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León Benarós, el autor de un cantar de gesta con aires criollos

"...He pensado en un payador anónimo, tratando de no taparle la boca, para que mi voz se pierda en la del símbolo."

Esto explica León Benarós al referirse a su Romancero Criollo que es la recopilación de todos sus Romances que empezó a publicar en grandes editoriales desde épocas lejanas. Según decía él, vivió el folklore antes de escribirlo.

Nació el 6 de febrero de 1915 en Villa Mercedes, San Luis. La casa de sus primeros años en la calle Buenos Aires 206 de esa ciudad, se conserva por dentro y por fuera tal cual el poeta la describe. Su familia tenía campos, entre ellos, "El Quirquincho" y El Peludo" cercanos a Villa Mercedes y esos nombres nos indican el humor de sus ancestros. Sus vivencias y observaciones, especialmente en el departamento San Martín, en Mendoza, donde vivió algún tiempo, y el trato con familiares bastante criollos y bohemios, le despertaron el amor por el folklore.

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Ejerció la abogacía y en lejanos tiempos fue vocal de la Corte de Justicia de Catamarca. Siempre abogaba por lo criollo, por eso no fue casual que el Martín Fierro ocupara un lugar importante en su vida.

Es autor de la letra de "La Tempranera" en la que se rinde a la belleza de una joven norteña. Carlos Guastavino le puso música a esa zamba que es un himno para Monteros, en la provincia de Tucumán, donde cada año es recordado en su prestigioso festival criollo y dulce como la zafra. Carlos Di Fulvio canta tan bien su creación musical "Doña Maclovia" con la letra de León Benarós donde aboga en pos de la justicia. El poeta registró muchas obras en Sadaic y publicó muchos libros, ubicado entre los que dieron en llamarse "la Generación del ?40".

Formó parte y fundó diversas instituciones; puso la letra a "Oro y Gris" tango de Mariano Mores; supo tocar el alma del porteño y la ciudad de Buenos Aires lo consagró Ciudadano Ilustre en un acto de gran pompa.

Eduardo Falú, Carlos Di Fulvio y Adolfo Ávalos son algunos de los compositores de una larga lista que le pusieron música a sus letras.

Su mejor libro acaso sea Romancero Criollo. La edición de 1977 es un objeto y extracto de argentinidad.

En épocas ya muy lejanas de su vida, se comprometió políticamente con libros de su autoría. El doctor Félix Luna, de ideas políticas diferentes, lo tuvo como colaborador con sus artículos en su revista "Todo es Historia" durante 45 años y nuestro sabio Ezequiel Martínez Estrada, le dedicó en 1959 este poema definitivo, "Adiós a León Benarós":

"Voy a partir; Adiós,

León Benarós.

Fuimos dos de los

mandados por Dios

a cantar, y nos

hicieron atroz

la vida a los dos.

No marches en pos

de ellos; déjalos

sin oír la voz

del soplo de Dios.

León Benarós,

compañero, adiós."

En el Romancero Criollo encontramos romances de rigor histórico impecables por el afán que el poeta tenía de escribir verdaderos cantares de gesta. Él había notado que los países europeos tenían esos cantares. Con su obra quiso lograr que un payador nos contara hechos trascendentales de nuestra historia. Leda Valladares dijo sobre una de sus creaciones: "Esta composición es tan auténtica que parecería popular anónima, es decir folklórica en su origen". La doctora Olga Fernández Latour de Botas, autoridad sobre estos temas desde hace más de 60 años, que aplaude su obra, lo considera un poeta glosador con sus cuartetas temáticas.

León Benarós falleció, casi centenario, en la ciudad de Buenos Aires, el 25 de agosto del año 2012. No defraudó a ningún compositor, ni intérprete con sus letras y escribió, con magistral humildad: "Seria feliz si estos romances alcanzaran la amistad de las guitarras anónimas."