La tremenda imagen de una oso polar desnutrida en el Ártico que denuncia el cambio climático

Muchos políticos y empresarios han querido llevar la discusión sobre el cambio climático al terreno de la creencia. Para ellos, se puede creer que el mundo se acerca a un desastre ecológico… o no. Es como si en vez de hablar de hechos científicos se estuviera hablando de Santa Claus: puedes mantener la ilusión de que todas las Navidades deja regalos en tu salón, o puedes madurar y dejar de creer en él.

Esa es la postura de muchos de los políticos del partido Republicano de Estados Unidos y del famoso Tea Party respecto al calentamiento global. Consideran que es solo una teoría alarmista que frena el progreso de la humanidad. Pero aunque hay pruebas irrefutables del cambio climático, como el aumento exponencial de la temperatura media en las últimas décadas, coincidiendo con un mayor grado de contaminación, todavía hay mucha gente que niega lo que está ocurriendo. Quizás para ellos, más que un gráfico o un estudio científico, sirva más ver una imagen tan tremenda como ésta:

Una hembra de oso polar desnutrida (Kerstin Langenberger)
Una hembra de oso polar desnutrida (Kerstin Langenberger)



¿A que nunca has visto un oso polar así? Se trata de una hembra desnutrida captada por la cámara de la fotógrafa alemana Kerstin Langenberger, que publicó la imagen a mediados de agosto en su cuenta de Facebook, y que se ha convertido en todo un símbolo de la preocupante realidad que está ocurriendo en nuestro planeta.

La fotógrafa acompañó la imagen, tomada en Svalbard, unas islas ubicadas en el Océano Ártico a medio camino entre Noruega y el Polo Norte, de un texto en el que explicaba la difícil situación por la que está atravesando la población de osos polares “Afirman que la población es estable, incluso  va en aumento. ¿Cómo puede ser estable si tiene cada vez menos hembras y cachorros? ¿Cómo puede una población estar bien, si la mayoría de los osos presentan un índice de masa corporal de 2.3 sobre 5? Solo he visto a un oso gordo”.  

Langenberger denuncia que los animales no encuentran comida, y que por eso deambulan delgados y desesperados “comiendo musgo, algas y huevos de aves”, sin poder cazar focas, que es la base de su alimentación. 

El cambio climático está sucediendo en el Ártico. Y está en nuestras manos cambiarlo. Así que hagamos algo para enfrentarnos a la mayor amenaza de nuestro tiempo. Quizás no podemos salvar a este oso. Pero cada pequeña acción que hagamos para cambiar nuestros hábitos es un pequeño paso en la dirección correcta. ¡Debemos empezar y continuar con ello!”, exclama la fotógrafa para terminar su alegato.

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