Han bastado tres etapas de La Vuelta para que veamos el caos proverbial del Movistar

ESPINOSA DE LOS MONTEROS, SPAIN - AUGUST 16: Enric Mas Nicolau of Spain and Movistar Team during the team presentation prior to  the 76th Tour of Spain 2021, Stage 3 a 202,8km stage from Santo Domingo de Silos to Espinosa de los Monteros - Picón Blanco 1485m / @lavuelta / #LaVuelta21 / #CapitalMundialdelCiclismo / on August 16, 2021 in Espinosa de los Monteros, Spain. (Photo by Stuart Franklin/Getty Images)
Enric Mas, del equipo Movistar, en la salida de la tercera etapa de La Vuelta a España. Foto: Stuart Franklin/Getty Images.

En su tercera etapa, la Vuelta a España ha entrado en la montaña y lo ha hecho a lo grande, con final en el imponente Picón Blanco, de casi 8 kilómetros y rampas de un desnivel que llegan al 17%. Sin duda, una de las etapas más atractivas de la carrera que no ha defraudado. El estonio Rein Taaramare consiguió la victoria de etapa, tras cruzar la meta en solitario, y además se situó como maillot rojo, con 30 segundos de ventaja sobre Primoz Roglic, que hasta ahora marchaba como líder.

Sin embargo, el picante se vivió en el grupo de favoritos. Y más concretamente, en las filas del Movistar. Después de haber pasado completamente desapercibidos durante el grueso de la subida, el equipo español se encontró con mejores piernas en el tramo final y, a unos dos kilómetros de meta, de la mano de Alejandro Valverde, tomó las riendas del grupo cuando nadie parecía querer hacerlo. Su primer tirón, por ejemplo, dejó fuera a Richard Carapaz. Sin embargo, la escuadra dirigida por Eusebio Unzúe hizo gala de su proverbial descontrol en los metros finales, cuando habían dado ya el golpe sobre la mesa.

A unos 250 metros, más concretamente. Enric Mas, que se notaba más fuerte que el resto, atacó para abrir tiempo. Hasta ahí, todo bien. De maravilla, incluso. Claro que, ¿quién le salió al paso? Su compañero, Miguel Ángel López. De hecho, Superman pudo haber tapado el hueco conseguido por el balear. Los dos líderes del equipo frente a frente en un problema de jerarquías que debía haber estado definido de antemano.

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Finalmente, la organización le dio tres segundos de ventaja a Mas sobre el Roglic, el objetivo último del ataque. Aunque bien pudo haber arañado alguno más. En sí, no es gran cisma. El problema es que, en el caso del Movistar, llueve sobre mojado.

No en vano, todavía resuenan los ecos de las declaraciones de Superman López cuando, en 2019, llamaba "estúpidos" y los "tontos de siempre" a los españoles antes de, en un giro de guión que nadie vio venir, unirse a ellos al año siguiente. Todo ello, con las cámaras de Netflix presentes, además, lo que ha servido para airear los trapos sucios del equipo y que ahora todos los aficionados miren de reojo lo que allí sucede. El que ahora el colombiano actúe como una wildcard que no respeta los intereses del equipo levanta suspicacias, claro.

Tener dos gallos en un mismo equipo puede ser un mal negocio si no se respetan, al menos, las jerarquías que marque la carretera. Al final, el un deporte tan estratégico como es el ciclismo actual, en el divide y vencerás siempre se beneficia un tercero. Tanto a Mas como a López se les ha visto con piernas suficientes para, al menos, dar batalla por la general.

De hecho, el español se sitúa quinto, a 45 segundos del nuevo líder (y a solo 15 de Roglic, principal favorito), mientras que el colombiano está sexto, a 51''. La cosa se complica, además, con Valverde séptimo, a 57'', aunque en caso del murciano sí parece haber asumido su papel de gregario y, en la subida al Picón Blanco, no ha dudado en tirar del grupo para hacer la mayor criba posible.

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