Laura Pigossi apagó otra vez la ilusión de las argentinas y se llevó el título en el WTA 125 Argentina Open
En su tercera edición, el WTA 125 Argentina Open, tenía todo preparado para ver por primera vez a una campeona de la casa. Salvo un puñado de espectadores, el resto de los que se acercaron el domingo al Tenis Club Argentino de Palermo lo hicieron con la ilusión de que, primero, el cielo aguantara la lluvia que amenazó desde la mañana, y segundo, que Lourdes Carlé (175 del ranking), la primera local en llegar a la definición, pudiera llevarse el título. Pero no pudo ser: de nuevo se cruzó en el camino la brasileña Laura Pigossi, a estas alturas una verdadera sombra de los anhelos de las tenistas albicelestes en el último tiempo. Con este condimento: tampoco hubo “revancha” para Lourdes de la reciente final de los Juegos Panamericanos Santiago 2023, que tuvo estas mismas protagonistas e igual vencedora. Finalmente, la nacida en San Pablo, de 29 años y medallista de bronce en dobles en los Juegos Olímpicos de Tokio 2022 venció por 6-3 y 6-2 y se tomó el mate, el simbólico trofeo que entrega el torneo.
En Buenos Aires, una vez más, Pigossi, dio cuenta de la tenacidad y la resiliencia con la que enfrenta las distintas situaciones de partido y por qué es positiva por naturaleza. A ello se aferra cuando sabe que debe “aguantar” el momento. Por caso, en esta final, con un inicio muy bueno para Carlé, que le quebró el saque en cero en el primer game y tuvo a su favor el aliento del público que casi colmó la capacidad de las tribunas tubulares.
Ya había demostrado ello hace poco más de un año, en los play offs de la Billie Jean King Cup (BJKC), cuando jugando para Brasil amargó al conjunto argentino derrotando a Solana Sierra en el partido que definió la serie en un clima de ebullición constante. Y hace 35 días nada más, en la cancha central del Estadio Nacional de Tenis de Santiago, en la final de los Juegos Panamericanos en la que dirimieron el oro. En las semifinales de ese torneo, Pigossi sacó a otra argentina, Julia Riera, que lloró desconsolada por no haber llegado al partido principal, pero sobre todo, por no haber podido clasificarse a los Juegos Olímpicos París 2024 (solo disponible para las finalistas). En las semifinales de este WTA de Buenos Aires volvió a hacer lo propio: sacó a Solana Sierra en los cuartos de final.
“Me alegra mucho, la verdad, que podamos enfrentarnos con las argentinas en torneos tan grandes y en momentos tan importantes, creo que significa que el tenis de Sudamérica viene creciendo, que las chicas empiezan a creer que es posible llegar a donde está Bia (Beatriz Haddad Maia, de Brasil, 11° del ranking) o al Top 100 como está Nadia (Podoroska, de Argentina, 69°)”, dice la tenista que reside en España desde hace ocho años, pero que asegura, nada la motiva como jugar por su país.
“Esto es muy bonito de ver, unos cuartos de final con tantas argentinas o torneos así grandes con tantas sudamericanas. Esto es muy importante para que el nivel de Sudamérica pueda seguir creciendo”, agrega, a la vez que aclaró por qué no posterga por nada cuando un torneo se hace en la región, y mucho más en su país. “Las tenistas sudamericanas jugamos fuera de casa todo el año y es muy bonito vivir esto como lo tuvo Lourdes aquí con toda la hinchada. Yo he ganado un W60 antes del US Open en Brasil y mira el final del año, sabes, es así por todo por aquel torneo”.
Ese “sabes” de Pigossi no pasa desapercibido. El español (y su acento) es parte de su marca registrada‚ y aunque se sorprende y frunce el ceño cuando se le habla de eso, finalmente ríe y lo reconoce: “Antes yo hablaba un poco de cada acento de Sudamérica, entonces hablaba cosas como argentina, hasta mexicana otras, luego colombiana. Pero cuando he ido a España un entrenador me ha dicho: ‘Mira, ahora vas a hablar como española, y ya está’. Pero cuando estoy allá me dicen que no me ubican porque mi español no es como el de ellos”, describe. Se suelta más y blanquea que en los diálogos internos se habla en varios idiomas, aunque toma de cada uno según la necesidad. Un enojo lo hace en español, al igual que cuando se arenga (los “vamos” con el puño apretado la distinguen) o cuando necesita fuerza: “Ahí me digo ‘dame chicha’”. ¿Y qué no negocia de su portugués de sangre? “Y... el ‘Vamos garotinha’, ‘vocé pode’, ‘voce aquí', vocé manda’”, confiesa.
Después de soportar el inicio agresivo de Lourdes Carlé en los primeros juegos de la final de Buenos Aires (se quebraron sucesivamente el saque hasta el quinto game), Pigossi hizo pie y se acomodó en un partido que se definió en una hora y 32 minutos, y dejó al público la sensación de que se fue muy rápido. Claro, el mérito fue de la brasileña, que de nuevo en el segundo segmento supo cómo frenar a Carlé cuando la oriunda de Daireaux, de 23 años, empezó a levantar el nivel de juego aún 2-0 abajo (se puso 2-2). Finalmente, la de San Pablo lo cerró sin atenuantes: “Soy una persona muy positiva, y cuando fallo me felicito porque he tomado la actitud correcta. Entonces, nunca me voy del partido por eso, por creer que siempre se puede dar vuelta, por creer que no pasa nada, que todo bien, que tengo que animarme. Es una de mis características y me hace estar ahí donde estoy”, explica. A Carlé le quedó el consuelo de festejar, un rato después, el título en dobles, con la griega Despina Papamichail como compañera, al vencer en la final a la colombiana Pérez García y a la estadounidense Sewing por 6-3, 4-6 y 11-9.
Pero nada es casual. Ni siquiera ese cuadernito anillado de tapa blanda con anotaciones que no respetan renglones, que está doblado en las puntas por la humedad de estos días y porque el trajín en el raquetero lo averiaron. Tiene dibujitos, palabras en español y en portugués y está en la silla de descanso de Laura, siendo tan importante como la toalla y la botellita de agua: “Son cosas que anoto para acordarme de respirar o de un plan de juego. O algo como que tengo que atreverme más. Pequeñas cosas que me hacen mantener en el rumbo correcto”, cuenta con sorpresa ante el interrogante. Desde los ocho años trabaja con un psicólogo deportivo y completa el combo con meditación y respiración consciente, un trabajo que considera fundamental y que evidencia en cada partido, sobre todo en aquellos que revierte.
El año que viene, Laura Pigossi estará en unos nuevos Juegos Olímpicos. Ganó la medalla de bronce en dobles en Tokio 2020 (realizados en 2021) junto a Luisa Stefani, y avisó en Buenos Aires que su gran sueño es ahora la medalla dorada de singles. En torno a esa idea termina esta temporada y planea la que viene. París es su sueño, como Roland Garros, el escenario que los contemplará. Y establecerse en el Top 20 es el otro gran objetivo. Por eso, no es poco que el 2023 culmine con su despegue: el de Buenos Aires también fue el primer título WTA 125 de su carrera. En la carrera de una tenista positiva, luchadora y resiliente. Que se habla en muchos idiomas y con mucho acentos, pero tiene una esencia que no modifica. Aunque ahora, para la foto, le pidan que “se tome el mate”.