Muere desatendida heroína de lucha contra ébola en Liberia

MONROVIA, Liberia (AP) — Salome Karwah sobrevivió al ébola, una enfermedad que había matado a sus padre y otros ocho parientes, y volvió a su clínica para ayudar a innumerables pacientes porque se había vuelto inmune al mortal virus. Su rostro apareció en la portada de la revista Time como símbolo de los valientes trabajadores sanitarios que combatían el ébola en 2014.

Pero en un descorazonador recordatorio del miedo que aún tienen en Liberia, su esposo dijo que las enfermeras de guardia estaban demasiado asustadas y no se atrevieron a atender a Karwah cuando sufrió complicaciones tras dar a luz el mes pasado.

"Yo mismo entré en la sala de urgencias para traer una silla de ruedas en la que llevar a mi esposa a la sala de operaciones", dijo James Harris, terapeuta psicosocial, a The Associated Press.

Karwah murió hace dos semanas a los 31 años, varios días después de que su cuarto hijo naciera por cesárea. Fue un final trágico para una mujer que había lucha incansable contra el estigma del ébola.

"La experiencia propia de Salome con el ébola le proporcionó una empatía increíble por los pacientes de los que cuidó con tanto empeño", indicó en un comunicado Médicos Sin Fronteras. "Nuestros muchos empleados que recuerdan haber trabajado con ella hablan de su fortaleza y compasión, y también de su sonrisa".

"Hizo una enorme contribución a la labor de MSF en el cénit del brote en Monrovia", añadió la organización humanitaria.

El brote de ébola en el África occidental fue el más mortal jamás registrado, con unos 11.300 muertos. El ébola se contagia a través del contacto con los fluidos de alguien lo bastante enfermo como para tener síntomas.

Aunque la Organización Mundial de la Salud declaró el final del brote en junio de 2016, algunos liberianos siguen temiendo que los sobrevivientes puedan contagiar el virus.

Tolbert Nyenswah, quien encabezó la batalla contra el ébola en Liberia y ahora dirige el recién creado Instituto Nacional de Salud Pública, dijo que no puede confirmar las versiones de que los empleados del hospital no se animaron a atender a Karwah por su condición de sobreviviente del ébola cuando sufrió convulsiones.

Agregó que se estaba investigando "qué fue lo que no funcionó".

"Normalmente, si se hace una cesárea, la persona debe permanecer en el hospital siete días y hay que estar pendientes de posibles complicaciones", expresó Tolbert. "Por lo que sé, no se cumplió con ese protocolo. Fue dada de alta antes de ese plazo y cuando surgieron complicaciones su esposo la llevó de nuevo al hospital".

El hospital no hizo comentarios. El jefe de los servicios médicos de Liberia Francis Kateh dijo a la Associated Press que comprendía el dolor del marido. Pero reiteró la impresión equivocada de que los sobrevivientes del ébola pueden portar todavía el virus al decir que "el hospital sabía que había tenido ébola y la operaron, lo que generaba riesgos".

El marido dijo a la AP que fue el hospital el que decidió darla de alta antes de tiempo a pesar de que "cada vez que le tomaron la presión la tenía alta" tras su cesárea y de que ella no quería irse.

James Harris, el esposo de Karwah, responsabiliza al hospital por la muerte de la mujer. "La hicieron esperar en un auto tres horas" antes de atenderla. Lo que más le duele, indicó, es que "la enfermera de turno, en lugar de atender una emergencia, estaba en la recepción viendo Facebook".

Liberia ya tenía la tasa de mortalidad materna antes del brote de ébola. Fallecían aproximadamente una de cada diez mujeres gestantes, comparado con una de cada 8.000 en los países desarrollados, según estadísticas del gobierno.

La situación es tan grave que hubo un programa piloto que capacitaba a las parteras para que realizasen cesáreas, de acuerdo con las Naciones Unidas.

Más de 4.800 personas fallecieron en Liberia durante la epidemia de ébola, incluidos 184 trabajadores del campo de la salud.

Al no haber una cura para el mal, mucha gente sobrevivió gracias al cuidado de gente como Karwah.

"Si un paciente no quiere comer, lo aliento para que lo haga. Si está débil y no puede bañarse, lo baño", declaró la mujer en una entrevista en el 2014, según MSF. "Los ayudo hasta donde puedo porque sé por lo que están pasando. Yo también pasé por eso".

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Larson informó desde Dakar, Senegal.