Las "armas de microondas" de EEUU que podrían neutralizar los misiles de Corea del Norte

La tensión entre Estados Unidos y Corea del Norte es severa, y la ominosa posibilidad de que la situación degenere en un enfrentamiento bélico es una posibilidad real. Y si se considera que el régimen de Kim Jong-un cuenta con armas nucleares y, al parecer, con capacidad creciente para colocarlas en misiles balísticos, el escenario resulta aún más estremecedor.

Estados Unidos cuenta con sistemas antimisiles que, se ha afirmado, tendrían la capacidad de interceptar misiles que fueran disparados desde Corea del Norte en contra de territorio estadounidense o de sus aliados, Corea del Sur y Japón. Pero aunque se han hecho ejercicios al respecto, la incertidumbre sobre cómo podría funcionar ese sistema de neutralización en caso de un ataque real con misiles desde Corea del Norte es de peso.

Un misil provisto de un nueva arma de microondas desarrollada por Boeing y la Fuerza Aérea de EEUU, conocida como CHAMP, podría inutilizar los sistemas electrónicos de misiles hostiles y neutralizarlos. (Captura de video NBC News)
Un misil provisto de un nueva arma de microondas desarrollada por Boeing y la Fuerza Aérea de EEUU, conocida como CHAMP, podría inutilizar los sistemas electrónicos de misiles hostiles y neutralizarlos. (Captura de video NBC News)

Ante ello, cabe suponer, Estados Unidos y sus aliados buscan alternativas de protección en caso de que estallara un conflicto armado con Corea del Norte y que, también, podría servir para contener otras amenazas. Una de ellas, de acuerdo a la televisora NBC es una innovadora arma de microondas y tendría la capacidad de inutilizar un misil hostil al “freír” sus sistemas electrónicos. Y sin causar bajas humanas.

Se trata de una tecnología denominada CHAMP (Counter-electronics High-Power Microwave Advanced Missile Project) y consiste en un misil lanzado desde un avión (por ejemplo, bombarderos como los B-52) que cuando se encuentra cerca de su objetivo emite un poderoso pulso electromagnético que destruye o inhabilita los sistemas electrónicos del dispositivo hostil. El misil CHAMP, desarrollado por Boeing, podría así ser utilizado para inutilizar un misil de Corea del Norte, aunque también (y muy posiblemente como su función principal) sería útil para incapacitar los sistemas electrónicos de las bases del enemigo (por ejemplo las de sus cuarteles, sus oficinas y en general su infraestructura de comunicación y control).

Un arma CHAMP de microondas fue ya probada con éxito por Boeing y la Fuerza Aérea de Estados Unidos en un campo de pruebas en Utah, aunque aún no está disponible para operaciones de combate y hay dudas de peso sobre cuándo podría estarlo y si sería más efectiva que otras armas para interceptar o neutralizar misiles.

Con todo, como se comenta en Business Insider, un misil CHAMP tiene limitaciones. En principio, aunque tiene un alcance de unas 700 millas, para ser capaz de inutilizar los sistemas electrónicos de su objetivo debe estar cerca de éste, y dado que no se trata de un misil balístico (como lo son los que Corea del Norte podría lanzar en caso de guerra), el arma CHAMP tendría que ser usada como mecanismo para eliminar el misil hostil antes de ser lanzado.

Ese carácter preventivo tiene sus ventajas, pero si un ataque de esa clase se diera antes de que se desataran formalmente las hostilidades (para inutilizar anticipadamente la capacidad del enemigo) podría ser considerado un acto de guerra y precipitar en respuesta otros ataques a gran escala. En cambio, los misiles que interceptan a otros misiles cuando éstos ya fueron disparados, en cambio, actúan al amparo de la legítima defensa ante un acto hostil previo.

En todo caso, las armas CHAMP podrían ser una opción, aunque aún no se encuentran en capacidad de ser desplegadas en combate y, por ende, no se ha comprobado cuál sería su capacidad y sus vulnerabilidades durante momentos de hostilidades reales. Ante ello, en caso de crisis, los comandantes con frecuencia prefieren recurrir a arsenales de capacidad probada, sobre todo cuando lograr efectividad durante una ventana de tiempo mínima (la que se tiene para frenar un ataque con misiles) es literalmente un factor que puede alterarlo todo y, en el escenario negativo, terminar en tragedia.

Por ello, en realidad la gran interrogante es si será posible lograr un acuerdo por la vía diplomática que atenúe la tensión actual y prevenga una guerra que, incluso si no implica el uso de armas nucleares, sería devastadora, con la posibilidad de producir muertes de civiles (sobre todo en el área de Seúl, la muy populosa capital de Corea del Sur) a una escala pavorosa. El régimen norcoreano, por ejemplo, afirma que una guerra nuclear es ya inevitable y que la cuestión es meramente de cuándo sucederá, de acuerdo a la revista Time.

Tal afirmación puede ciertamente interpretarse como un episodio más de la cáustica y belicosa retórica que usualmente produce Pyongyang (y que recientemente la Casa Blanca de Donald Trump ha hecho eco) y una respuesta a los amplios ejercicios militares que Estados Unidos y Corea del Sur realizan en la región, pero lo cierto es que si eso sucediese Corea del Norte estaría colocándose a sí misma en una situación suicida.

Un escenario que debe evitarse.

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