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Llegan los otros Oscar de la Academia: los premios Laureus, con Messi como candidato

BERLÍN, Alemania.- Se trata de premios mundiales. Habrá alfombra roja y habrá ceremonia de gala. Conducirán Sharon Stone y Hugh Grant. Pero esto es no es Hollywood, sino Berlín, y estos "Oscar" son de otra Academia: la Academia Laureus, que cada año galardona a los mejores deportistas del planeta.

Nunca un argentino ganó uno, y eso que ya fueron entregados 20 veces. ¿Será hoy el día? Por lo pronto, hay un candidato: el rapidito que hace goles y asistencias en el seleccionado y en Barcelona, Lionel Messi. A ciencia cierta no se sabe si el capitán vendrá a la capital alemana, y a decir verdad 2019 (el período considerado esta vez) no fue de sus mejores años, más allá del Balón de Oro que le otorgó France Football. Fue el lapso del tercer puesto en la Copa América de Brasil con un Leo revirado, el de la liga española ganada y no mucho más. Y adversarios importantes le sobran para este lunes...

Está Rafael Nadal. Está Lewis Hamilton. Está Tiger Woods. Monstruos todos. Menos conocido, pero no menos monstruo, Marc Márquez, el español que no para de apilar campeonatos de Moto GP. Y también Eliud Kipchoge, el gran maratonista keniano que, récordman mundial de maratón, se hizo aun más famoso por haberse convertido en el primer hombre en correr en menos de dos horas los 42,195 kilómetros, aunque con mil ayudas, y por eso, sin plusmarca homologada.

La fiesta tendrá lugar en el Verti Music Hall, un teatro del este de Berlín que está a unos 100 metros del río Esprea ("Spree"). Un lugar icónico, no tanto por el centro de espectáculos ni por el inmenso, impactante Mercedes-Benz Arena que está otros 100 metros más al norte, sino por algo feo que acompaña paralelo al río: el muro. Parte de lo que queda de él, en realidad, porque hace 30 años desapareció una gran mayoría de aquel símbolo de la Guerra Fría, aquella cortina entre el occidente capitalista y democrático y el este socialista y gobernado por un solo partido político.

En sus vestigios, el Muro de Berlín sigue ahí, siempre mantenido vivo por los turistas, que lo aprecian como si fuera una galería de arte al aire libre, lo fotografían, lo usan de fondo para sus imágenes de redes sociales. Está grafiteado, como gran parte de esta ciudad que parece haber cedido en su invierno noreuropeo para acompañar la fiesta de los Laureus, que esta noche alemana (la tarde argentina) reunirán a numerosas figuras del deporte internacional.

En dos horas de ceremonia, atravesadas en algún momento por la música de Liam Payne (ex cantante de One Direction y protagonista de la serie Factor X), serán entregados los "Oscar del deporte", ocho días después de los auténticos, los del cine. Esta vez, con un halo de solidaridad: los galardones son una vidriera para la Fundación Laureus, dedicada a hacer el bien entre los desfavorecidos del mundo mediante el deporte.

Veinte años cumplen los premios, los primeros que postulan para una misma estatuilla a atletas de distintas disciplinas. El calibre de los nominados es el máximo también en otros rubros. Por ejemplo, entre las mujeres están postuladas Simone Biles y Naomi Osaka, y Liverpool, Springboks, Mercedes, Toronto Raptors, el seleccionado español masculino de básquetbol y el femenino estadounidense de fútbol son los candidatos como equipos. Y así, con otras estrellas en otros campos: Kawhi Leonard, Andy Murray (regreso del año), Coco Gauff (sorpresa)... Primerísimo nivel mundial.

En las dos décadas de los Laureus, y a pesar de haber entre ocho y doce rubros distinguidos, nunca un argentino fue galardonado. En efecto, Messi, colector de mil premios, aún no tiene éste. No parece la ocasión más indicada para adjudicárselo, pero algo le da una chance: jamás un futbolista se impuso como deportista masculino individual. Alguna vez ocurrirá. Por lo pronto, al rosarino le alcanzó ese discreto -discreto para él- 2019 para ser elegido por periodistas del planeta entre los seis candidatos de su categoría. Luego, es decisión de 69 miembros de la Academia Laureus (ex estrellas mundiales), que ayer incorporó al formidable ex rugbier sudafricano Bryan Habana, todo un conocido de los argentinos y hasta ahora embajador de la ONG.

Los Laureus nacieron de la voluntad de reconocer a los mejores del deporte con una distinción mundial que hasta el año 2000 no existía. Cuando Nelson Mandela, invitado, pronunció en aquel año una frase, cambió la perspectiva. "El deporte tiene el poder de cambiar el mundo, de unir a la gente como pocas cosas lo hacen". Las palabras del entonces ex presidente de Sudáfrica derivarían en la creación de la Fundación Laureus, que se dedica a mejorar, por la vía del deporte con los miembros de la Academia y sus embajadores, las vidas de los marginados (refugiados, discapacitados, pobres), con acciones que promueven valores y la educación. La entidad señala que hasta el momento ha incidido en unos 6.000.000 de chicos gracias a una recaudación de fondos de unos 150.000.000 de euros en estas dos décadas, por medio de programas específicos que hoy son unos 200 y están distribuidos en más de 40 países.

En siete de ellos hay fundaciones filiales, y uno es la Argentina, donde la cara visible es su presidente, Hugo Porta, miembro de la Academia, al igual de Luciana Aymar. Con el ex rugbier como motor, Laureus Argentina se enorgullece de haber trabajado en estos años en pro de 16.000 beneficiarios de 19 instituciones y proyectos en 12 ciudades y con un total de 1.010.000 dólares puestos al servicio de los postergados.

Todo nace de la iniciativa de dos grandes patrocinadores, los creadores de los Laureus: Daimler, la compañía de Mercedes-Benz, y Richemont, lo mismo de la relojera suiza IWC. Son quienes recaudan fondos y dirigen principalmente las acciones de beneficencia. Paradoja del tiempo: el discurso de un Mandela que en buena parte de su trayectoria política levantó las banderas del marxismo encontró eco en uno de los iconos del capitalismo, la marca de los autos de lujo y de la estrella de tres puntas en un círculo. Y su Mercedes-Benz Arena está del lado oriental del muro, el que correspondía al socialismo...

A diferencia de los domésticos Olimpia, los Laureus no incluyen un premio de oro. Si aquéllos, los galardones argentinos, ya son controvertidos en las ternas de un mismo deporte y tomando sólo el ámbito nacional, bien podrían serlo éstos, que comparan disciplinas diversas y en el campo internacional. Pero aquí no hay polémica, al menos visible: no puede haberla cuando está tan cerca la idea de que el deporte debe ser un vehículo para mejorar las vidas de los que sufren, una maza que derribe muros. Como el que aquí ofrece sólo rastros que sirven de recuerdo en esta Berlín hoy unificada.