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La verdadera historia sobre la vida y la muerte del actor mexicano Ramón Novarro

(Eingeschränkte Rechte für bestimmte redaktionelle Kunden in Deutschland. Limited rights for specific editorial clients in Germany.) Garbo, Greta - Actress, Sweden -   (*18.09.1905-15.04.1990+)   Garbo as Mata Hari with Ramon Novarro Scene from the movie 'Mata Hari' Directed by: George Fitzmaurice USA 1931 Produced by: Metro Goldwyn Mayer Vintage property of ullstein bild  (Photo by ullstein bild via Getty Images)
Escena de la película Mata Hari, dirigida por George Fitzmaurice en 1931, protagoizada por la actriz sueca Greta Garbo y el mexicano Ramón Novarro y producida por la Metro Goldwyn Mayer. (Photo by Ullstein Bild via Getty Images)

El último capítulo de la vida del actor mexicano Ramón Novarro, quien murió asesinado en Los Ángeles en 1968, robó protagonismo a la prolífica carrera y amable personalidad de uno de los primeros actores latinos en ser reconocido como una estrella de Hollywood.

Los escabrosos detalles de su muerte y las mentiras publicadas en el libro Hollywood Babylone, del cineasta Kenneth Anger, opacaron los logros de un artista luchador y polifacético que rompió barreras sociales y culturales en la industria cinematográfica del siglo XX.

La periodista y crítica de cine Karina Longworth logró desenredar la madeja de chismes, fantasías y realidades que se tejieron alrededor de Novarro en la última entrega de su podcast "You most remember this" (Tú tienes que recordar esto).

Anger señaló que Novarro vivió y murió de una extravagante, al punto que sus desvaríos lo llevaron a invitar a su casa a una pareja de hermanos prostitutos que lo golpearon y torturaron de tal forma que se atragantó con su propia sangre y murió asfixiado con un consolador que le había regalado Rodolfo Valentino incrustado en su garganta.

Longworth refutó a Anger y reveló los caminos recorridos en los 69 años de vida de un artista que ha pasado al olvido.

¿Quién fue Ramón Novarro?

Mexican-US-american actor Ramon Novarro with female fans in London. About 1935. Photograph. (Photo by Imagno/Getty Images) Der mexikanisch-US-amerikanische Schauspieler Ramón Novarro mit weiblichen Fans in London. Um 1935. Photographie.
El actor mexicano Ramón Novarro firma autógrafos a sus seguidoras en Londres, en 1935. (Photo by Imagno/Getty Images)

Su nombre de pila fue Juan Ramón Gil Samaniego y nació en Victoria de Durango, México, el 4 de febrero de 1899.

Era el cuarto de 12 hijos de Mariano y Leonor Gil Samaniego, una pareja de católicos devotos y clase alta de ese estado del noroeste mexicano.

La prosperidad de su hogar en sus años de infancia se desvaneció cuando su padre debió abandonar su profesión de dentista por una enfermedad.

La economía familiar se vio comprometida por la delicada salud del padre y por las pugnas de clase y conflictos regionales durante la Revolución Mexicana.

Los Gil Samariego emigraron de manera legal al estado de Texas y luego se trasladaron a California, donde Juan Ramón deseaba probar suerte en el mundo del espectáculo.

Los inicios no fueron fáciles para el joven aspirante, quien pasó varios años trabajando como extra, camarero y modelo de desnudos en una escuela de arte.

Pero su vida cambió al ser descubierto por la célebre coreógrafa Marion Morgan, quien lo contrató para que se uniera a su cuerpo de baile.

Longworth cree que hasta ese momento Ramón no había tenido contacto con personas que vivieran abiertamente como homosexuales, debido a su crianza estrictamente católica. Pero su cercanía a Morgan, quien fue pareja durante 40 años de la directora Dorothy Arsner, probablemente confrontó a Novarro con su propia sexualidad y comprender que podía tener una carrera en el mundo del espectáculo sin reprimir su vida personal si podían mantener separadas su sexualidad y su trabajo.

Ascenso al estrellato

El primer gran papel de Novarro fue la película El Prisionero de Zenda, dirigida por Rex Ingram, quien buscaba reemplazar al legendario Rodolfo Valentino porque había formado con otro estudio cinematográfico.

Ingram temía que Novarro, que para entonces tenía 23 años, era demasiado joven para interpretar el papel de Rupert of Hentzau, pero Ramón estaba decidido a lograr el rol que consiguió después de participar en tres audiciones. Aunque no tenía el papel principal, su actuación fue tan notable que cuando el film fue estrenado acaparó la atención de la crítica, dejando a un lago al célebre actor Lewis Stone.

En sus primeras películas aparece como Ramón Samaniego, pero Ingram insistió en que su apellido era demasiado largo y difícil de escribir y pronunciar, así que durante la producción de la película Black Orchids Ramón accedió a cambiarse el apellido a Novarro, inspirado en su gran amigo Gabriel Navarro, otro inmigrante mexicano que sería el abuelo del celebrado guitarrista Dave Navarro.

Ingram, quien se convirtió en su mentor artístico, también aconsejó a su pupilo que evitara la egomanía desarrollada por Valentino durante su carrera artística y le advirtió: “Muy pronto vas a ver publicado que eres un genio y la reencarnación de Apolo. No creas ninguna de esas afirmaciones porque estoy pagando caro por publicarlas".

Un nuevo “Latin Lover”

Rápidamente Navarro consiguió una imagen de amante latino muy diferente a la de Valentino. Mientras Valentino ancló su popularidad con personajes bruscos que forzaban a las mujeres acceder a sus deseos en argumentos cinematográficos que asumían que ellas deseaban tener sexo pero la sociedad no lo permitía.

Los personajes de Novarro rara vez tomaban a las mujeres a la fuerza. Más bien las seducía con su encanto juvenil o accedían después de hablarles cariñosamente.

Los estudios mencionaban con frecuencia el origen mexicano de Novarro pero no tuvieron la intención deliberada de vincular su proyección como estrella al estereotipo otorgado a los mexicanos. En la época de máxima popularidad nunca hizo un papel que interpretara a un mexicano.

Y aunque firmó un contrato con Metro pero continuó trabajando con Ingram, quien lo llevó al nivel de astro con su película Scaramouche en 1923.

Metro controlaba las publicaciones sobre sus artistas y así Ramón pudo evitar los comentarios sobre su vida privada hasta que comenzó a salir con un prominente publicita de Hollywood.

Durante el rodaje en Turquía del Árabe, la Metro contrató al escritor de la revista Photoplay Herbert Howe, quien se convirtió en su amante. En las publicaciones de la época aparecía como su mejor amigo, sin que esa amistad despertara sospechas en el gran público.

A diferencia de Valentino, quien dedicaba gran interés en su apariencia personal y aparecía en las revistas teniendo amoríos con mujeres bisexuales, Ramón mantenía una discreción total y no daba pie para levantar dudas sobre su sexualidad.

Uno de sus grandes desafíos de su carrera profesional fue su participación en Ben Hur. Elegido para el papel protagónico para intentar salvar el proyecto después de seis meses de un desastroso rodaje, Navarro no tenía las características físicas necesarias para rodar el papel con gran parte del torso descubierto. Pese a ser sometido a intensos entrenamientos, los maquilladores tuvieron que simular musculatura sobre el cuerpo de Novarro, quien debió montarse en bancos y plataformas para parecer más alto que su contrafigura femenina May McAvoy .

Pese a los contratiempos, la película fue todo un éxito y resultó ser la producción más exitosa de la etapa de cine mudo de la recién creada Metro Golden Meyer.

Pero las leyes racistas existentes en Estados Unidos dificultaban la carrera de Ramón. Con el código Hays, como se le conoció a unas restrictivas normas sobre lo que era considerado moralmente aceptable 1930, a los guionistas se les prohibía crear historias con parejas interraciales.

Pero los estudios se hicieron la vista gorda en la época del cine en blanco y negro porque la piel de Ramón no parecía oscura y en el cine mudo nadie podía detectar su origen mexicano en la entonación de su voz. Y como sus películas reportaban ganancias, le daban papeles de personajes blancos europeos.

Aunque las publicaciones con frecuencia corrían rumores sobre romances con actrices del momento, Longworth dijo que los estudios nunca obligaron a Novarro a salir públicamente con ellas o a casarse para esconder su homosexualidad.

Un motivo era que su novio era su publicista y el otro era que Meyer no tenía problemas con las preferencias sexuales de su artista mexicano porque su discreción extrema.

En vez de crear romances ficticios, Howe se concentró en publicar un hecho real: Ramón mantenía a su numerosa familia. Lo que llevaba a la excusa que no tenía energías, tiempo ni recursos para pensar en una esposa.

El descalabro del héroe

Cuando la relación de Ramón y Howe terminó en 1928, el actor perdió un aliado clave en la promoción de su trabajo y en la protección de su privacidad.

Fue en ese momento en que Ramón contempló en recluirse durante un tiempo en un monasterio para alejarse de las habladurías y de las presiones de Hollywood.

Se dice que Ramón en realidad solicitó tomar los votos en un monasterio católico pero fue rechazado.

También viajó a Europa para tomar clases de canto y cumplir con el viejo anhelo de cantar opera, pero su debut nunca se materializó.

Pero sus habilidades cantando y bailando lo ayudaron a hacer la transición hacia el cine con sonido y logró un lugar en el género de los musicales. El éxito del film The Pagan le dio un nuevo impulso a su carrera.

Luego vino Mata Hari, junto a Greta Garbo, que también resultó ser un éxito absoluto de taquilla. Pero la industria del cine no escapó de la depresión de la década de 1930 y Ramón se negó a permitir una reducción de su salario. Luego de dos fracasos en la pantalla, el estudio pagó 90.000 dólares a Ramón para rescindir su contrato.

Ramón tuvo una crisis nerviosa, se mudó a la mansión que había comprado para su familia, donde aún vivían sus padres y hermanos. Pero trajo a su actual novio con él, obligando a su conservadora familia a enfrentar su homosexualidad a los 36 años.

Años más tarde, sufrió otro golpe devastador para su carrera. El estreno de la versión musical del Prisionero de Zenda en Londres fue un verdadero fiasco. Con sus capacidades físicas mermadas por el alcoholismo, Ramón no pudo proyectar su voz en el teatro y la producción fue cancelada.

Ramón se recuperó del fracaso y durante los próximos 30 años consiguió papeles eventuales como actor de reparto y en temporadas teatrales de pequeñas ciudades.

Pero esos logros profesionales eran opacados por las frecuentes noticias de sus accidentes de tránsito por conducir ebrio.

Las mentiras sobre el trágico fin

Longworth lamenta que ninguno de los méritos y fracasos de la vida real de Ramón Novarro fueron relatados en la sórdida historia sobre su muerte relatada por Anger en su libro Hollywood Babylon.

Lo que si es cierto que Ramón eventualmente vendió su mansión de Hollywood y se mudó a una casa en Laurel Canyon, una zona apartada en el norte de Los Ángeles que era particularmente aislada para hombre que le habían suspendido su permiso de conducir por ebriedad.

También es verdad que pese a la estrechez de sus finanzas, Novarro pagaba pequeños montos para contratar servicios de prostitución masculina.

El 30 de octubre de 1968, un joven lo llamó a su casa, le ofreció sus servicios. Ramón lo invitó a su casa, donde se encontraba solo porque su asistente tenía el día libre.

Paul Fergunson, de 23 años, llegó con su hermano Tom, de 17 con la idea deliberada de robarle 5.000 dólares que supuestamente Ramón guardaba en la casa para hacer unas reformas.

Los testimonios Paul y Tom sobre lo que ocurrió esa noche siempre han sido contradictorios. A la mañana siguiente, el empleado de Ramón lo encontró su cadáver desnudo en su habitación, con moretones en distintas partes de su cuerpo.

Luego de dos meses de investigaciones, algunos detalles salieron a la luz y fue la primera vez que el público escuchó sobre la homosexualidad de Ramón Novarro.

Durante el juicio, los abogados de los Fergunson intentaron desprestigiar a Novarro con alegatos de que se había buscado la muerte por su aberrada conducta sexual.

Pero la fiscalía ganó el caso y los hermanos Fergunson fueron encontrados culpables de homicidio y condenados a cadena perpetua, aunque décadas más tarde fueron liberados bajo fianza, sólo para delinquir nuevamente.

Longworth considera que Novarro no tuvo una vida extravagante. Fue un actor esforzado, que mantuvo su vida privada lejos del dominio público, y que durante los últimos años de su vida tenía una existencia modesta que apenas le alcanzaba para los cigarrillos, alcohol y la contratación esporádica de compañía masculina.

Tampoco es cierto que en la escena del crimen fuera encontrado un objeto sexual firmado por Rodolfo Valentino. No hay pruebas de los detalles sórdidos que Anger describió sobre la última noche de Novarro.

A sus oyentes, la periodista advirtió que Hollywood Babylone no es una fuente confiable, ni tampoco lo es ninguna historia que es sacada de su contexto.

“Nuestras memoria colectiva de Hollywood generalmente está distorsionada, incompleta o simplemente equivocada”, concluyó la autora.