Las relaciones entre EEUU y Rusia, en mínimos tras los desacuerdos por Siria

Por Yeganeh Torbati y Denis Dyomkin MOSCÚ (Reuters) - El presidente Vladimir Putin dijo el miércoles que la confianza entre Estados Unidos y Rusia se ha deteriorado bajo el gobierno de Donald Trump, después de que Moscú diera un hostil y poco usual recibimiento al secretario de Estado Rex Tillerson, en medio de una polémica por Siria. Cualquier esperanza en Rusia de que el Gobierno de Trump mantuviera una relación mucho menos confrontacional desapareció durante la última semana, después de que el nuevo líder estadounidense ordenara disparar misiles contra Siria para castigar al aliado de Moscú por lanzar, supuestamente, un ataque con armas químicas contra una zona controlada por rebeldes. En Washington, Trump dijo que Estados Unidos no se estaba llevando "nada bien" con Moscú, y añadió que las relaciones "podrían estar en mínimos históricos". Trump había hecho llamados frecuentes durante su campaña presidencial para establecer lazos más cercanos con Putin, pese a las críticas de legisladores de su propio Partido Republicano. Pero la guerra civil en Siria ha puesto más presión sobre Moscú y Washington, dejando en suspenso lo que muchos pensaban sería una transformación en los lazos, que se sumergieron en el peor distanciamiento post Guerra Fría durante la presidencia de Barack Obama. El secretario de Estado estadounidense se reunió con Putin en el Kremlin tras dialogar con su homólogo ruso, Sergei Lavrov, durante unas tres horas. El Kremlin había declinado previamente confirmar si el presidente ruso se encontraría con Tillerson, reflejando la tensión por el bombardeo estadounidense en Siria. "Uno podría decir que el nivel de confianza en términos de trabajo, especialmente en el ámbito militar, no ha mejorado, sino que se ha deteriorado", dijo Putin en una entrevista emitida en la televisión rusa, momentos después de que Tillerson se sentara a dialogar con Lavrov. FRÍO RECIBIMIENTO Putin confirmó el apoyo de Rusia al presidente sirio, Bashar al-Assad, reiterando que el mandatario no fue responsable del ataque con gas ocurrido la semana pasada y añadiendo una nueva teoría respecto a que el ataque pudo haber sido montado por los enemigos del líder sirio. Tillerson reiteró la posición estadounidense de que Assad debe ceder el poder en Siria pero pareció usar un tono más suave con Rusia. "Discutimos nuestra opinión de que Rusia, como su aliado más cercano en el conflicto, tal vez tiene las mejores vías de ayudar a Assad a reconocer esta realidad", dijo. Lavrov había recibido a Tillerson con unos comentarios inusualmente fríos, calificando de ilegal el ataque con misiles contra la base en Siria y acusando a Washington de comportarse de manera impredecible. Uno de los asesores más cercanos del canciller fue aún menos diplomático. "En general, lo primitivo y grosero es muy característico de la actual retórica procedente de Washington. Esperamos que esto no se convierta en la esencia de la política estadounidense", dijo el viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Ryabkov, a la agencia estatal RIA. Pero Lavrov dijo que se había logrado algún progreso sobre Siria en la reunión y que se establecerá un grupo de trabajo para analizar el estado de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia. Añadió que Putin había accedido a reactivar un acuerdo de seguridad aérea sobre Siria que Moscú suspendió tras el ataque con misiles. Tillerson también destacó el bajo nivel de confianza entre los dos países. "Las dos potencias nucleares más importantes no pueden tener este tipo de relaciones", afirmó.