Los enormes contrastes que revela el nuevo mapa de la pobreza en Argentina

Tras conocerse las cifras reales sobre la cantidad de pobres en Argentina -que por tres años fueron ignoradas por el gobierno-, el mapa social del país quedó en un estado preocupante. La noticia más escandalosa fue, definitivamente, enterarnos que el 32 por ciento de los argentinos está bajo la línea de la pobreza.

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Villa pobre en la capital federal, Buenos Aires. (Nonuou)

De los 43,5 millones de habitantes de la nación, cerca de 14 millones de personas son pobres y de ellas, 2,7 millones están en la indigencia. Un panorama que golpea no sólo al gobierno de Mauricio Macri, que deberá reaccionar, sino también al anterior -del matrimonio Kirchner-, que estuvo 12 años al mando del país.

Los nuevos datos muestran que la pobreza está distribuida de manera muy desigual. En un territorio extenso, ciertas provincias (estados) tienen, directamente, la mitad de su población bajo la línea de la pobreza. Macri deberá encontrar con urgencia una solución al aspecto heterogéneo que presenta el país. Porque en el mientras tanto, las regiones más pobres la pasan cada vez peor: 1 de cada 3 argentinos es pobre.

Nuevo mapa de la pobreza

Los datos que difundió el Indec, entidad que había suspendido la medición desde 2013, ilustran de qué modo quedaron distribuidas las cifras de la pobreza en Argentina.

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GBA: Gran Buenos Aires (alrededores de la Ciudad de Buenos Aires)

NOA: Noroeste argentino

NEA: Noreste argentino

La zona más golpeada por la pobreza en Argentina ha sido, históricamente, el norte del país. Si bien el Gran Buenos Aires concentra la mayor cantidad de pobres e indigentes, y las condiciones de vida más complejas.

Las provincias de Jujuy, Salta, Chaco y Formosa representan una de las zonas más sensibles. Si bien aún no están hechas las comparaciones desagregadas por cada provincia, Unicef publicó a mitad de año ciertas comparaciones que sirven ahora, ya con datos oficiales del Gobierno argentino, como apoyo de la información conocida.

La asimetría entre las distintas regiones del país es abismal: en la actualidad, según los datos que publicó Unicef a mitad de año, el porcentaje total de pobres en el Noroeste del país es más de cinco veces mayor al de, por ejemplo, la Ciudad de Buenos Aires. Si este último no es el mejor parámetro (debido a que la Ciudad de Buenos Aires es uno de los distritos más ricos del país, con un 8 por ciento de pobreza), se puede toma a la Patagonia: casi el triple.

Según el estudio de Unicef, el 43 por ciento de los niños (0 a 17 años) del NOA (Salta, Santiago del Estero, Catamarca, Tucumán y Jujuy) era pobre en 2015. Un 15 era indigente. En el NEA (Corrientes, Chaco, Formosa y Misiones), los valores son similares, ya que 41 por ciento se encontraba en situación de pobreza y un 13 en pobreza extrema.

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Un vagabundo duerme en el barrio Palermo de Buenos Aires. (AP)

Pero uno de los contrastes más grandes se encuentra al interior del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Esta comprende la Ciudad de Buenos Aires junto al conurbano bonaerense, esto es, la populosa región que circunda a la capital.

La región menos pobre, además de la Ciudad de Buenos Aires, es la Patagonia Sur, donde la densidad de población es bajísima. Allí se registró un 16 por ciento (Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego). El Gran Buenos Aires se compone de 24 partidos (departamentos), y allí la pobreza alcanza el 31 por ciento. En la Ciudad, alcanza a menos del 10 por ciento de las personas.

Los datos difundidos por el Indec, como se observa en el gráfico, confirman o se acercan a algunos estudios como el citado de Unicef. La realidad social argentina, así, se conforma en un complejo entramado de dificultades para el desarrollo humano.

La realidad social del kirchnerismo y el rol de Macri

Durante los 12 años en los que gobernaron Néstor y Cristina Kirchner, una de las banderas políticas de su partido fue decir que había achicado la brecha social entre ricos y pobres. Los planes sociales, la asistencia a los sectores más postergados y planes integrales de salud fueron avances respecto de las medidas regresivas que se habían aplicado sobre la clase trabajadora durante la década del 90. Sin embargo, en algún momento el kirchnerismo dejó de medir los índices. El síntoma era claro: algo no andaba bien.

Para Cristina, de hecho, la pobreza y la indigencia se encontraban por debajo del 5 por ciento en Argentina. “Hoy tenemos un índice de pobreza por debajo del 5% y de indigencia del 1,27%, si mal no recuerdo", había dicho.

La entonces presidenta estaba un tanto alejada. Sucedió que había usado el último dato disponible del Indec, de diciembre de 2013, cuando la pobreza era del 4.7 por ciento. ¿Cómo se interpreta entonces el brutal crecimiento?

Desde el kirchnerismo le echan la responsabilidad a estos nueve meses de la gestión Macri, y desde el macrismo apuntan a los 12 años de gobierno kirchnerista. Lo cierto es que los términos de gobierno dicen poco por sí mismos.

Tanto las medidas que el presidente Macri tomó al levantar los subsidios y aumentar los precios del transporte y los servicios públicos como la creciente inflación que acarrearon los últimos años de Cristina Kirchner sembraron el terreno para este 32 por ciento de pobres.

Mientras tanto, el objetivo de campaña de Mauricio Macri de “pobreza cero” quedará, de una vez por todas, blanqueado: el propio presidente argentino aseguró que no será posible. Se trató, en síntesis, de un slogan de campaña. Uno más, salvo que quizás sea el más doloroso de todos.