Logan Paul, el criticado influencer que nos calló la boca como luchador de la WWE
Logan Paul le calló la boca a todos sus haters. Él no tenía la culpa, menos quien lo hizo, compadre. En la WWE consumó el éxito que no pudo lograr en el boxeo. Demostró que tiene madera para establecerse como una de las futuras estrellas de la lucha libre estadounidense; incluso, ya firmó un contrato como gladiador. Sí, lo volvió a hacer, recalcó que todo lo que toca se convierte en oro.
En apenas dos combates, el autoproclamado como Maverick no ha dejado dudas sobre su talento en el cuadrilátero. Apareció en WrestleMania, el show más importante de la WWE, para competir al lado de The Miz; juntos derrotaron al legendario Rey Mysterio y a su hijo Dominik. En SummerSlam, otro de los grandes carteles anuales de la promotora, acabó con su antiguo aliado.
“Soy una especie de disruptor. Me encantan los momentos virales, llamar la atención de la gente. Si existiera una forma de replicarlos para conectar con un público que normalmente no consume la WWE y atraerlo hacia la riqueza de sus historias, es como conseguirán llevarlo a otro nivel. Ahí es donde quisiera aportar. No vengo del mundo luchístico, sino del mainstream. Me gustaría proponer cosas que no se han hecho antes”, aseguró en su podcast Impaulsive.
Paul mejoró su habilidad técnica, producto de la práctica continua sobre la lona. Lució creíble al ejecutar castigos y vender los movimientos del rival. Su agilidad y altura le favorecieron para crecerse entre los aires. Procuró cumplir con la regla más importante del negocio: utilizar el cuerpo para contar una buena historia sobre el ring. La grada lo vitoreó como si llevara años en la industria.
Ya no sólo es el youtuber con más de 23 millones de suscriptores que se aventuró a forjar una carrera en el deporte-espectáculo, ahora es uno de los personajes más mediáticos de la WWE. Cada que sale ante las cámaras, presume en su pecho la carta más valiosa de Pokemón en el mundo. Sin embargo, eso no evita que aproveche la atención para volar y atravesar mesas con sus oponentes.
Después de sus claroscuros en el pugilismo, ¿Quién habría pensado que Logan Paul tendría tanto éxito al luchar? Ni sus seguidores más optimistas pronosticaron un escenario tan favorable. La realidad es que encaja como anillo al dedo con el modelo de entretenimiento deportivo de la compañía. La World Wrestling Entertainment goza de su nueva joya.
Desde la irrupción de Bad Bunny en la WWE, quien nunca ocultó su deseo por subirse a los encordados, las celebridades han cambiado el enfoque de sus presentaciones en el pancracio. Tanto el cantante puertorriqueño como el influencer buscaron dignificar la labor de los luchadores. De ahí que se sometieron a entrenamientos especializados de cara a sus peleas. No querían cumplir a medias.
“Ver a otras personas realizar lo mismo, pero respetando nuestro negocio por el trabajo que hacemos, es algo difícil de conseguir. No otorgo mi respeto fácilmente, tienes que ganártelo. Tú lo hiciste, Bad Bunny también. Porque para cumplir con ello, debiste entregarte al 100%. No sólo se trata de ir al gimnasio por un par de horas y ejecutar ciertos movimientos. Es levantarte e irte a dormir pensando en lucha. Para mí esa es la gran diferencia”, reconoció Triple H, exluchador y director creativo de la corporación.
I think it’s safe to say @LoganPaul shocked the world with his abilities as a guest at #WrestleMania … just imagine what he’ll do as a @WWE Superstar. Congratulations and welcome! https://t.co/GyTMAzBIau
— Triple H (@TripleH) June 30, 2022
Derivado de su impacto, WWE lo unió oficialmente a su roster en junio. A su vez, lo integró al videojuego WWE 2K22. Reconocen que su futuro es prometedor y no quieren desperdiciarlo. Posee el alcance y el carisma, aunque con el manejo adecuado, podría ser su siguiente hit. Pese a que Logan Paul aún mantiene intacto su sueño por reivindicarse en el boxeo, la lucha libre figura como una opción viable luego de su hipotético retiro de internet.