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Lara Álvarez contra Cristina Pedroche ¿Pelea en el barro?

Pelea.

Dos mujeres. Jóvenes. Tipazo. Guapas. Ágiles. Fibrosas. Un ring. Barro, mucho barro.

Pelea.

Contacto físico constante. Camisetas empapadas. Transparentes. Manchadas. Pegadas al cuerpo. Carne.

Pelea.

Lara Álvarez ha respondido –nada mas despertarse– a la polemica.
Lara Álvarez ha respondido –nada mas despertarse– a la polemica.

Y así es como nos quieren. Peleándonos unas con otras. Sacando las garras. Dos tigresas en el barro. Odiándonos. Divididas. Ya se sabe: las mujeres no saben convivir, trabajar juntas, ayudarse. Envidiosas. Rastreras. Apuñalando por la espalda.

Que empiece el espectáculo.

Barro como metáfora del sexo. Las de los hombres que miran el espectáculo y se frotan las manos.

Imaginad al revés. No sé. Pelea de barro de dos hombres. Vestidos con ropa ceñida. Camiseta marcando pectorales. Pantalones cortos mostrando glúteos. Empapados. Manchados.

¿Cómo lo veis? Casi que no. ¿Verdad?

La última en verse arrojada al fango es mi querida Lara Álvarez. Ya tardaban en enfrentarla a otra mujer. Y la oportunidad ha venido niquelada. Las campanadas de fin de año. Lara las va a dar en Mediaset, por primera vez. Un honor más que merecido. Ha demostrado que se come la cámara, que reina ante los focos, que no hay reto que no apacigüe con su saber hacer y su sonrisa. Pero claro, resulta que al otro lado, en el otro grupo mediático, va a tener a otra mujer que año tras año ha convertido las campanadas en un hype sobre su estilismo. Bravo por ella.

Y ya tenemos a las gatas. Ya tenemos el ring. Y el barro. Y los cuerpos.

Pelea.

Vamos a enfrentarlas. A dividirlas.

Lara ha tenido que decir basta, hasta aquí. Ya está bien.

Ya está bien de pelea. De enfrentar a las mujeres. Porque nos lo hemos terminado creyendo nosotras mismas. Que no podemos trabajar juntas. Que tener una jefa mujer es lo peor que nos puede pasar. Que siempre terminamos enfrentadas. Apuñalándonos.

Y no. No os lo creáis. Porque no es así.

Y es maravilloso descubrir que las redes de mujeres son un apoyo maravilloso. Y que tenemos que perder la vergüenza a contactar, conocernos y ayudarnos. Ha sido uno de los grandes descubrimientos de mi vida adulta.

Por cierto, al hilo de la polémica sobre los estilismos de Nochevieja entre Lara Álvarez y Cristina Pedroche, una cosa: el feminismo no cuestiona lo que una mujer se ponga. No cuestiona la decisión de esa mujer a ir con transparencias, con escote, tapada hasta la barbilla, enseñando cacha u oculta tras la ropa. En vaqueros y zapatillas o tacones y minifalda. Faltaría más. Que haga lo que quiera. El feminismo lo que cuestiona son las razones sociales que en algunos casos pueden haber llevado a esa mujer a hacerlo. De manera consciente o inconsciente ¿Presión social? ¿Lo que se espera de ella? ¿Miedo a ser criticada o marginada?

Pues eso. Eso es lo que tenemos que preguntarnos.

Y conseguir que cada mujer sea libre para tomar la decisión que le dé la gana.