López Obrador y el terror que provocó a los bolsillos de la burocracia mexicana

(AP Photo/Moises Castillo)
(AP Photo/Moises Castillo)

En las dos primeras semanas posteriores a su triunfo electoral Andrés Manuel López Obrador delineó lo que será la administración pública federal durante su sexenio. Anunció algunas medidas para transformar el gobierno y el servicio público en México.

Planteó la idea de llevar las secretarias de Estado a diferentes entidades del país. Entre la burocracia la propuesta provocó incertidumbre ante la posibilidad de tener que emigrar de la Ciudad de México, para continuar en su empleo.

Para combatir el dispendio y la corrupción, López Obrador anunció algunas medidas para que su gobierno sea austero, sus propuestas van desde la baja en los salarios, la reducción de personal, la venta de las aeronaves del gobierno federal o la consolidación de las compras gubernamentales, hasta la prohibición de tomar alcohol en oficinas públicas, comprar vehículos nuevos o que los
funcionarios acudan a convivencias con proveedores. Asimismo, presentó sus 50 medidas para la austeridad y el combate a la corrupción. (Reporte Índigo, 17 de julio de 2018)

Respecto a estas y otras propuestas anunciadas por López Obrador y sus cercanos colaboradores se debe recordar que en México el Estado es el primer empleador y por tanto el mecanismo para la supervivencia de millones de familias.

Diversos gobiernos promovieron el crecimiento de la burocracia por la práctica del clientelismo, el nepotismo y forma de pago de favores políticos. Existe porque es parte de nuestra historia.

Por lo anterior, llama la atención la controversia que se dio por estos días en las redes sociales al comentar los participantes a favor y en contra las determinaciones iniciales del virtual presidente electo y hacer la burla de la suerte que se plantea en el futuro de la burocracia.

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La periodista Denise Dresser en su cuenta de Twitter hizo un comentario que fue replicado por decenas de sus seguidores con opiniones antagónicas, el texto de Dresser dice: “Toc toc: entendible y exigible la austeridad gubernamental pero esta cantidad de despidos al personal de confianza afectaría a niveles más especializados/capacitados. ¿Quién va a gobernar? No podrá hacerlo solo el
presidente y los sindicalizados.¿?

En su cuenta de Twitter Viridiana Ríos presentó el siguiente dato: “Hay 2.3 millones de funcionarios públicos y de estos 17.2 por ciento son de confianza. Si se aplica el plan de austeridad, se despedirán 276,920 (70%). En 2018 se han creado 476,120 empleos formales. De ese tamaño es esta tragedia laboral”. (Reforma, 17 de julio de 2018)

Entre las medidas específicas de austeridad anunciadas por López Obrador está su intención de reducir su sueldo en más del 50 por ciento por lo que el máximo sueldo en la administración pública sería de 108 mil 248 pesos. Esta medida “afectará a 34 mil 559 trabajadores de la administración pública que hoy están por encima de ese monto. (El Universal, 18 de julio de 2018)

Está previsto que haya un recorte “en la estrategia de comunicación social del gobierno federal, en donde se prevé la eliminación de las diversas oficinas de comunicación social de las secretarías y órganos descentralizados y su concentración en una única oficina de Comunicación Social que se encontrará adscrita a la Presidencia de la República.” (El Universal, 17 de julio de 2018)

La mayoría de los mexicanos tenemos referencias acerca de los abusos de los servidores públicos, que han utilizado los recursos del Estado a su antojo. Es sabido desde hace mucho tiempo, que en México se desperdician los recursos públicos, al estar duplicados o triplicados programas gubernamentales que operan en diferentes dependencias sin coordinación alguna; que existen muchos burócratas que cobran por sellar documentos; el uso de vehículos gubernamentales para actividades privadas; la compra de artículos y servicios a precios elevados en contubernio con los proveedores; el disfrute de viáticos sin justificación; la facturación de reuniones de trabajo en restaurantes de lujo; la adquisición de boletos de avión para funcionarios que salen de “comisión de
trabajo” al extranjero, cuando inicia algún evento deportivo y demás.

Para poner el ejemplo López Obrador ha dicho que en su gobierno se aplicará “lo que decía el presidente Benito Juárez, que el funcionario aprenda a vivir en la justa medianía”. A diferencia del actual y sus antecesores, pagará por su alimentación y vestido, anunció que “desaparecerán las partidas para vestuario o cualquier gasto de protocolo y ceremonial dedicado al Presidente, a sus
colaboradores cercanos y a familiares”. (Capital México, 17de julio de 2018)

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Empezamos a conocer de qué se trata su Cuarta Transformación que se armará desde la centralización del control político, económico y de la fuerza legítima del Ejército, la Armada y la policía. Para que se lleve a cabo lo que propone López Obrador falta que lo apruebe el Congreso de la Unión. Delo por descontado, hoy no tenemos contrapeso.