas capas de pintura, estratos del tiempo, que luego el artista recompone, como tejido, sobre planchas de madera.

La motivación primera para esta serie fue, en cierta medida, autobiográfica. Un día, animado por la acumulación de pigmento en su propia paleta, Beltrán decidió cortarla en dos para revelar su propia historia y, desde entonces, este proceso de acercamiento a la pintura no como arte ilusorio sino como acumulación de una historia cultural y personal en sí misma, lo llevó a concebir la pintura más como objeto que como imagen.

‘FSLTD’, 2018–20, pintura látex sobre panel, 90 x 145 pulgadas.
‘FSLTD’, 2018–20, pintura látex sobre panel, 90 x 145 pulgadas.

Curiosamente, una vez recompuestas sobre la tabla, las obras de Beltrán se cargan de intensa vibración, incitando al espectador a desplazarse frente a la obra mutante: extraños mapas o formaciones geológicas que estamos tentados a escudriñar. Muchas veces y debido a ese lúdico efecto de Moiré, la crítica refiere al cinetismo venezolano para hablar de la obra de Beltrán y, sin embargo, hay diferencias esenciales que separan la obra de Beltrán de la tradición cinética. De hecho, Beltrán está interesado en la estructura y no en el ilusionismo que aparece como mero accidente. En este sentido, la vibración de su obra está más cercana de Newman que de Otero.

La obra resultante incita a la meditación. La acumulación temporal ofrecida como corte diacrónico a través de las sucesivas capas de pintura acumuladas a través del tiempo, donde emergen accidentes, nervaduras, craqueladuras, pareciera una radiografía del propio proceso creativo del artista: el perfecto ADN de la pintura.

Loriel Beltrán. Constructed Color es una excelente muestra de este joven artista, graduado del New World School of Arts y residente en Miami, cuya propuesta artística es de una variedad y congruencia encomiable.

Janet Batet es escritora, curadora y crítica de arte. Escribe para diferentes publicaciones, galerías y museos. janetbatet@gmail.com

Loriel Beltrán, ‘Constructed Colors’, hasta el 1 de mayo, en el Museum of Art and Design (MOAD) del Miami Dade College. Freedom Tower, 600 Biscayne Boulevard, Second Floor, Miami, FL 33132. (305) 237-7700.