Lo que en verdad hay detrás del hallazgo de una cura para el VIH

Virus de la inmunodeficiencia humana alojados en macrófagos. Crédito: Reconfirming the Traditional Model of HIV Particle Assembly. Gross L, PLoS Biology Vol. 4/12/2006, e445 [CC BY 2.5 (https://creativecommons.org/licenses/by/2.5)], via Wikimedia Commons
Virus de la inmunodeficiencia humana alojados en macrófagos. Crédito: Reconfirming the Traditional Model of HIV Particle Assembly. Gross L, PLoS Biology Vol. 4/12/2006, e445 [CC BY 2.5 (https://creativecommons.org/licenses/by/2.5)], via Wikimedia Commons

Esta semana se ha publicado un artículo muy importante sobre una de las peores enfermedades modernas. Un equipo de investigación español hizo públicos los resultados de un estudio en el que conseguían tratar el SIDA. Pero aunque hay motivos para dejarse llevar por la emoción, vamos a analizar con un poco de detalle qué dice realmente el artículo.

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En primer lugar, el tratamiento no cura el SIDA. Es decir, no elimina el virus del cuerpo de los pacientes. Lo que consigue, y de hecho así han titulado el artículo los investigadores, ha sido reducir de manera profunda la carga viral. Vaya, que no desaparece, pero se reduce la presencia del virus a niveles en los que no genera graves problemas.

La terapia en sí también es muy interesante. En términos técnicos se trata de un alotrasplante de células madre hematopoyéticas. Traducido del idioma médico, significa que a los pacientes se les han proporcionado células madre que dan lugar a células sanguíneas, y que el tejido proviene de otro individuo.

Tiene sentido, ya que el virus del SIDA ataca a los linfocitos, glóbulos blancos responsables de la respuesta inmune. Proporcionar células que puedan generarlos sirve para combatir la enfermedad. Pero tiene un problema, y no es menor: el paciente tiene que ser compatible con el receptor, como en cualquier trasplante. Esto dificulta poder universalizar el tratamiento.

Relacionado con este punto, hay un factor fundamental en el que hay que pararse: el número de pacientes. En el propio artículo los investigadores hablan de ello, y exponen y reconocen la debilidad del estudio. Ha tenido un éxito enorme…en los pocos pacientes en que se ha realizado. El número total es de seis pacientes. Son suficientes para tener datos, saber que se va por buen camino y lanzar un estudio a gran escala. Pero seis pacientes son muy pocos para dar por curado el SIDA.

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Pero si el número de pacientes era bajo, el de variables analizadas no lo era. Todo aquello que pudiese tener un efecto o dar una explicación sobre el tratamiento ha sido contemplado. No debería sorprendernos, porque en ensayos clínicos es habitual trabajar de manera tan perfeccionista. Pero tampoco está de más reconocerlo, recordarlo y aplaudirlo.

Es una gran noticia, y puede ser la semilla de la curación del SIDA. Pero es importante que conozcamos todos los detalles para no hacernos falsas ilusiones, y para que nos demos cuenta de qué difícil es el trabajo de investigación en biomedicina.