Unas leyes más estrictas desalientan el interés adolescente por las armas de fuego

Los niños son menos propensos a portar un arma de fuego en los estados de Estados Unidos que tienen leyes más restrictivas de control de armamento, sugiere un nuevo estudio. Investigadores analizaron datos sobre posesión de armas entre adolescentes a partir de una encuesta a estudiantes de secundaria en 38 estados de Estados Unidos. Luego, examinaron el grado de rigor con que cada estado regula el uso de armas de fuego con políticas como la revisión de antecedentes antes de vender, edades mínimas, prohibición de armas de asalto tipo militar y limitación al uso en lugares públicos. En los estados con leyes más estrictas, un 5,7 por ciento de los estudiantes encuestados dijo que había portado un arma el último mes, frente a un 7,3 por ciento de los adolescentes de los estados con leyes más permisivas. Los adolescentes eran más propensos a portar armas si sus familiares adultos poseían armas de fuego, indicó también el estudio. "Los gobiernos y los adultos en otros países desarrollados han dificultado el acceso de los jóvenes a las armas de fuego. Sin embargo, nuestro estudio mostró que cerca de un cuarto de los adolescentes estadounidenses informaron de un acceso fácil a un arma en su casa", dijo por correo el electrónico el coautor del estudio Ziming Xuan, especialista en salud pública de la Universidad de Boston. Aproximadamente 15.000 adolescentes de entre 12 y 19 años mueren cada año en Estados Unidos y las tres principales causas son lesiones no intencionales, homicidios y suicidios, informan Xuan y el coautor David Hemenway, de la Universidad de Harvard, en JAMA Pediatrics. La mayoría de los homicidios y la mitad de los suicidios implican el uso de armas de fuego. Los investigadores revisaron casi 230.000 respuestas de estudiantes de secundaria consultadas en 2007, 2009 y 2011. También revisaron un ranking de leyes estatales de la Campaña Brady para Prevenir la Violencia con Armas, un grupo de Washington, D.C., que elabora planillas anuales sobre políticas con armas de fuego. Las puntuaciones van desde 0 a 100, con notas más altas para leyes de control de armas más restrictivas. El estudio arrojó que, en general, cada aumento de 10 puntos en las planillas estatales de control de armas estaba asociado con un 9 por ciento menos de probabilidades de que un joven portara un arma de fuego. Y la reducción fue similar en hombres y mujeres. Pero cuando los investigadores clasificaron de acuerdo a edad y raza, descubrieron que los efectos de las políticas sobre uso de armas de fuego sólo eran significativos entre los alumnos de undécimo y duodécimo grado, y entre adolescentes caucásicos. Entre los jóvenes afroamericanos, hispanos y los más pequeños, las diferencias eran demasiado pequeñas como para descartar la posibilidad de que se debieran al azar. Además, los investigadores examinaron datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) sobre la tenencia de armas en la población adulta de cada estado. Cuando tomaron en cuenta la propiedad de armas de fuego entre los adultos, el vínculo entre leyes estatales y adolescentes portando armas se desvaneció. En otras palabras, la tenencia de armas de fuego entre los adultos explica la relación entre las leyes estatales y la posibilidad de que los adolescentes lleven armas.