"Lady Frijoles" en aprietos tras ser acusada de agresión con arma letal en EEUU

Mirian Zelaya Gómez cobró una notoria fama cuando despreció la ayuda sencilla pero solidaria que ella, como cientos de migrantes centroamericanos, recibieron en Tijuana, México, cuando avanzaban en caravana rumbo a la frontera con Estados Unidos.

El desdén ante la comida que se le ofreció le ganó a Zelaya Gómez, hondureña de 38 años, el apodo de “Lady Frijoles” y el escarnio en las redes sociales el año pasado, luego de que se quejó de que lo que se le dio en una escala en México, frijoles, era “como si estuvieran dando de comer a los chanchos [cerdos]”.

Ella se disculpó después por ese dicho pero, ahora, Zelaya Gómez y su hermana Mirna, de 33 años, se han metido en un problema mayor que el ser foco de ardientes críticas. De acuerdo a reportes de prensa, las dos hermanas fueron arrestadas en el Condado de Dallas, Texas, el pasado 27 de marzo, por cargos de agresión agravada con arma mortal y fueron remitidas a la cárcel Kay Tower, en Dallas. Se les impuso a cada una fianza de 10,000 dólares.

La ficha de Mirian Zelaya Gómez (conocida en las redes sociales como ‘Lady Frijoles’) tras haber sido arrestada en Dallas, Texas. (Condado de Dallas)
La ficha de Mirian Zelaya Gómez (conocida en las redes sociales como ‘Lady Frijoles’) tras haber sido arrestada en Dallas, Texas. (Condado de Dallas)

Al parecer, de acuerdo al periódico Daily Mail, las acusadas habrían agredido a quien era la dueña de la propiedad que Zelaya Gómez alquilaba en Dallas.

Luego de que hizo sus declaraciones sobre la comida que recibió en México y se desataron enardecidas críticas en su contra, Zelaya Gómez desapareció de Tijuana y, de acuerdo al periódico La Prensa de Honduras, incluso organizaciones de derechos humanos llegaron a temer que “Lady Frijoles” hubiese sido víctima de violencia. Pero tiempo después se supo por videos que una de sus familiares publicó en Instagram que Zelaya Gómez había sido admitida en Estados Unidos (con su hija que la acompañaba) en el contexto de una petición de asilo e incluso se le vio degustando, en un restaurante de esa ciudad texana, una variedad de platillos con sus familiares.

Pero tras su arresto, la situación migratoria de la mujer se habría complicado. De acuerdo a Univision, en los documentos de su arresto se señala que su estatus migratorio es “ilegal” y por ende podría ser puesta a disposición de las autoridades de inmigración.

No hay mucha información sobre el caso, pero el periódico Mundo Hispanico comentó que periodistas y blogueros como Chamonic y Nelsie Carrillo plantearon que la persona agredida por las dos hermanas, con una pistola, sería en efecto la propietaria de la casa donde ellas llegaron a vivir e incluso que en realidad sería la tía de ellas. Pero Mundo Hispanico señala que esas versiones no han sido corroboradas por las autoridades y es poco lo que se sabe en firme al respecto.

En todo caso, el arresto de Zelaya Gómez coloca su estancia en Estados Unidos en severa duda, pues podría enfrentar la deportación, lo que anularía, en caso de haberlo iniciado, su proceso de asilo. Al respecto, organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes señalan que estos, sea cual sea su estatus, deben evitar cometer delitos y tener problemas con la ley, pues ello los coloca en severo riesgo. Incluso si a la postre los cargos en su contra pudieran resultar retirados o desestimados, ese antecedente puede afectar su proceso migratorio e incluso conducir a la persona a la reclusión en un centro de retención migratoria o a la deportación.

No es claro aún qué es lo que sucederá en el caso de Zelaya Gómez (ni en el de ella ni en el de su hermana), pero las circunstancias lucen desfavorables para su causa, aunque habrá que esperar a que se clarifique lo sucedido y se dé el debido proceso. Pero la áspera fama que se ganó “Lady Frijoles” en el pasado no le ha venido bien en redes sociales, donde muchos han hecho escarnio de su situación y de sus preferencias culinarias.

Algunos incluso la han puesto como ejemplo de los “peligros” de los centroamericanos que buscan pedir asilo en Estados Unidos, una generalización que resulta equívoca (pues la conducta de un individuo no es equivalente a la de un grupo o comunidad) pero que es ya usada como combustible en los alegatos antiinmigrantes y de cierre de la frontera.

Con todo, al margen de lo que se dilucide en el proceso de “Lady Frijoles” y de si la punzante notoriedad de sus andanzas tendrá algún efecto adicional en ello, toda la situación deja varias conclusiones: a escala individual, es imperativo que los migrantes se apeguen a la ley para bien propio y común, y que las faltas de unos no son generalizables al resto, aunque esa estigmatización sea una tendencia ominosa en ciertos estamentos políticos y sociales.

Y no debe dejar de tenerse en cuenta que pese a lo estruendoso de este y otros casos, en realidad los inmigrantes cometen proporcionalmente muchos menos delitos que otras poblaciones en Estados Unidos y que la enorme mayoría de ellos arriban al país en busca de una vida mejor y residen honrada y productivamente.