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Las granjas secretas de EEUU donde crían millones de gallinas para producir vacunas

Aunque las granjas de pollos en Estados Unidos producen incontables toneladas de carne y huevo para el consumo global de alimentos, también millones de sus pollos forman parte de una cadena productiva secreta para lograr algo tan valioso como comida: vacunas contra la gripe.

Según un reporte de la CNN, millones de gallinas son criadas en granjas secretas para usar sus huevos en la producción anual de antídotos contra la influenza, que también enferma a millones de personas en todo el mundo.

La importancia de estas gallinas es tan relevante para el gobierno que la ubicación de sus establecimientos es considerada una cuestión de seguridad nacional.

Solo en esta temporada de influenza se usaron 140 millones de huevos para producir vacunas contra la gripe. (Foto REUTERS/Tim Shaffer)
Solo en esta temporada de influenza se usaron 140 millones de huevos para producir vacunas contra la gripe. (Foto REUTERS/Tim Shaffer)

De acuerdo con el reporte citado, en estas granjas se producen cada día cientos de miles de huevos que son transportados hacia laboratorios con guardias especiales y sistemas multimillonarios de seguridad, financiados por el propio gobierno.

Estos huevos son la materia prima para producir millones de vacunas que cada año se usan para enfrentar las epidemias de gripe que afectan a los estadounidenses.

Hasta finales de febrero se distribuyeron 174.5 millones de dosis de la vacuna contra la gripe, de las cuales aproximadamente el 82% se basaron en huevos de gallinas, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) en EEUU.

Esos datos significan que solo en esta temporada de influenza se usaron 140 millones de huevos para producir esas vacunas, sin contar los millones de dólares que en los últimos 15 años el gobierno ha invertido para garantizar que hayan suficientes huevos con qué fabricar vacunas año tras año.

El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) gastó 42 millones de dólares en un contrato de tres años con una compañía para garantizar un suministro de huevos de alta calidad durante todo el año, según un informe de 2017 de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de los Estados Unidos (GAO, por sus siglas en inglés).

El alto costo de la gripe

Esta cifra puede resultar alta para gastar en huevos, pero cada año la gripe le cuesta a EEUU unos 10,400 millones de dólares en hospitalizaciones y tratamientos, según los CDC .

Solo entre septiembre de 2019 y febrero de 2020, 34 millones de personas en EEUU han contraído la gripe y 20,000 han fallecido por esta causa, incluido 136 niños, según reportes de los CDC. Hasta ahora, mucho más que los estragos que el nuevo coronavirus está provocando en el país.

Estas cuentas explican por sí solas el valor del guardar en secreto las millones de gallinas que producen los huevos imprescindibles para hacer las vacunas.

El uso de los huevos para hacer vacunas contra la gripe aún hoy no son la respuesta ante la inmunización contra el coronavirus, otra carrera en la que están involucrados miles de científicos de todo el mundo.  (Foto REUTERS/China Daily)
El uso de los huevos para hacer vacunas contra la gripe aún hoy no son la respuesta ante la inmunización contra el coronavirus, otra carrera en la que están involucrados miles de científicos de todo el mundo. (Foto REUTERS/China Daily)

Del huevo a la vacuna

En la década de 1930 se iniciaron las primeras investigaciones sobre el uso de los huevos de gallinas para la producción de vacunas contra la gripe, un campo en el que los investigadores ingleses fueron los pioneros. En 1937 realizaron los primeros experimentos para las fuerzas armadas y en 1940 sus científicos tenían una vacuna funcional para Estados Unidos.

En la actualidad ya existe toda una cadena productiva que comienza en esas granjas secretas que producen millones de huevos para ser usados como bases de las necesarias vacunas.

Los CDC del país, junto a varios laboratorios, se asocian con la Organización Mundial de la Salud (OMS) para elegir ciertas cepas de virus a fin de enviarlas a los fabricantes privados de vacunas.

La gripe puede mutar y las cepas pueden cambiar cada año, lo que significa que se necesitan nuevas vacunas para cada temporada de influenza.

El virus seleccionado se inyecta en los huevos de gallina fertilizados, donde se incuba y se replica durante unos días, tal como lo haría dentro de un huésped humano.

Luego, se cosecha el líquido que contiene el virus del huevo. Se inactiva el virus para que ya no pueda causar enfermedades y lo purifican hasta que se logra el antígeno, que es el elemento crucial pues activa la respuesta de nuestro sistema inmunológico ante la infección viral. Este proceso dura seis meses.

A pesar de toda la experiencia acumulada en el uso de los huevos para hacer vacunas contra la gripe, aún hoy no son la respuesta ante la inmunización contra el coronavirus, otra carrera en la que están involucrados miles de científicos de todo el mundo.

Pero mientras tanto, los huevos de gallinas sí sirven para combatir otra epidemia virulenta como la influenza, con altos costos para la salud humana y la economía global.