Lectura en honor a García Márquez en Bogotá convocó a escolares, enamorados... y a un gallo

Escolares escapados de clases, pensionados, enamorados y hasta un gallo participaron este miércoles de la lectura de la novela de Gabriel García Márquez "El coronel no tiene quien le escriba" en una biblioteca del sur de Bogotá, creando un grupo tan pintoresco como los personajes del fallecido Nobel colombiano. La ocasión para la reunión fue un homenaje a García Márquez, fallecido el 17 de abril en Ciudad de México, organizado por el ministerio de Cultura de Colombia en el marco del día internacional del libro y el idioma español. La imaginación y las ganas de disfrutar de la obra del Nobel hicieron el resto. Edwin Prieto, de 15 años, prefirió saltarse un día de clases -junto a su hermano de 11 años- para asistir a la lectura de "El coronel no tiene quien le escriba" y mientras jóvenes, ancianos y promotores de la Biblioteca El Tunal se turnaban para leer, él escuchaba atentamente la historia. "Es interesante que te lean. Nos permite imaginarlo todo, eso es lo bonito", dijo a la AFP Prieto, estudiante de secundaria, mientras doblaba y extendía con sus manos una mariposa amarilla de papel, como las que aparecen en la obra de García Márquez y que los organizadores repartieron entre los asistentes para que escribieran un mensaje al escritor. Junto a su hermano -y con el permiso paterno- este joven hizo un trayecto de unos 40 minutos en bus para ir al acto y rendirle un homenaje al Nobel, del que dijo admirar "sobre todo sus discursos". El gallo, que durante la lectura comió maíz, tomó agua y hasta cantó un poco, estaba allí como parte de una representación de la novela "El coronel no tiene quien le escriba", complementada por el propio coronel y su esposa asmática -interpretados por dos empleados de la biblioteca-, y la hamaca donde dormía el protagonista de la historia. - Un gallo prestado y muchas flores amarillas - Un ramo de flores amarillas, esas que García Márquez consideraba de buena suerte, y un par de tazas de café completaban el montaje que sirvió para ilustrar la lectura. "A raíz del fallecimiento de Gabo, y como el ministerio de Cultura nos invitó a participar de esta lectura, el equipo se motivó a hacerle un sentido homenaje y entre todos buscamos los elementos en nuestras casas para armar la escena: algunos se disfrazaron y otros trajeron los elementos", explicó a la AFP la directora de la biblioteca, Soledad Prieto. El gallo, personaje clave de la novela porque le quedó en herencia al coronel tras la muerte de su hijo y porque en él recaen sus esperanzas de ganar algo de dinero -en las peleas- mientras le llega la pensión militar, le pertenece a un técnico de la biblioteca que lo prestó para el montaje. En total, poco más de medio centenar de personas acudieron a la lectura organizada en esta biblioteca situada en un barrio de clase media del sur de Bogotá. Catorce de los asistentes tuvieron la ocasión de leer fragmentos del libro y recibir ejemplares gratuitos de la novela. La jornada, bautizada como "Gabolectura", se dio en más de 1.000 bibliotecas públicas de Colombia, en parques y colegios. El presidente Juan Manuel Santos fue el encargado de inaugurarla, en la Biblioteca Nacional. María Luisa Collazos, una pensionada de 62 años, fue una de las últimas en tomar turno frente al micrófono -y al lado del gallo- en El Tunal: "Me encantó leerle a todos y no me puse nada nerviosa", dijo, orgullosa. "Había leído otros libros de García Márquez, pero no éste y me llamó la atención venir a recordarlo leyendo", aseguró. Entre quienes la escucharon leer estaban Leonardo y Sonia, dos jóvenes enamorados que, tomados todo el tiempo de la mano, disfrutaron de la historia y al final del acto dejaron un mensaje de despedida a García Márquez escrito sobre una mariposa amarilla.