‘Las calles del horror’: el comercio de animales salvajes sigue a pesar de la alarma por el coronavirus

ADVERTENCIA – CONTENIDO QUE PUEDE HERIR SU SENSIBILIDAD:

A pesar de que existen evidencias según las cuales la pandemia del coronavirus se propagó a los humanos debido al consumo de animales salvajes, muchas regiones, como África, Sudeste Asiático y Australia siguen con el comercio de animales salvajes.

La aparición de unas fotografías alarmantes es buena prueba de que los mercados de África Occidental siguen vendiendo varias especies exóticas.

Las fotos tomadas en enero de este año en Cotonú y Ouidah, en Benín, muestran piezas de animales amontonadas, incluidas cabezas de monos, pitones y aves.

Una de las fotografías es de un mono muerto que yace al lado del cuerpo de un pangolín, mamífero a través del cual se cree que se transmitió la COVID-19 de los murciélagos y a los humanos.

‘Las calles del horror’: el comercio de animales salvajes sigue a pesar de la alarma por el coronavirus
Babuinos a la venta en mercados de animales salvajes en Benín (Fuente: Aaron Gekoski para la World Animal Protection).

La organización sin ánimo de lucro World Animal Protection (WAP) dijo a Yahoo News Australia que los mercados de vida salvaje siguieron funcionando con normalidad en Togo y Benín a partir del mes de abril.

La directora de campañas de animales salvajes, Cassandra Koenen, emitió un comunicado en el que se pide el cierre de los mercados; en estos mercados se suele trabajar observando prácticas religiosas tradicionales.

“Esta falta de higiene combinada con el contacto humano directo pueden crear el caldo de cultivo ideal para enfermedades infecciosas existentes y emergentes como la COVID-19”, dijo.

“El lugar de los animales salvajes es la naturaleza y no esos mercados de vudú en condiciones como las que presentan”.

“Estas condiciones son incubadoras atroces para la transmisión de la enfermedad y la evolución de patógenos más virulentos”.

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World Animal Protection afirma que, a pesar de la pandemia, sigue el comercio de animales salvajes en muchos países de África Occidental (Fuente: Aaron Gekoski a través de World Animal Protection).
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Cuerpos de pangolines y monos yacen unos al lado de los otros. Los pangolines podrían haber transmitido la COVID-19 de murciélagos a humanos (Fuente: Aaron Gekoski para World Animal Protection).

El comercio de animales salvajes sigue a pesar de las preocupaciones de 2007

Los mercados mojados ‒lugares donde una mezcla de especies animales conviven en condiciones de hacinamiento y suciedad‒ siguen siendo la mayor preocupación, ya que esas condiciones insalubres crean el caldo de cultivo ideal para la proliferación de bacterias y virus.

Investigadores han descubierto que la zoonosis, es decir, transmisión de patógenos de animales a humanos, representa el 75 % de las enfermedades infecciosas emergentes.

Se cree que el VIH, el SARS y varios brotes de ébola se transmitieron a los humanos a través del consumo de animales salvajes.

A raíz de la pandemia mundial de SARS de 2002-2003 que mató a casi 800 personas, en 2007 científicos de Hong Kong publicaron una investigación que proponía medidas drásticas de bioseguridad en los mercados húmedos.

Es probable que el virus comenzara en murciélagos que viven en la provincia china de Yunnan y los investigadores advirtieron que los animales fueron un “reservorio natural para virus similares SARS-CoV”.

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Basura amontonada detrás de los puestos de venta de animales salvajes en Benín (Fuente: Aaron Gekoski para World Animal Protection).
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Varias especies apiladas unas encima de las otras para su venta (Fuente: Aaron Gekoski para World Animal Protection).

Mientras que China tomó medidas drásticas contra el consumo de animales salvajes tras el brote de SARS, este rentable sector prosperó en los años posteriores.

Tuvo que llegar la pandemia de COVID-19 para convencer al gobierno chino de la necesidad de prohibir el consumo de animales salvajes, aunque se permiten algunas excepciones para la medicina tradicional.

A principios de marzo, la Comisión Nacional de Salud de China (NHC, por sus siglas en inglés) seguía recomendando tan re qing, un medicamento a base de hierbas y bilis de oso, para tratar casos graves de COVID-19.

Si bien hay fuentes que sugieren que las autoridades chinas tomaron medidas drásticas contra medicamentos hechos con derivados de animales salvajes, la NHC no respondió si ha modificado su postura sobre los criaderos de osos para extraer bilis.

Llamada a terminar con el consumo de canguro en Australia

En una entrevista con 2GB el viernes por la mañana, el primer ministro Scott Morrison dijo que los mercados mojados son un “problema muy real y significativo dondequiera que existan”.

“Este virus comenzó en China y dio la vuelta al mundo, así es cómo comenzó”, dijo el locutor de radio Alan Jones.

“Todos lo sabemos y estos mercados mojados pueden ser un problema real por lo que ocurre en ellos”.

“Y creo, desde el punto de vista de la salud mundial, que la Organización Mundial de la Salud debería hacer algo”.

El miembro del consejo legislativo del Partido por la Justicia Animal, Mark Pearson, sostiene que a pesar de que no existen mercados mojados en Australia, el gobierno federal tiene que poner fin a nuestro comercio de animales salvajes.

La carne de canguro sigue siendo popular en Australia y en Europa, pero Pearson quiere que Australia tome medidas enérgicas contra la venta de animales salvajes y lanzó un petitorio.

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En Australia se siguen vendiendo productos como estos abrebotellas de recuerdo hechos con patas de canguros (Fuente: Getty Images).

“Al permitir que se siga comerciando con canguros, el gobierno australiano envía el claro mensaje de que esta actividad es más importante que la salud humana”, dijo Pearson en un comunicado.

“Está claro que la industria de la carne de canguro australiano no puede cumplir los estándares sanitarios necesarios para su consumo”.

“En tiempos de crisis es fácil eludir nuestra propia responsabilidad y echar la culpa al extranjero”.

“Pero el aumento de zoonosis es un problema global”.

“A raíz de este brote, China ha prohibido el comercio de animales salvajes”.

“¿Qué medidas preventivas ha tomado Australia?”

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El gobierno federal dice que no están considerando la posibilidad de restringir las ventas de productos derivados de animales salvajes en Australia (Fuente: Getty).

Australia tiene el dudoso honor de ser el país en el que más animales salvajes se sacrifican de todo el mundo, con más de 31 millones de canguros masacrados en los últimos 10 años.

En muchas regiones, los canguros son considerados una plaga, pues algunos creen que compiten por la comida con las ovejas y las vacas. Se sacrifican y se aprovecha su carne, pieles y otras partes del cuerpo.

El Departamento de Medioambiente dijo a Yahoo News Australia que los animales salvajes seguirán formando parte del menú en Australia y que no tienen planes de endurecer las restricciones.

“No se han implementado restricciones por parte del gobierno ni tampoco se están considerando en lo referido a los animales salvajes, incluida la carne de canguro y productos derivados como resultado de la COVID-19”, dijo un portavoz en un comunicado.

Si bien no existen evidencias de que los virus se transmitan a los humanos a través del consumo de carne de canguro cocinada o por el uso de partes de su cuerpo, se cree que hubo casos de fiebre Q contraídos mediante el contacto con canguros.

Algunos minoristas y algunas regiones del extranjero han prohibido el consumo de carne de canguro debido a la preocupación por el bienestar humano, pero Rusia es el único país que ha restringido las ventas debido a su preocupación por la salmonella y la bacteria E. coli.

‘Las calles del horror’: los mercados mojados siguen funcionando en el Sudeste Asiático

Según se ha informado, en el norte de Australia siguen funcionando mercados mojados y en Indonesia, Camboya y Vietnam los puesteros siguen vendiendo perros y gatos vivos, así como animales salvajes.

La doctora Katherine Polak, veterinaria de Four Paws, habló con Yahoo News Australia desde Bangkok, donde está revisando investigaciones de la semana pasada sobre el comercio de animales vivos.

“Hemos enviado a nuestro equipo local a varios mercados de carne de perro y gato que conocemos; con frecuencia también se venden animales salvajes”, dijo.

“En Indonesia, hicimos que nuestro socio local fuera a Sulawesi Utara, donde se encuentran los famosos mercados mojados, y lo que vimos es que sigue igual que siempre.

“No sorprende demasiado que incluso en medio de una pandemia veamos que las cosas funcionan con relativa normalidad”.

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En algunas partes de Vietnam son populares muchos platos a base de carne de perro. (Fuente: Four Paws).

Un investigador que colabora con Four Paws descubrió que el distanciamiento social en Hanói condujo a un cambio del modelo de negocio, pero que el comercio de la “carne mojada” ha continuado.

“Lo llamamos ‘las calles del horror’: los perros y los gatos son aporreados brutalmente en la acera”, dijo.

“Fue interesante ver que realmente habían convertido su modelo de negocio de comida en el lugar en un modelo para llevar”.

“Lo que vemos ahora es a gente llevándose ‘bolsas con perros’ [y no bolsas para recoger la caca del perro], perdón por el juego de palabras”.

Four Paws descubrió que el hecho de que la gente pase más tiempo en casa ha hecho de que se despierte cada vez más interés en las cocinas “exóticas” o “especializadas” en Hanói.

La doctora Polak dijo que había notado que las apps de entrega de comida a domicilio ahora ofrecen carne de perro y gato en su menú.

También dijo a Yahoo News Australia que muchos de los proveedores no tenían comentarios, lo que les llevó a pensar que eran anuncios recientes que habían aparecido para garantizar el suministro de carne de perro y gato.

“Realmente se trata de un modelo de servicio que se adapta a la situación de la COVID-19”, dijo la doctora Polak.

Michael Dahlstrom