Estos son los latinos que intentan convencer a otros latinos de ir a las urnas

Cecilia Cabello, directora de campaña para el estado de California del exalcalde Pete Buttigieg de South Bend, Indiana, en Los Ángeles, el 15 de diciembre de 2019.
Cecilia Cabello, directora de campaña para el estado de California del exalcalde Pete Buttigieg de South Bend, Indiana, en Los Ángeles, el 15 de diciembre de 2019.

Según las proyecciones, 32 millones de latinos podrán votar en noviembre. Se trata de una cantidad récord, por lo que bien podrían convertirse en el grupo minoritario más grande en las próximas elecciones. Nadie puede ganarse a este grupo de votantes con un tema único; sus problemas principales abarcan sectores muy diversos, desde educación, servicios de salud y empleo hasta la economía y la inmigración.

Los demócratas todavía buscan formas de convencer a los latinos del partido para que asistan a las urnas. Aunque en las últimas cuatro elecciones presidenciales su tasa de participación fue la más baja de entre los grupos minoritarios, al parecer aumentó en las elecciones intermedias de 2018, por lo que constituyen un grupo de votantes difícil de comprender.

Los latinos son originarios de más de veinte países distintos y de razas, religiones y culturas muy variadas. Cualquiera que intente encontrar un mensaje cohesivo para un grupo tan amplio y diverso corre el riesgo de marginar a algunos de sus miembros.

Precisamente por eso, los dirigentes latinos encargados este año de las campañas presidenciales de los demócratas no han adoptado ese enfoque. Más bien se han concentrado en tratar de comprender qué significa para ellos mismos y para su trabajo la latinidad o identidad latina y, a partir de esas reflexiones, reforzar las conexiones con sus comunidades.

— Jonathan Jayes-Green

Coordinador de vinculación latina de la senadora Elizabeth Warren de Massachusetts

Al igual que muchos otros inmigrantes llegados a Estados Unidos cuando eran jóvenes, Jayes-Green experimentó una etapa de rebeldía durante su adolescencia, que en su caso lo alejó de la cultura panameña. En su lugar, adoptó la cultura estadounidense en un esfuerzo por integrarse y adaptarse a un nuevo país, con otra cultura e idioma.

“Creo que fue hacia el final de mis estudios de preparatoria cuando pensé: ‘No, en realidad, me encanta que el español sea mi lengua materna. Me encanta tener acento y que la forma de hablar de mis padres sea un poco distinta’”, explicó.

Encontrar la manera de redefinir qué significa ser latino es la preocupación central del trabajo de Jayes-Green. Le entusiasma mucho poder hacerlo como parte del movimiento que ha creado Warren con su campaña.

“Lo que más me gusta cuando la senadora Warren habla acerca de todos sus planes es que, para evitar que se queden solo en el papel, necesitamos un movimiento”, comentó. “Necesitamos la capacidad de luchar por los grandes cambios estructurales que requiere nuestra comunidad”.

Su trabajo consiste en asegurarse de que los latinos tengan un espacio al centro de ese movimiento. Para él, fue importante que algunos miembros de la campaña lo apoyaran el otoño pasado durante una audiencia ante la Corte Suprema sobre el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés), que protege de la deportación a varios inmigrantes jóvenes que se encuentran en el país sin documentos y que el gobierno de Donald Trump desea suspender. Jayes-Green es uno de los beneficiarios del DACA, también conocidos como “dreamers”.

“Así seguimos abriendo espacios para que el movimiento latino forme parte de la campaña, pero también para que la campaña se haga presente en el movimiento”, aseveró. “Existe apoyo en ambos sentidos”.

— Laura Jiménez

Coordinadora de vinculación latina para el exvicepresidente Joe Biden

Jiménez últimamente ha escuchado mucho a Juan Luis Guerra. No se cansa de canciones como “Visa para un sueño” y “Ojalá que llueva café.”

Trabajar en contacto directo con su comunidad la llena de orgullo, y escuchar a Juan Luis, cantante de merengue y bachata considerado tesoro nacional en República Dominicana, siempre le hace recordar su trabajo.

Aunque Jiménez creció en el Bronx, en la ciudad de Nueva York, pasaba los veranos en la República Dominicana con su padre. Después de terminar la preparatoria, se mudó a Florida.

“Tuve que quitarme muchos acentos”, dijo Jiménez. “Además, nunca me sentí como en casa en ninguna parte”.

Jiménez tardó mucho tiempo en apreciar su identidad y apenas hace seis años se percató de lo valiosa que es su herencia.

“Mi familia está en riesgo”, dijo. “Los ataques son en contra de mi comunidad. Así que se siente muy muy personal todos los días”.

“Trump está usando a nuestra comunidad para ganar la reelección. Quiere demonizarnos”, se lamentó. “Y como esta elección es sobre nosotros, tenemos que darle prioridad, como comunidad, a alguien que pueda vencer a este hombre”.

Está convencida de que Biden luchará por los latinos y dice haber reflexionado sobre los millones de deportaciones que ocurrieron durante el gobierno de Barack Obama. Citó como prueba su plan de inmigración.

“Puesto que yo misma soy inmigrante y he trabajado en este plan, sé que hay varios elementos en él que ayudarán a muchas personas de nuestra comunidad”, indicó.

— Edwin Torres

Director de vinculación latina para la senadora Amy Klobuchar de Minnesota

Después de llegar a Estados Unidos, la familia de Torres se mudó más de veinte veces dentro del área de Los Ángeles. Hubo algunas ocasiones en que no tuvieron dónde vivir. Para cuando salió de la preparatoria, había asistido a más de doce escuelas públicas.

No entendía el sueño americano que sus padres querían hacer realidad. “Empecé a pensar que nada de esto debía pasar en este país”, dijo.

Sus padres abandonaron El Salvador en la década de 1990, época en que el país estaba sumido en una guerra civil, y les llevó siete años ahorrar suficiente dinero para traer a Torres de este lado de la frontera.

Sus padres querían que recibiera una buena educación, y apenas cuando llegó a nivel universitario comenzó a apreciar los sacrificios que hicieron.

Torres formó parte de la primera oleada de “dreamers” autorizados para el DACA. Obtuvo una beca para cubrir la totalidad de sus estudios en la Universidad Saint John’s, en Minnesota.

Torres trabajó en campañas locales en ese estado antes de unirse al equipo de Klobuchar en marzo del año pasado. Comentó que se sintió inspirado por su habilidad para convencer a las personas de apoyar a los demócratas en todos los cargos de elección popular.

“En 2018 trabajó sin descanso para lograr que ganáramos la Cámara de Representantes en Minnesota, lo que a su vez nos permitió tener mayor peso en el debate de temas como las licencias para todos y otras políticas progresistas”, enfatizó.

“Como beneficiario del DACA, indocumentado pero sin miedo, y como homosexual latino que vive en Estados Unidos, quiero que nuestro siguiente presidente sea alguien capaz de unir al país”.

— Belén Sisa

Secretaria de prensa latina para el senador Bernie Sanders de Vermont

Durante su infancia en Arizona, Sisa sentía que pertenecía a la única familia argentina del estado. Le hubiera encantado tener un nombre más normal, una infancia más normal. Siempre procuró pasar desapercibida.

“Crecí en un barrio de clase media en el que la mayoría de la gente era de raza blanca, y durante los primeros años de mi vida me sentí de lo más avergonzada, no solo por ser inmigrante, sino también por ser indocumentada”, explicó. “Lo único que me importaba era integrarme, porque quería ser igual a los demás”.

La noticia de que había sido aceptada para el DACA la hizo sentir empoderada y con suficiente seguridad para participar en la política.

Le atrajo Sanders debido a sus planes de combatir la explotación en el lugar de trabajo y mejorar el acceso a la educación y los servicios de salud.

“Incluso cuando mi familia y yo no teníamos ni la menor idea de quién era, ya estaba luchando por nosotros”, dijo.

Participó como voluntaria en la primera campaña presidencial de Sanders, en 2016, y después ocupó el cargo de coordinadora de vinculación latina. En la actualidad, es secretaria de prensa latina para su campaña de 2020.

“Nunca antes un contendiente a la presidencia de Estados Unidos se había atrevido a contratar a una persona indocumentada para un cargo tan visible, ni había confiado en esa persona para respaldar sus propuestas”, afirmó. “Creo que es un excelente indicador de sus prioridades”.

— Cecilia Cabello

Directora de campaña para el estado de California del exalcalde Pete Buttigieg de South Bend, Indiana

Cabello es una angelina de tercera generación, cada una de las cuales vivió en un barrio distinto de la ciudad, pero no por elección propia.

Sus bisabuelos se mudaron de Nuevo México a Los Ángeles a principios del siglo XX. Según los relatos familiares, tenían una casa cerca de donde hoy en día se encuentra Union Station, pero tuvieron que abandonar el área cuando se construyó la estación. La familia se mudó a Boyle Heights, hasta que la construcción de la autopista 5 los obligó a mudarse más al este.

“La historia de los latinos en Los Ángeles en realidad es como la historia de mi familia”, afirmó Cabello.

Le interesó Buttigieg porque le recuerda al alcalde Eric Garcetti de Los Ángeles y al expresidente Barack Obama. “Es sencillo, me gustó cómo hablaba de Estados Unidos”, aseveró.

“Si hay algo en lo que de verdad creo es en la Constitución. En el papel, todos somos iguales; por desgracia, es obvio que no es verdad, así que debemos hacer algo para que en realidad se cumpla para todos”, añadió. “Gran parte de lo que para mí significa la latinidad se relaciona con esa tarea”.

This article originally appeared in The New York Times.

© 2020 The New York Times Company